Antes que pandilleros mataran a Gloria, ella se apuró para terminar la tarea de inglés que le hacía falta. Gloria -quien tenía otro nombre en su cuenta de Facebook porque no quería que José Luis Polanco la reconociera en la red social- no había tenido tiempo de terminar sus compromisos escolares, porque ayudó a su abuela a barrer el piso de tierra de su pobre vivienda ubicada en el cantón El Jocote, del municipio de San Matías, en La Libertad. En su casa quedaron sus hermanos gemelos de 1 año, su madre y su abuela.
Pasada la una de la tarde del viernes 3 de marzo, Gloria salió corriendo. Tenía que caminar más de tres kilómetros hasta el Centro Escolar del Caserío La Esperanza. Ahí cursaba séptimo grado. El sol era fuerte y el resplandor entre los cañales que cruzaba hacía casi hervir el camino.
Laura, la madre de Gloria, recogía los platos del almuerzo de los gemelos, mientras platicaba con la abuela. En ese momento se asustaron, escucharon disparos. Muchos. Sin pensar salió corriendo a buscar a Gloria. A más de un kilómetro de su casa, a la par de un terrero cañero encontró el cuerpo de su hija. En posición fetal estaba tirada a un costado del falso que estaba abierto, con su bolsón se tapó la cara. Gloria recibió 3 balazos en su rostro y 6 más en su cuerpo.
La Policía Nacional Civil (PNC) dice que ya sabe quién mató a Gloria. Ellos acusan a José Luis Polanco Escalante, alias “El Grinch”, un miembro de la pandilla 18, facción Revolucionarios, porque Gloria no quiso ser su novia. “Hace unos días le dijo que no, por eso la mató”, aseguran.
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Gloria se llevaba con pocos en El Jocote, sus amigos eran selectos. No se llevaba con “los bichos”, aunque les hablaba de “lejitos”. Esa relación es casi obligatoria entre todos los habitantes de los tres cantones que colindan con Quezaltepeque –El Jocote, El Jícaro y La Puebla-. Los pandilleros de la 18 se han adueñado prácticamente de todo el sector.
Son cantones con poco acceso a servicios básicos, como agua potable. A Gloria le tocaba caminar menos de un kilómetro, a diario, para ir a traer agua para su familia. Los lavaderos del cantón son “propiedad” de los pandilleros. “Ellos deciden quién puede agarrar agua y quién no”. Eso lo saben todos los habitantes de la zona.
Gloria, que siempre iba en la mañana a traer agua, era acosada por José Luis Polanco Escalante, “el Grinch”. Desde hace años el pandillero la pretendía. Ella no había tenido el valor de decirle “no”. Hasta la semana pasada. Ese día “el Grinch” la amenazó.
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Según la PNC de la localidad, a un kilómetro de su casa un grupo de tres pandilleros esperaba a Gloria. Sabían que todas las tardes ella caminaba por la zona hacia su centro de estudios en el caserío La Esperanza. Ellos se encontraban bajo la sombra de un árbol, su víctima se había tardado unos minutos.
Pasada la una de la tarde, la joven asomó por el camino de tierra. Todo estaba listo. Salieron de los cañales, la joven se hizo a la orilla, al ver que los pandilleros sacaron pistolas calibre 9 milímetros, pensó en tapar su rostro con su mochila. Así recibió plomo. Fueron nueve balazos, tres en el rostro, los demás en el cuerpo.
Minutos más tarde, Laura lloró a la par del cuerpo de su hija. Ella sabía que a Gloria la habían amenazado. Pero no pudo hacer nada.
Del bolsón que quedó en el suelo salía sangre. Laura sabe que su hija está muerta. Solo ve las perforaciones en el bolsón. Sabe que su rostro está destrozado.
Los vecinos se acercaron. Algunas mujeres lloran y se abrazan. Todos están indignados e impotentes.
Las patrullas comenzaron a llegar. La Fiscalía tardó, también Medicina Legal. Fue hasta cuando ya casi oscureció que el cuerpo de Gloria fue levantado. Nadie dijo nada y siguen sin decir algo.
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Hasta el domingo en la tarde, los habitantes de El Jocote salieron. La única calle adoquinada fue el punto de partida del carro fúnebre. Con alabanzas, los gemelos jugando no entendían que pasaba.
En el cementerio, los gemelos intentaron darle una pacha a la foto de su hermana. Uno de ellos abrazaba la fotografía de Gloria. Después llora. Quizá ahora sabe que su hermana ya no está.