El Salvador
martes 26 de noviembre de 2024

La nueva casa de Mauricio Funes en Nicaragua

por David Ernesto Pérez


Los precios del arrendamiento oscilan entre 1,700 a 2,600 dólares mensuales. Es requisito tener ingresos familiares superiores a los 9 mil 800 dólares.

Después de huir de El Salvador, a mediados del año 2016, el expresidente Carlos Mauricio Funes Cartagena arrendó un apartamento en los condominios Santa Mónica, atrás de Galerías Santo Domingo, en la parte final del 23 pasaje sureste, una de las zonas más exclusivas de Managua, Nicaragua. Los portones de acceso los custodian dos vigilantes privados que permanecen en una caseta de seguridad.

Fue la primera casa, en el país vecino, que habitó mientras la Fiscalía General de la República (FGR) avanzaba en la investigación en su contra por el supuesto desvío de $351,000, 000 de la partida secreta de la Presidencia de la República, además de otros cargos como el presunto soborno al exfiscal general Luis Martínez González para evitar ser investigado y el arreglo irregular con la italiana Astaldi para favorecerla en el caso El Chaparral.

El arrendamiento cuesta $1,200, es decir, unos 40,224 córdobas al tipo de cambio actual. La Bolsa Inmobiliaria de Nicaragua describe los apartamentos: “Tienen el estilo Townhouse. Poseen una club-house con piscina, calles iluminadas y vigilancia 24 horas, alambrado eléctrico en muros perimetrales. La distribución de los apartamentos consta de dos plantas, dos habitaciones, dos baños, baño de visita en la planta baja más cuarto de servicio, con su baño. Posee además su terraza y patio interior privado, sala, comedor, moderna cocina con superficie de granito”.

Los condominios Santa Mónica están en Santo Domingo. Esta es una zona de entre cinco a ocho kilómetros con casas de lujo en las que viven empresarios extranjeros y nicaragüenses, así como funcionarios del gobierno de Daniel Ortega Saavedra. También hay embajadas y representaciones de organismos internacionales de todo el mundo y los edificios de instituciones estatales.

Fue su primera casa pero su estadía fue breve. Es regla de oro entre quienes viven en esta zona la privacidad y la discreción. Pero Funes la rompió: llegó con más de media docena de policías uniformados y civiles del régimen de Ortega que permanecían en la puerta de su casa las 24 horas del día cuidándolo de la supuesta persecución que lo obligó a huir del país en el que nació hace 59 años. La parafernalia incomodó a los vecinos que se negaron a romper su costumbre solo por las inseguridades de un extranjero.

Dos fuentes confirmaron que los vecinos empezaron a presionar para que el propietario del apartamento desalojara al expresidente salvadoreño del lugar. Y lo lograron.

Se intentó entrevistar a la actual representante de los vecinos de Santa Mónica, pero ella se negó. Primero se conversó por teléfono y durante más de diez minutos repitió que nadie quiere recordar ese momento de estadía del exmandatario salvadoreño cuya nacionalización nicaragüense fue dada a conocer el 30 de julio del año que transcurre. En un mensaje de WhatsApp escribió: “Como condominio no tenemos ningún comentario al respecto ya que su estadía fue muy corta y apreciaríamos mucho no citar el nombre de la urbanización ni el de mi persona”.

Segunda casa

La segunda casa que habitó Funes está a unos dos kilómetros de distancia de los condominios Santo Domingo y, por su ubicación a orilla de la calle, la privacidad está menos garantizada. Por eso a Ismael López, entonces editor de política de La Prensa, de Nicaragua, le costó poco acercarse y pedir una entrevista. La solicitud la realizó a dos policías uniformados que permanecían en la entrada. Evidentemente la respuesta fue negativa. Fueron dos noticias a la vez: se conoció que el régimen lo había asilado y, además, donde vivía.

Las Colinas, al igual que Santo Domingo, es una zona exclusiva con casas lujosas en las que viven políticos y empresarios así como también hay sedes diplomáticas. La embajada salvadoreña en Managua, por ejemplo, está aquí.

No hay claridad de la fecha en la que llegó a vivir a Las Colinas pero los empleados de las casas vecinas comenzaron a notar movimientos extraños a principios de 2017, cuando policías uniformados y de civil permanecían las 24 horas afuera de la casa custodiando la entrada para el nuevo inquilino. A los cuatro meses de la nueva rutina empezaron a ver, únicamente en las noches, a un hombre barbado, pelo corto, lentes gruesos y panza crecida que con sus perros iba a la tienda de la esquina llamada AM-PM a comprar licor. No tardaba más de lo necesario: regresaba rápido a la casa con sus bolsas, sin detenerse a hablar con nada ni con nadie.

Mauricio Funes por las calles de Managua.

