Carlos Silva Pereira tiene un largo historial criminal. Ahora guarda prisión en una celda de Zacatraz. Regresó a El Salvador la tarde del miércoles, deportado desde los Estados Unidos. Allá fue acusado por delitos migratorios. Acá fue acusado, en 2006, por lavar $14 millones. En Guatemala es señalado como el autor intelectual del asesinato de tres diputados del PARLACEN del partido ARENA. El hecho ocurrió el 19 de febrero de 2007, en una finca guatemalteca llamada La Parga.
Los expedientes del Ministerio Público de Guatemala señalan a Silva Pereira, exdiputado suplente del PCN, como el cerebro del operativo donde fueron asesinados los diputados areneros Eduardo d´Aubuisson, William Pichinte y Ramón González.
Todo se habría tratado de una venganza. De acuerdo con una investigación de El Faro, Silva Pereira quería vengarse de Eduardo d´Aubuisson porque este supuestamente lo había delatado con la Administración para el Control de Drogas (DEA). Además, la venganza también sería contra el partido ARENA porque sus diputados habían votado para desaforarlo en la Asamblea Legislativa.
Eduardo d´Aubuisson fue dirigente de la juventud de ARENA y luego fue electo diputado del Parlamento Centroamericano (PARLACEN)..
Para entonces, en 2007, Silva Pereira era un próspero diputado suplente. Tenía tres vehículos de lujo entre los que estaba un Maserati valorado en 135 mil dólares y una camioneta Porsche que ronda los 100 mil dólares. También tenía dos yates, dos ranchos de playa, un barco pesquero, dos fincas de café y varias casas de lujo.
Algo no cuadraba en la vida de Silva Pereira, quien en su juventud había sido futbolista. Su ostentosa vida no cuadraba con su estatus de diputado suplente. Fue entonces que la Fiscalía General de la República (FGR) lo comenzó a investigar y a finales de 2006 pidió a la Asamblea Legislativa que le quitaran el fuero, pues tenían suficientes evidencias para procesarlo por lavado de dinero.
De acuerdo con uno de los testigos que declaró en los tribunales de Guatemala, creía que la persona que lo había delatado era Eduardo d´Aubuisson.
Un testigo que declaró en los tribunales de Guatemala, identificado como Ramiro Antonio de León López, dijo que en 2005 contactó a dos salvadoreños y comenzó a trabajar como coyote. El jefe de los dos salvadoreños, que también trabajaban llevando personas de manera ilegal a los Estados Unidos, era Silva Pereira. Así lo aseguró el testigo en su declaración.
López detalló que en dos ocasiones se reunieron en un restaurante de Santa Ana. Ahí le escuchó a Silva Pereira decir: “Estos hijos de la gran p… creen que yo juguete de ellos soy. Así como me desestabilizaron a mí, los voy a desestabilizar yo… Me urge que personalmente te encargués de esto, porque Eduardo d´Aubuisson, ese hijo de la gran p… se va a ir con pancho, ya que las cosas las quiso hacer así a su manera, poniéndome el dedo con la DEA, porque a él la misma gente de ARENA a él lo mencionan, gente que está metida en babosadas, aquí todo se llega a saber”.
El coyote recuerda que en esa reunión, celebrada el 12 de noviembre de 2006, también estaba Manuel de Jesús Castillo Medrano, un exdiputado guatemalteco que contestó: “No te preocupés, hacé de cuenta y caso que ese hijo de la gran p… ya está muerto, porque ninguno se va a meter en este negocio”.
Tres diputados incinerados
El 19 de febrero de 2007, los diputados de ARENA Eduardo d´Aubuisson, William Pichinte y Ramón González viajaban en una camioneta hacia Guatemala. Iban a participar, durante una semana, en reuniones de trabajo del Parlamento Centroamericano (PARLACEN).
De San Salvador a la frontera las Chinamas, los diputados fueron escoltados por agentes de la Policía Nacional Civil (PNC). Al cruzar la frontera quedaron a cargo de policías de la División de Operaciones de Seguridad Pública de Guatemala.
Pasadas las once de la mañana, cuatro policías guatemaltecos de la División de Investigación Criminal (DINC) interceptaron a los diputados frente al centro comercial La Pradera. Los agentes habían sido alertados sobre un “tumbe” de drogas o dinero.
Los diputados fueron trasladados a un lugar desolado. Era una finca conocida como La Parga. Ahí, los policías desmantelaron la camioneta. Buscaban droga y dinero.
A esa misma hora, en una gasolinera cercana, integrantes de la banda de narcotraficantes de Jalpatagua compraban gasolina para quemar a los diputados salvadoreños. Los diputados fueron golpeados brutalmente y luego incinerados. Junto a los tres diputados también fue asesinado el motorista de estos.
El jueves 22 de febrero de 2007, cuatro policías guatemaltecos fueron arrestados por el cuádruple asesinato y fueron encarcelados en el penal de máxima seguridad conocido como El Boquerón. Sin embargo, en menos de 72 horas fueron asesinados dentro de su celda.
El testigo clave
Otro de los testigos que las autoridades judiciales de Guatemala utilizaron en contra de los implicados en el caso es uno nombrado con clave Fredys. Periodistas de El Faro lo entrevistaron cuando este se encontraba en una casa de seguridad de El Salvador.
Fredys es un delincuente que (según le dijo a El Faro) trabajaba moviendo armas y dinero para el cártel de los Zetas. Supo de la conspiración para asesinar a los diputados salvadoreños porque trabajaba para Óscar Armando Villanueva, un hombre conocido como El Coronel con nacional salvadoreña y guatemalteca.
Según Fredys, a inicios de 2007 El Coronel le ofreció participar en un negocio donde tendría una ganancia de 25,000 dólares solo para él.
El Coronel le explicó a Fredys que para ello era necesario reunirse en el municipio de Jalpatagua, Jutiapa, fronterizo con El Salvador. Fredys aceptó y se trasladó al lugar indicado. Ahí se instaló en el hotel El Centenario.
El 29 de enero de ese mismo año, su jefe, El Coronel, llegó al hotel donde él estaba hospedado y le dijo que se reunirían con unas personas en un carwash de enfrente. Así lo hicieron.
La segunda reunión ocurrió tres días después. En esa ocasión observó a una persona más: el diputado salvadoreño Carlos Silva Pereira, quien llegó acompañado de unos hombres armados. Hablaron durante 30 minutos. El plan era asesinar a los diputados de ARENA.
Fredys le aseguró a El Faro que desistió de participar en el plan y que su jefe, El Coronel, lo amenazó para que no fuera a decir nada.
Al ser desaforado, Silva Pereira huyó de manera ilegal hacia los Estados Unidos. Allá fue capturado y procesado por delitos migratorios. Intentó buscar asilo político, pero finalmente fue deportado a El Salvador.