Joaquín “El Chapo” Guzmán −el capo mexicano líder del cártel de Sinaloa− construyó una inmensa organización narcotraficante que funcionó como una empresa transnacional. Dentro de este complejo entramado, en El Salvador se vinculó al narco mexicano con la banda “Los Perrones”.
Desde 2007, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos identificó el imperio financiero y las redes operativas que construyó “El Chapo” Guzmán, quien el pasado sábado se escapó de la cárcel de máxima seguridad en que estaba recluido a través de un túnel de 1,500 metros, en al menos 10 países del continente y España.
El tamaño del cártel situó a ese capo, cuyo apodo en mexicano significa “bajito”, como uno de los hombres más ricos del mundo del listado de la revista Forbes. En su ramo, el tráfico de droga, el cártel de Sinaloa fue considerado como una de las empresas más eficaces del mundo.
Según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNOCD, por sus siglas en inglés), el cártel del Pacífico estableció alianzas con “Los Perrones” al grado que “(Joaquín) El Chapo Guzmán contrató a Reynerio Flores para traficar cocaína a Guatemala y llevar dinero a Panamá”.
“Los Perrones” es una banda de narcotraficantes del oriente del país que surgió en la década de los 90. Se dedicó al lavado de dinero, la creación de fachadas comerciales para encubrir ganancias y logística, y montó rutas de contrabando para la cocaína. Perdió fuerza tras el arresto de Reynerio Flores Lazo y Juan María Medrano (Juan Colorado).
El 5 de diciembre de 2009, tras recibir información de agentes antinarcóticos estadounidenses, la PNC capturó a Juan Colorado en una pista de carreras ubicada entre San Miguel y Santa Rosa de Lima.
La pista para carreras de cuarto de milla contaba con graderíos y una torre de control, en la que el capo desplegaba su colección de autos en festivales. La Policía encontró dos armas y una bolsa de cocaína.
“Juan Colorado” fue condenado a 15 años de prisión por el delito de tráfico ilícito internacional de drogas.
Mientras, Reynerio Flores Lazo fue considerado como el máximo jefe del referido grupo. Se dice que esa organización todavía existe. Un informe de la inteligencia policial, compartido con la agencia antidrogas estadunidense (DEA), señaló que para noviembre de 2011 la banda operaba normalmente e incluso se había extendido a Honduras, Guatemala, Nicaragua y Costa Rica.
La banda de “Los Perrones” se convirtió en uno de los grupos más importantes de «transportistas», debido a la capacidad para mover cargamentos de drogas a Honduras y Guatemala, donde entregaban las cargas a grupos mexicanos como Los Zetas y el cártel de Sinaloa.
El grupo transportaba la cocaína a través de rutas terrestres en una flota de camiones de propiedad de una empresa de transportes de Reynerio Flores, de acuerdo con autoridades salvadoreñas.
Tras huir del país, Flores fue detenido en 2009 en Tegucigalpa, Honduras, acusado de narcotráfico, y posteriormente extraditado a El Salvador. Hoy en día se encuentra bajo arresto, sentenciado a 80 años en la cárcel.
Flores Lazo fue condenado el 16 de enero de 2012, por el Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador, por traficar droga desde Costa Rica a El Salvador y Guatemala, valiéndose de su empresa de transporte de carga para ocultar el estupefaciente.
Otra captura
En tanto, el 28 de marzo de 2014, la Policía Nacional Civil (PNC) informó que el salvadoreño José Enrike Torres, había sido capturado en Guatemala. Fue identificado como el segundo al mando de la banda “Los Perrones”.
Según las investigaciones de la Policía, Torres quedó al mando de la estructura criminal luego de la captura de su cabecilla Juan María Medrano.
Torres fue entregado a los agentes de Interpol El Salvador en la frontera de Las Chinamas, Ahuachapán.
Las fuerzas de seguridad de Guatemala confirmaron la captura de Torres, a quien también se le vincula al cártel mexicano de Sinaloa, de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Joaquín “El Chapo” Guzmán escapó el sábado pasado de la cárcel de máxima seguridad en que estaba recluido a través de un túnel de 1,500 metros que estaba provisto de tuberías de PVC para la respiración, tanques de oxígeno y motocicleta sobre rieles que llega a una casa en construcción, según las autoridades mexicanas.
Cuando las autoridades buscaron a “El Chapo” en su celda, hallaron un gran orificio en el área de la regadera, que comunica con un túnel que se extiende por una longitud aún indeterminada pero que en línea recta, de punto a punto, representa más de 1,500 metros.
Podría retormar control
El domingo, la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador emitió una alerta en los puertos terrestres, marítimos y aéreos de El Salvador para que en caso sea detectada la presencia de Joaquín “El Chapo” Guzmán proceder a su captura.
Un experto en cárteles de la droga considera que Joaquín Guzmán podría retomar pronto el control del cártel de Sinaloa.
Michael S. Vigil, quien es un retirado jefe de operaciones internacionales de la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, dijo que si Guzmán no es atrapado dentro de 48 horas, “quizás nunca lo encontremos de nuevo”.