Mauricio Funes por las calles de Managua.

A veces, cuando andaba de buen humor, invitaba a gaseosas o regalaba dólares a los empleados de las casas vecinas que salían en las noches a tomar aire fresco. En la cuadra era conocido como el Doctor Funes.

La casa número 1 de la calle La Ladera, en Las Colinas, es blanca en el muro perimetral y café claro en las estructuras principales. Se presume que es propiedad del Estado que la suele ocupar para celebrar eventos diplomáticos.

—Lo más seguro es que se pasara el día bebiendo— dijo uno de los empleados de las casas vecinas que durante un poco más de un año vio las pocas veces que el expresidente salió a la calle a comprar y pasear sus perros.

Carlos Mauricio Funes Velasco, uno de los hijos del expresidente, solía salir con más frecuencia durante el día. Era más común verlo entrar a la tienda, comprar una botella de licor, dar un trago largo y profundo y escupir después. En sus paseos llevaba a su perra, una labradora café.

—Se emborrachaba y besaba a la perra. Ese muchacho es un cablepelado— recordó otro de los empleados de las casas vecinas de la calle La Ladera.

A una cuadra de la casa número uno hay un predio de carros de comida rápida: hamburguesas, cervezas, tacos, tortas, carne asada, entre otros. En todo el año que Funes vivió tenía predilección por un lugar: una cevichería cuyo propietario es un ecuatoriano que es amigo de una de las hijas de Ortega.

Las pocas veces que salió en el día fue para llevar a sus perros a pasear o para ir al predio a comer ceviche y beber unas cervezas. A pesar de estar a una cuadra de la casa en la que entonces vivía iba en su camioneta Hummer siempre fuertemente custodiado. Una de esas pocas veces fue fotografiado: camisa hawaiana, pantalón azul oscuro, barba de varios días, pelo corto y encanecido. Parece relajado. Sonríe. De su brazo izquierdo cuelga una correa verde con la que lleva amarrado un perro raza Husky de entre cuatro a cinco meses de edad. Detrás de él su cónyuge Ada Mitchell  Guzmán Sigüenza con un bebé montado en un carrito plástico y, al final, su hijo Carlos Mauricio con gorra, lentes oscuros, camisa blanca y apariencia de recién levantado.

Una de esas pocas veces que Funes llegó al predio tuvo un disgusto, según los propietarios de los establecimientos a los que se entrevistó para este texto. Uno de los clientes se había tomado unas cervezas de más y al ver a Guzmán Sigüenza la piropeó vulgarmente. El expresidente, enojado, se dio vuelta y encaró al sujeto que acosaba a su cónyuge y lo insultó. Luego la agarró a ella de la mano, la llevó a la camioneta y se largó. Nunca más volvió.

Hace más de un año que Funes ya no vive en la casa número uno de la calle La Ladera. Las Colinas ha vuelto a ser el lugar tranquilo que siempre fue. Los policías ya no permanecen  custodiando la entrada ni se les ve caminando detrás de él.

Regresa a zona exclusiva

Las fuentes que se consultaron para este artículo confirmaron que el expresidente regresó a Santo Domingo buscando más privacidad. Esta es una zona grande con residenciales como Altos de Santo Domingo, Lomas de Santo Domingo, Villas de la Estancia, Pinares de Santo Domingo, Palma Real, Portal de la Estancia, Condominio El Mirador, Residencial Lomas de Notre Dame, Residencial Puertas de Hierro, El Mirador Suites and Lounge, entre otros.

Todas y cada una de las residenciales tienen portón de acceso con guardias custodiando. Sin embargo, las fuentes consultadas dijeron que es bastante probable que la nueva casa de Funes esté en Estancia de Santo Domingo, que es una residencial con pasajes internos también custodiados con portón de acceso y guardias de seguridad.

Una casa en Estancia de Santo Domingo puede oscilar entre los 300 a 500 mil dólares, de acuerdo con los precios de mercado actuales.

Entrada a Estancias de Santo Domingo, Managua.

Entrada a Estancias de Santo Domingo, Managua.

Las más baratas tienen un área de construcción de más de 300 metros cuadrados y unos 1,000 varas cuadradas de área de terreno. Son de dos pisos con cuatro habitaciones, tres baños, sala, comedor, patio propio, terraza, lavandería interna, cocina, cuarto de estudio, cuarto con baño para trabajadora doméstica.

Las características de las casas son: cuatro habitaciones, cuatro baños, estudio privado, sala amplia, área de comedor, cocina con espacio para desayunador, piscina, terraza, doble portón eléctrico para el acceso de los vehículos, cerco eléctrico, entre otros. El área del terreno es de 2,000 varas cuadradas con un área de construcción de 400 metros cuadrados.

