La revista Forbes Centroamérica ubicó recientemente a Aída Farrar, conductora del programa Pencho y Aída y psicóloga de profesión, como una de las 50 mujeres más poderosas del istmo. Su rol como comunicadora en uno de los espacios de mayor audiencia en El Salvador le valieron situarse al lado de renombradas políticas como María Isabel Rodríguez, Ana Vilma de Escobar y Vanda Pignato.
Me ha tocado entrevistar a la exministra de salud e intentar pactar, sin éxito, una con la actual secretaria de Inclusión Social.
En todos los casos predominó la mesura y la distancia característica entre entevistador y entrevistado. En el caso de Farrar el solo hecho de entrar en su casa e intercambiar las primeras palabras supone fracasar en este cometido.
Natural, extrovertida y desinhibida, con Aída lo que se entabla es una plática donde mandan el humor y la distensión, similar al estilo de su programa que tiene ya más de 10 años al aire.
El reconocimiento de Forbes la tomó por sorpresa pero no lo considera una responsabilidad adicional: el compromiso −consigo misma y con el público− o asume diariamente porque se considera la voz de muchas mujeres no tienen acceso a un micrófono.
Aunque una coalición de partidos políticos de un expresidente la sondeó para ver si se vinculaba con la política, Aída nunca se ve incursionando en ese ámbito. La política en sí misma no es mala, sino los malos políticos.
¿Esperaba que la catalogaran como una de las mujeres más poderosas de Centroamérica?
Tú lo has dicho en la pregunta. ¿Esperaba? En ningún momento. Me escribió una chera de México apellido Campo. Así como cuando abrís todos tus correos y empiezo a leer, me escribieron que querían sacarme en la edición no sé qué no sé cuánto… Dije yo: “¿y esto?” Le comenté a la chulada de Pencho todavía y me dice: “¡Nombre esa es de la revista aquella Forbes!”
Todavía no me creo ni veo la dimensión que tiene. No me lo esperaba, fue una sorpresa.
¿Qué representa para usted?
Yo veo que soy la cara de muchas salvadoreñas que no tienen la oportunidad de presentarse en un medio de comunicación, pero aquí hay mujeres que valen mucho, como las que están en el campo que se levantan a las 5 de la mañana, tienen que caminar muchos kilómetros para llegar al trabajo, dejar la comida hecha para todos sus hijos, o mujeres que no goza de buena salud.
Siento que fui escogida en mi rubro, pero yo soy una representante, como que Dios me dijo “vos sos un instrumento de mucha mujeres que en El Salvador están necesitadas de que las oigan.
En el momento en que lo recibí, pense que verse ya a nivel centroamericano es un poquito pasar las fronteras, pero en realidad decir “wow es un Óscar que me estoy ganando”, tampoco. Tomé el reconocimiento de Forbes al suave, normal. Hasta ahorita que he escuchado mucha gente y recibido muchas felicitaciones que ni para el cumpleaños, ve uno el impacto.
Solo faltó que la felicitara el presidente entonces…
Nombre si pasa muy enfermo, ¡casi nunca está! En fin, es una revista que mucha gente conoce.
¿Siente más responsabilidad ahora que llegó a esa condición de mujer con poder?
Para serte sincera, vieras que no. Para mí siempre siento una responsabilidad estando en un medio de comunicación, siendo una figura pública, el estar en contacto con la gente es una responsabilidad todos los días y lo hago feliz.
¿Se considera una mujer influyente?
Ahora un poquito más, por lo que se ha dicho. Yo creo que una persona que está detrás de un micrófono o detrás de una cámara siempre puede influir sobre una persona.
Para ganarse esos puestos en esas revistas te deben de investigar, no creo que digan “aquí pongamos a esta para llenar el espacio”o a lo mejor sí, ¡quizás dijeron ‘faltaba una, pongamos a esta’!
Aparece a la par de figuras importantes de la política salvadoreña, como María Isabel Rodríguez, Ana Vilma de Escobar o Vanda Pignato…
A todas las respeto y le tengo mucho cariño, sobre todo a “Pica”, a la doctora también, ¡es una belleza! Las admiro mucho a ellas y a todas las que han aparecido en la revista, pero cada quien en su rubro, cada quien puede desempeñarse mejor en lo que está. La doctora, a la edad que tiene y trabajando yo quisiera llegar a esa edad y trabajar así.
Pica pues, en este sentido hizo cosas buenas, cosas que no pegaron, como humana que es. Lo que admiro es que la mujer tiene que participar en política, muchas veces lo decimos y no actuamos. En el caso de ella sí ha actuado. Vanda igual, una primera dama que sí trabajó.
