Poseído por los celos, William Alexander Morales se convirtió en una especie de bestia sedienta de sangre la madrugada del domingo 10 de marzo, cuando segó la vida de la mujer a quien juraba que amaba.
Antes de la primera luz del día, la desgracia y la muerte llegaron sin tocar a la casa de una pobre familia en la colonia María Auxiliadora en Cuscatancingo, departamento de San Salvador. William Morales −quien trabajaba como vigilante en una empresa de seguridad− mató con disparos de una escopeta a Brenda Beatriz Leonar.
Cuando ingería bebidas alcohólicas, William se transformaba en un “animal, deshumanizado» y exhibía su lado más oscuro. Se volvía más agresivo, posesivo y muy violento, contaron familiares de Brenda a periodistas de Diario 1.
De 25 años de edad, Brenda tenía un puesto de venta de ropa en el centro de San Salvador. Se acompañó con William, de 39 años. La relación fue turbulenta y marcada por un sinnúmero de amenazas de parte del empleado de seguridad hacia su joven pareja.
Cada vez que discutían y ella le decía que ya no quería mantener esa enferma relación, él se cubría con un barniz de dulzura y como un lobo con piel de oveja la convencía para volvieran. Pero al poco tiempo los celos afloraban de nuevo, según familiares de la víctima.
En diciembre de 2023, recuerdan, la mujer rompió la relación marital con William. Y ahí comenzó para Brenda un camino tortuoso, lleno de lágrimas, miedos y angustia por las reiteradas amenazas de William que no se resignaba a que ella ya no fuera su pareja, haciendo gala de falta de autocontrol y una enferma necesidad insaciable de estar con ella.
«Ella había hablado conmigo. Me contaba todas las amenazas que le hacía. Le dijo que la iba a matar; por eso ella decidió terminar y no quería volver por temor a que cometiera esa locura. Por miedo no habló, ella siempre tuvo miedo», dijo la mamá de Brenda.
La casa de Brenda se volvió una especie de casa del terror la madrugada del domingo. Se escucharon gritos de miedo, insultos, llantos. Ebrio, al parecer entró a la vivienda con consentimiento de ella. El hombre sacó a la fuerza a la mujer a un predio baldío frente a la vivienda. Alrededor de las 4:50 AM, con la complicidad de la oscuridad y la displicencia de los vecinos, William le disparó dos veces con una escopeta. Acto seguido, con la misma arma, se suicidó, relató un vecino.
En la escena del crimen, este lunes todavía había una manta con sangre y botellas de licor.
Las autoridades investigan este trágico caso; sin embargo, para familiares de la víctima es poco hacer justicia ante la irreparable pérdida de Brenda. «Ya está hecho, solo me puedo resignar que no quedó vivo; los dos ya no están. Aunque llore nada va a cambiar, pero a veces es mejor dejarlo todo en las manos de Dios, que Dios se encargue, dijo entre lágrimas la madre de Brenda a periodistas de Diario 1.
Brenda era miembro de una familia numerosa. Era la primera de seis hijos. Es recordada como una persona humilde, amigable, de pocas palabras, que cometió el error de mantener una relación sentimental con un psicópata, de acuerdo con vecinos.