El 19 de noviembre de 2016, Edi Marcela Pérez, una joven de 25 años de edad que se había preparado para convertirse en chef, tenía que ir a una boda, en la que serviría como dama de honor.
Ese mismo día, su hija de cinco años tenía un evento en su centro de estudio, por motivo de su clausura de curso y su paso a otro grado. La boda estaba programada a las 3:00PM y la clausura de la pequeña, una hora antes.
La idea era que, tanto madre e hija se encontrarían tras el evento de clausura e irían juntas a la boda. Para ello pasaría a recogerlas Rodrigo Alfredo Pérez González, compañero sentimental de Edi Marcela, con quien se había separado recientemente, ya que vivía junto a él una relación en la que sufría constante violencia, según quienes conocieron a la pareja.
El plan no salió como se esperaba, ya que la niña llegó tarde a su clausura. Su padre no pasó por ella temprano y al conversar con los docentes encargados de su hija, él culpó a Edi Marcela por la demora.
A todo esto, Edi Marcela aún debía llegar a la boda, pero nunca lo logró. Se sabe que, tanto ella como Rodrigo intercambiaron una conversación telefónica a las 4:00PM de ese día. Eso fue lo último que se supo de la joven.
Esa misma noche, el cuerpo semidesnudo y sin documentos de una joven mujer fue encontrado en un terreno baldío a la altura del Bulevar Luis Poma, que atraviesa los municipios de San Salvador y Antiguo Cuscatlán. El cadáver, que presentaba golpes efectuados por un objeto contundente en la cabeza, fue levantado y llevado a la morgue sin ser debidamente identificado.
Los familiares de Edi Marcela empezaron a buscarla desde esa misma tarde. Los pedidos de ubicación empezaron a colmar las redes sociales. De repente, la madre de la joven recibió el ofrecimiento de Rodrigo para acompañarla en las labores para dar con su paradero.
Familiares de la joven comentan que la madre de Edi Marcela, de nombre Edi Girón, tiene pavor a ver cadáveres, por lo que se apersonó a la morgue junto con Rodrigo, para intentar ver si el cuerpo de su hija se encontraba ahí, mediante el reconocimiento de fotos. Los forenses le mostraron fotografías a Rodrigo y él dijo que en ninguna de ellas reconocía a Edi Marcela, por lo que se fueron del lugar.
Al ver que la búsqueda era infructuosa y conociendo el historial de violencia que su hija sufría con Rodrigo, la hija mayor de Edi Girón le recomendó a ella que le dijera al exesposo de Edi Marcela que lo dejara de acompañar. En todo el proceso de búsqueda, Rodrigo se mostró como ofendido en el caso e incluso llegó a decir que se había ido con otro hombre.
El miércoles 23 de noviembre, Edi Girón volvió a ir a la morgue a ver fotografías y finalmente pudo distinguir el cuerpo de Edi Marcela, a solo instantes en que decidieran enterrarla en una fosa común, como persona no identificada. Al día siguiente se inició el funeral de la joven y su familia, además de estar desolada, se encontraba en total desconcierto, pero los detalles del trágico suceso no tardaron en ser publicados en rotativos de circulación nacional.
Desde entonces inició un calvario legal, en el que el silencio de los encargados de impartir justicia imperó y las investigaciones no parecían dar más detalles sobre el asesinato de Edi Marcela. Durante ese mismo tiempo, Rodrigo González había desaparecido sin dejar mayor rastro.
La madre de Edi Marcela recuerda cómo intentaba reconvenirle para que dejara de relacionarse con Rodrigo. Admite que ella vivió múltiples episodios de violencia, desde que eran novios, hasta que decidieron casarse. No eran extraños los días en los que ella llegaba de visita a la casa de su madre con golpes en su cuerpo, y Rodrigo no tardaba en responder que se había tropezado con un tragante, ante el silencio de su compañera de vida.
La familia Pérez Girón había logrado hacerse con la custodia de la hija de Edi Marcela, quien a la fecha tiene 10 años. El caso tuvo un giro en diciembre de 2019, cuando Rodrigo González fue capturado, mientras intentaba cruzar la frontera El Amatillo, limítrofe con Honduras.
El pasado 9 de agosto, un año y ocho meses después de su captura, se determinó que González enfrentará la vista pública y el expediente del caso pasará al Tribunal Quinto de Sentencia de San Salvador. Hasta que se programe el inicio del juicio, el acusado permanecerá detenido.
Durante la audiencia en la que se determinó que el caso por feminicidio agravado pase a juicio, se dio una serie de revelaciones: Aparentemente, González no habría actuado solo en el feminicidio, sino que varias personas habrían confabulado para el asesinato de Edi Marcela, el día en que fue raptada, cuando pretendía llegar a la boda a la que había sido invitada.
Asimismo, González huyó desde finales de 2016 a Honduras, país del que buscaba hacerse ciudadano. En 2019 había regresado a El Salvador, para vender unas propiedades, a fin de demostrar ante las autoridades migratorias hondureñas que tenía arraigos para mantenerse en su territorio. Al intentar regresar al vecino país, es capturado.
La defensa del acusado buscó por distintos modos que varias declaraciones incriminatorias no pasaran a la vista pública, pero no hubo éxito. Como suele suceder en casos de feminicidio agravado, el expediente tiene reservas.
La familia Pérez Girón espera que, a cinco años de este crimen, finalmente se haga justicia y así pasar la página de un doloroso capítulo de vida, para concentrarse en poder criar al principal legado que dejó Edi Marcela en esta tierra: su hija.