¿Para quién debería estar hecha la política?
La política ahí está, para mujeres, jóvenes, hombres, e inclusive adolescentes que deben irse preparando para incursionar. Yo creo eso que dicen mucho, creo que hasta está choteado, de que la política no es mala, lo malo son los políticos; sin generalizar, porque hay políticos buenos. A mí me han hecho ofertas de cositas de política pero…
¿Quién se le acercó?
Fue el de comunicaciones de Tony Saca, que en ese momento no estaba en un partido sino en Unidad, que no llegó a nada. No fue que nos sentamos en un escritorio ni que me dijeran “mirá te venimos a proponer…”, pero esa gente siempre sondea.
¿Qué le dijo? ¿Nunca le interesó vincularse en política?
¡Le dije que no! Yo estoy contenta, creo que puedo hacer más por mi país en mi puesto, sin bandera alguna.
¿Si tuviera que escoger algún partido con cuál te irías?
Yo no soy de banderas políticas, creo que cada uno tiene cosas buenas y cosas malas, al menos en lo que proponen, porque que lo pongan en acción, no sé. Me gustan cosas que dicen unos y otras que dicen otro. Ojalá se pudieran juntar todas esas propuestas en una sola.
Ahora que dijo que está contenta y cómoda en su puesto de comunicadora ¿cómo fue ese proceso de consolidación de su tipo de programa?
Yo no sé cómo era el programa cuando estaba Pencho con otra persona, pero mi forma de hablar es como te estoy hablando ahora. Soy natural, para mí la naturalidad es lo más bonito que existe.
Hay muchas entrevistas que tienen a tirar directo, a atacar, como que no pueden ver ojos bonitos en cara ajena. La gente tiene su parte buena y su parte no tan buena.
De ese tipo de entrevistas como las que hacemos nosotros han salido unas primicias y unas cosas, en esa forma relajadas que lo hacés, hay confianza. Todos se van contentos, se ríen en nuestro programa, aunque tampoco es llegar a lo changoneta o a la bayuncada.
Ha hecho miles de entrevistas, ¿Algún personaje difícil para hacerlo entrar en confianza?
El Mágico, costó un mundo y la mitad del otro. No lo entrevistamos en el programa, sino que en unos podcast, entrevistas que se pasan por redes sociales. Lo hicimos a través de La Chelona y el Pájaro Huezo, que son sus mejores amigos. Al final dijo que sí, supuestamente…
¿Qué pasó?
Habíamos quedado para las 11:30 de la mañana. Le dijimos que era una entrevista así al suave vea, porque ya sabíamos él no le gusta dar entrevistas, él huye de los medios de comunicación. Nos fuimos a meter a la FESFUT pero eran las 12 y no había llegado. “¿Mirá dónde está?, no contesta” dijimos a un señor que nos salió. Nos salió todo el mundo. “Vámonos a los cuartos donde están los deportistas”, dijo. Luego fuimos a otro lado con otro señor, nos sentamos en una salita.
¿Y?
¡Como a las 12 y pico va saliendo, bien dormido! Esperamos porque nosotros de tercos ahí, a ver si la conseguíamos. “Qué ondas, vos cómo están es que a mí estos volados como saben que a mí no me gustan” dijo Mágico. “Si es una plática, tranquilos” le dijimos, “¿pero si va a ser aquí, vea?” nos respondió así como habla él. “Pero ¿por qué me dicen que a mí, si yo ni 10 minutos puedo hablar?”. Total que se llevó a un su chero para que lo acompañara, y fue.
¿Estaba nervioso?
Con aquel temor llegó, tomó agua y almorzamos unas boquitas, para hacerlo entrar en confianza. Nosotros hablando: “¿Y qué te fuiste para allá vos y que te fregaban…ya viste lo que nos ha costado que te levantaras, ya me imagino ahí en España cómo eras, más que te encantaba andar en discotecas, ¿cómo te ibas a levantar?”…Así íbamos: “¡Ay papá, algún tu hijo has de haber dejado allá!” “¿Ah? ¡A saber va!” nos dijo. “Ya me imagino esa española. Y qué música te gusta?” Y ahí Pencho puso una su música ahí…así fregando.
Jugando, jugando, más de una hora se estuvo hablando con nosotros. La pasó bien, costó, pero lo logramos, un ídolo para toda la mara aquí también.
¿Siempre fue así desde pequeña?
¿Cómo? ¿Cómo soy yo? Ja ja ja!
