Debajo del paso desnivel que atraviesa el bulevar del Ejército y la 50 avenida norte, en la entrada al municipio de San Salvador, una manada de perros está tomando su siesta de la tarde, mientras su dueño aprovecha el tráfico para limpiar los vidrios de los carros que transitan por la calle y así ganarse un par de monedas.
O si tiene mucha suerte uno que otro billete.
Tortita está amarrada de la rejilla de una alcantarilla con un lazo, a la expectativa de todo lo que hacen sus demás hermanos de la manada y sobre todo lo que hacen aquellas personas quienes osan invadir su territorio.
Chispita, en cambio, no se inmuta al ver a tantos desconocidos pasar entre la calle y la acera. Cierra sus ojos un par de minutos y luego solo los abre para ubicar dónde están sus otros hermanos perrunos y qué está haciendo su dueño.
Los más inquietos son El Triste, Omar y Orejón. Ladran y ladran al ver que las personas circulan cerca de ellos. Pero pareciera que solo quieren jugar con cada transeúnte que pasa por allí, ya que no dejan de mover sus colas de manera alegre.
“No son bravos. No se preocupen”, dice Sergio, el dueño de los perros.
Sergio es un exconvicto. Cuenta que estuvo nueve años en la cárcel por robo agravado. Iba y venía entre una y otra prisión. Recuerda haber estado en el penal de Ciudad Barrios, en el oriente del país; también en el penal Apanteos, en Santa Ana.
Estando en prisión dice que reflexionó sobre su vida antes de la cárcel y prometió ayudar a los perritos de la calle en lugar de volver a delinquir. Y así lo hace.
Rescata a aquellos perros que mira en la calle que están desprotegidos y también recibe a los que le llegan a dejar a su punto de trabajo.
“Muchas personas vienen y me dejan a sus perritos aquí. Se bajan de sus carros y solo me preguntan si lo quiero. Yo les digo que sí, y ya a los días me voy fijando que tienen moquillo”, explica Sergio.
Dice que para él es muy triste ver cómo las personas tratan de deshacerse de sus mascotas cuando estas presentan algún tipo de enfermedad. Cuenta que la mayoría de los perritos enfermos que él ha rescatado se han podido recuperar gracias a sus cuidados.
Los considera parte de su familia, los llama hijos y les ha dado techo, comida y medicamentos.
Actualmente Sergio tiene 10 perros, cinco hembras y cinco machos. No todos lo acompañan siempre abajo del paso desnivel, donde trabaja desde las 12 del mediodía hasta pasadas las ocho de la noche, ya que algunos son muy bravos y prefiere evitar cualquier accidente con los transeúntes.
Ha llegado a tener una manda de 30 perros, pero algunos se los han robado, otros han sido atropellados por los conductores inconscientes y otros se desaparecieron de la manada. A todos los ha sufrido, dice, y no se olvida de ninguno de ellos, ya que le dan amor y lo cuida a él y a su pareja de vida.
Según el último censo difundido por el Ministerio de Salud (MINSAL) en el 2000, la población canina en el país rondaba en 723 mil 604 perros, de los cuales se calculaban que 108 mil eran perros callejeros, quienes no contaban con ningún control veterinario.
En la capital, en donde más se registró animales, 157 mil eran canes. De dicha cifra, más de 23 mil fueron denominados callejeros.
A partir del 2008, cada 27 de julio se conmemoran a estos perritos gracias a la iniciativa de Ignacio Gac, un estudiante chileno. Gac tuvo el arranque de promover un día para concientizar a la sociedad sobre la importancia del cuidado y protección de los perros de la calle.
Utilizó sus redes sociales para impulsar su propuesta, y eligió el 27 de julio como “Día del perro callejero” debido a que en América del Sur esta es la temporada invernal y por las condiciones climáticas los animales que no tienen refugio son de los que más sufren ante las temperaturas gélidas, muchos fallecen por congelamiento.
Sergio dice que entre las cosas que más agradece es la ayuda de las personas que pasan por la calle y que le dejan alguna moneda o comida para su manada. Todo es bienvenido para él.
“Comida o vitaminas para ellos. Yo eso les voy a agradecer”, pide el hombre al concluir nuestra conversación.