El temor a las represalias de los pandilleros de la MS es notorio en los apartamentos del condominio Jardines de América, ubicado San Jacinto, San Salvador. Las puertas y las ventanas permanecen cerradas.
A simple vista parece un edificio abandonado, pero la ropa colgada en los muros de protección frente a los pasillos es una evidencia que todavía alberga a algunas personas. Cuando se camina por sus pasillos, se escucha la música, programas de televisión y el susurro de los residentes detrás las puertas y ventanas.
Una vecina de la cuarta planta sale de su vivienda. Al percatarse de la presencia de medios de comunicación, prefiere encerrarse nuevamente.
Dos agentes policiales y un alumno de la Academia de Seguridad Pública caminan por todo el edificio con la finalidad de proteger a los residentes que se han quedado en sus apartamentos.
Otros aprovechan la presencia policial para sacar sus pocas pertenencias y marcharse hacia otro lugar. Su futuro es incierto. Hasta el momento, 12 familias han abandonado el lugar.
Una señora salió de su apartamento para tender la ropa en la barda de protección en la tercera planta. Su cuerpo tiembla de miedo y de preocupación. “Tememos por nuestras vidas pero todo se lo dejamos a Dios”, dijo a Diario 1.
La anciana se encierra en su apartamento donde manifiesta que ha vivido por más de 20 años y que es el único hogar para ella y sus cuatros hijos. No tienen otro lugar a dónde ir.
Otra vecina del condominio manifestó lo difícil que es para ella enfrentar las amenazas de la pandilla. “Es difícil nuestra situación. Yo he vivido en este edificio por más de 25 años con mi familia y es la primera vez que nos hemos visto amenazados”, aseguró.
Ella es vendedora ambulante en el Centro de San Salvador y no tiene recursos suficientes para dejar el apartamento y alquilar una casa. Explicó que paga $57 de alquiler en Jardines de América pero si quisiera alquilar una casa, para lo cual dispone de un presupuesto mensual de entre $75 a $100.
“Da miedo en la noche porque aquí es un lugar solitario. También da temor que los vecinos se vayan y nosotros nos quedemos acá. La Policía dice que estará en el condominio por una semana, después no sabemos qué pasará con nosotros. Solo Dios nos ayudará”, señaló.
El inicio de la pesadilla
Otro de residente del complejo habitacional relató a Diario 1 que las amenazas en contra de los habitantes del condominio comenzaron el 10 de octubre, cuando los pandilleros de la MS atacaron un chalet ubicado a un costado del edificio.
“Los pandilleros atacaron a la dueña del chalet. La dejaron como un monstruo y no sabemos su paradero. Ese mismo día, hicieron explotar el chalet. Eso ocasionó un enorme incendio que alcanzó algunos vehículos estacionados”, contó.
Los vecinos del condominio ayudaron a apagar el siniestro pero optaron por llamar al Cuerpo de Bomberos. Los bomberos atendieron el llamado de los residentes del edificio pero la Policía también se hizo presente a la zona. Esto ocasionó la ira de los delincuentes.
“En horas de la madrugada colocaron mensajes en nuestras puertas que nos daban 24 horas para abandonar los apartamentos. Ellos creen que nosotros llamamos a la Policía, pero no es cierto”, señaló.
El residente relató que el condominio era un lugar seguro; los niños jugaban en el patio de edificio, las vecinas caminaban libremente en todo el complejo habitacional y la gente entraba y salía sin inconvenientes. “Nunca creímos que nuestra vida cambiaría de esa manera. El primer movimiento fue en Caluco, ahora es acá. Mañana no sabemos en qué otras colonias harán lo mismo. Nosotros creemos en Dios y le pedimos que estas personas desistan de sus acciones”, manifestó.
Jardines de América está ubicada en la 10 Avenida Sur, a 300 metros de Museo General de Historia, y la delegación policial más cercana se encuentra a 800 metros. Pese a que el inmueble está rodeado de comunidades donde opera la MS, anteriormente no habían tenido problemas.
El edificio no tiene portón que proteja a sus residentes, pese a que la junta directiva de este solicitó un permiso a la alcaldía de San Salvador durante el período de Norman Quijano.
“La alcaldía no nos aprobó la instalación de un portón porque argumentaron que era un espacio público”, aseguró el vecino.
La Policía capturó el martes pasado a cuatro personas vinculadas con las amenazas a los habitantes de Jardín de América. Pese a los arrestos, los habitantes no están tranquilos. Saben que cuando la Policía se retire, su futuro será incierto.
“Cuando la Policía se vaya del edificio, tendré que irme hoy también. No podemos estar acá. Tememos por las represalias de ellos”, dijo el vecino, quien ha mandado a sus hijos con unos familiares y su esposa se ha ido con su familia al interior del país.
Los residentes de Jardines de América viven presos en sus propias viviendas con la esperanza de que Dios les proteja en El Salvador que ha sido clasificado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y Amnistía Internacional, como uno de los países más mortales del mundo fuera de una zona de guerra.