De administrar un pequeño emprendimiento a modelar diseños de alta costura a nivel internacional. Ella es Nessa Sosa, considerada la primera modelo trans salvadoreña que comenzó su camino con un negocio de ropa que, a medida crecía, sostuvo sus sueños hasta que alcanzó el mundo de la moda y las luces de la fama.
Cada postura, gesto y mirada de la modelo de 23 años demuestra su talento ante las cámaras. Las miles de visualizaciones que poseen sus vídeos de TikTok, donde se pasea con soltura y paso firme por las calles del Centro Histórico de San Salvador, son la prueba del poder de atracción que la volvió tendencia en redes sociales.
Si bien, la mayoría de la gente la conoce como modelo trans y en las redes sociales, Nessa guarda el espíritu incansable de una joven salvadoreña que no dejó que los estigmas contra su identidad, los retos de la vida laboral y las dificultades económicas detuvieran sus aspiraciones en las pasarelas y sus estudios en la Licenciatura en Educación Física en la Universidad de El Salvador.
“Cuando comencé mi transición, comencé mi modelaje, todo se juntó. Y en ese momento empecé a vender ropa de segunda mano. Pero llegó el punto en el que me empecé a dar a conocer y comencé a promocionar mi tiendita de segunda mano con la gente que me veía. Construí un gran público desde ahí y los que empezaron a comprar fueron mis seguidores”, recuerda Nessa sobre sus primeros pasos en el emprendimiento que le dio ingresos en esta etapa.
A medida Nessa comenzó a realizar ventas en línea, pequeñas pero exitosas que le brindaban un sustento mientras luchaba por hacerse un nombre en las pasarelas salvadoreñas, enfrentó discriminación en su primera Fashion Week del país por su identidad y expresión de género, que salía de los estándares convencionales de la femineidad.
“Esos estigmas en los que la gente nos somete. Eso también limita a muchas personas trans a crecer en sus negocios. En el país continúan estos estigmas, existen estas casillas en las que se nos encierra y no se nos saca”, relató Sosa. En esa ocasión casi fue excluida y censurada, pero logró desfilar y causar sensación entre el público presente.
Esa experiencia agridulce fue el preámbulo del despegue de su carrera. Su cuenta de TikTok, que ahora cuenta con más de 24 mil seguidores, despegó a tal punto que la catapultó al modelaje internacional. Sus vídeos modelando por las calles de San Salvador llegaron a las manos del fotógrafo salvadoreño radicado en Estados Unidos, Kevin Alexander, quien la invitó a formar parte del proyecto “Ruta de la Flor” en Juayúa, Sonsonate.
El profesional, quien ha trabajado en famosas revistas como Vogue, Elle e Interview, le abrió las puertas para ser protagonista de la portada de la revista Blanc de Nueva York. Es así como su presencia en redes sociales se convirtió en el casting perfecto para darse a conocer en el exterior. “Siento que Dios, el universo, nunca nos desampara y siempre que nos quita, nos da algo mejor porque a los meses, a los tres meses, hice lo de la revista de Nueva York. Entonces para mí fue una gran compensación”.
En la actualidad, enfocada en su carrera como modelo, ha determinado seguir luchando por hacerse un nombre en el mundo del modelaje e internacionalizar su imagen, donde ella sea la empresaria de su propia marca. “Mi meta siempre ha sido trabajar en el exterior como una modelo de modas. La meta sigue y sigo trabajando para ello. Ese es mi mayor enfoque».
“Hace poco me estaba recordando de cuando comencé a vender ropa de segunda mano. Hace poco invitaron a mi tiendita a un bazar. No pude asistir por lo de las lluvias, pero recordé cuando literal la tiendita me daba de comer y cuando yo pasaba afligida que si yo no vendía ropa no tenía dinero. Es bastante nostálgico y le tengo bastante cariño a este emprendimiento”, rememoró la modelo.