El sitio Bolsanica.com describe así las casas en la Estancia: “Una de las zonas más exclusivas de Managua (…) es una casa como solo en Estancia se pueden encontrar, ideal para casa de habitación y por su ubicación tiene una zona muy segura para vivir y gozar de la tranquilidad y quietud”.

Los precios del arrendamiento oscilan entre 1,700 a 2,600 dólares mensuales. Es requisito tener ingresos familiares superiores a los 9 mil 800 dólares.

¿Cómo hacen los Funes para pagarse una casa en Santo Domingo y vivir en una zona bastante exclusiva y mantener un alto estatus de vida?

El 13 de mayo de este año El Confidencial publicó que Funes es empleado de la Cancillería con un salario de $2,739. Su hijo Diego Roberto Funes Cañas también tiene sueldo de asesor superior a los $1,400.

Una de las fuentes consultadas para este artículo dijo NO haber visto una tan sola vez a Funes y a  su hijo en la Cancillería nicaragüense que administra el ministro orteguista Dennis Moncada.

Funes Velasco también es empleado orteguista: trabaja en la Cinemateca Nacional. Una fuente lo confirmó y, además, en su perfil de Facebook él mismo identifica como su lugar de trabajo ese lugar ubicado a unos pocos pasos del muelle Salvador Allende.

“Como este es un régimen totalitario no hay transparencia de nada. Es difícil acceder a ese tipo de conocimiento”, dijo a Diario 1 Carlos Pallais, miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, sobre la posibilidad que Funes y su familia ocupen plazas fantasma en las instituciones estatales nicaragüenses.

“No tiene vergüenza ni él ni Ortega de darle altos cargos a una persona requerida por la justicia, no tiene nombre una cuestión como esa… si Ortega no tuviera el control absoluto que tiene sobre las instituciones de gobierno, sería inaceptable”, criticó Max Jerez, miembro de la opositora Alianza Cívica y líder estudiantil. “Está más destinado a garantizarle cierto tipo de estatus o subsistencia, por lo que es probable que él no ejerza ninguna función. En Cancillería no me imagino que tipo de funciones puede hacer. Solo es para garantizarle ciertas comodidades”, agregó.

“Las Colinas y Santo Domingo son zonas exclusivas, no para una clase media normal. El costo de la vida es mucho más caro en esa zona. Un trabajador promedio de Cancillería nicaragüense muy difícilmente pueda darse ese tipo de vida”, explicó Jerez.

En las actuales condiciones del Estado nicaragüense es casi imposible verificar si el expresidente Funes tiene propiedades a su nombre a o nombre de terceros o si incluso fundó empresas que le generan ingresos que justifiquen su nivel de vida. Hasta principios del año 2018 todavía era posible acudir al registro de la propiedad para verificar compras, ventas o cualquier otro tipo de movimientos de propiedades.

El 9 de octubre del año pasado la Corte Suprema de Justicia mandó una circular a las sedes del Registro Público ordenando que solo podrá pedir información registral el propietario del inmueble, el que compra, el interesado en comprarlo, el notario con un poder del propietario y las autoridades. Esta orden pasó encima de la Ley General de los Registros Públicos, conocida como Ley 698.

La medida, que está vigente desde esa fecha, sirvió como un muro de contención para proteger los movimientos de propiedades que se presume están haciendo los cómplices del régimen de Ortega después que Estados Unidos sancionó a Rosario Murillo, vicepresidenta; Francisco Díaz Madriz, asesor de la agencia gubernamental ProNicaragua; Néstor Moncada Lau, asesor de Seguridad Nacional y otros señalados por supuestas violaciones a los derechos humanos y corrupción.

Los laberintos legales que el gobierno de Ortega impulsa para protegerse también están beneficiando al expresidente salvadoreño.

“Siempre en los asilos y en dar cobertura de impunidad a los perseguidos de delitos, siempre ha habido denuncias de corrupción detrás”, recordó Pallais refiriéndose a la probabilidad que el expresidente también esté siendo beneficiado de una nueva modalidad de La Piñata, que fue  más la confiscación de casi cinco mil propiedades que hicieron los sandinistas en los años 80 y que al salir del poder se repartieron entre ellos.

En sus memorias, Sergio Ramírez escribió sobre ese momento: “El FSLN necesitaba bienes, rentas, y había que tomarlos del Estado antes que se cumplieran los tres meses de la transición. Se dio entonces una transferencia apresurada y caótica de edificios, empresas, haciendas, participación de acciones (…) muchas nuevas y grandes fortunas, muchas de ellas tan odiosas como la que por rechazo inspiraron el código de conducta de las catacumbas”.

Casa particular en Santo Domingo, Managua.

Foto referencia: Ejemplo de casa particular en Santo Domingo, Managua.