Así, extrovertida…
Yo creo que desde el colegio. Si te agarran a vos para participar en todos los actos, que bailabas, que cantabas, que tenías que dar unas palabras, ¡así que más de algo sí lo tuve! Creo que venía de mi mamá, que estuvo en el teatro en el colegio también.
Yo soy así como me ves, extrovertida, pero en realidad soy muy tranquila, yo voy a fregar en la noche con mis cheras, pero normal…tuve el novio formal, de “cipota”, y de ahí con mi esposo, hasta en ese sentido fui bastante tranquila pues. No era una seriedad andando, en la universidad con los mismos profesores fregábamos, pero hasta ahí nomás.
Tengo entendido que estudió psicología ¿Por qué?
Era la materia en la que iba mejor en el colegio. Cuando fui a la universidad Matías Delgado a inscribirme pensaba si tal vez estudiar Derecho, quizás porque hablo tanto y toda la cosa, hasta recibí un curso de eso.
Entonces ese día iba con una chera del colegio y en los departamentos, de un lado estaba comunicaciones y del otro psicología. Fuimos y preguntamos a la chera que estaba haciendo la lista: “¿comunicaciones a qué se refiere, es amplio o qué? ¿Es periodismo, o televisión? No me explicaron y yo pensaba que era periodismo escrito (cosa que nunca me imaginé haciendo), entonces me metí a psicología.
Me gustaba diseño pero me di cuenta que tenía que ir sábado y yo dije “noo, tampoco”. Al final de cuentas me tocó ir sábado en la carrera.
¿No se arrepiente?
No porque todo ese conocimiento lo usás para el área de comunicación, el trato con la gente, para el hogar, para todo.
También leí que dio talleres en el penal de Mariona ¿Cómo fue esa experiencia?
Fue para el 83-84. Fue una experiencia bonita, algo diferente. A un par de compañeras les pegaron su susto porque que se quedaban aparte y cuando les tocaba trabajar con uno de los chamacos se puso medio romántico con ellas, tuvo que llegar la profesora que estaba con nosotros, después hasta la profesora tuvo problemas.
Nosotros con la otra chera nos íbamos al área de talleres con 50, 65 presos a quienes dábamos charlas motivacionales, hasta nos encerraban platicando con ellos por horas.
Fue una experiencia increíble, viven en condiciones espantosas, hay gente con enfermedades mentales, que debería estar en el psiquiátrico.
¿Volvería a dar esos talleres ahora?
¿Ahora está más yuca verdad? Ja ja ja! Fijate que ahora hay un poco más de apertura en el sentido de proteger a la gente, debe ser difícil, pero creo que sí, tal vez lo haría, mientras no te vayan a aventar a la boca del lobo. Me llamaría la atención hacer un programa ahí ¡te voy a llevar a vos de guardaespaldas!
¡Ja ja ja!… hablando de aventarse ¿Qué es lo más aventado que ha hecho en tu vida?
¡Tener hijos! Jajaja. Así de cosas extremas, no sé. Me he metido en helicópteros nomás, pero cosas así, no. Para mí el trabajo lo he vivido de manera extrema.
¿Cuál es su “otra rutina” fuera del trabajo?
Despertarme tarde, tipo 11:30 de la mañana, estar aquí en la terraza, ver y cuidar lo verde, desayunar aquí en casa, cocinar, aunque no lo hago tan seguido. Suelo ir a misa, vsitar a mi mamá, reunirme con mi hermano con algunos cheros. Trato de desconectarme lo más posible, aunque siempre paso pendiente de las redes sociales que uno no las puede soltar.
¿Practica algún deporte?
Aeróbicos, casi todos los días, aunque hay ocasiones que te da aquella que te conté…haraganería o andás tan embotada cansada, pero en este medio uno no sabe, por el programa o por reuniones con algún cliente se pierde el ritmo. ¡Pero trato!
¿Cómo es Aída madre?
Ellos dicen que me quieren, que me extrañan (los días de la madre que te hacen tarjetitas, ja ja ja!) yo me considero que he sido también amiga, hablo con ellos, tengo mucha confianza y por algo ha de ser. Tengo comunicación con ellos casi todos los días, por Skype o Whatsapp. Pero yo encantada de ser mamá, en ningún momento me arrepentí.
¿Qué cambiaría?
Me hubiese gustado viajar más para estar más tiempo con mis hijos, el tener dinero para estar retirada, ¡ ja ja ja! Fijate que eso es mentira porque cuando tengo vacaciones ya son tres, cuatro días y me hace falta el trabajo. Qué hostigue no estar haciendo nada, y lo que he hecho en mi trabajo me fascina, no es que tampoco vaya a cambiar de carrera, a mi esposo y familia, nada de eso cambiaría.
¿A dónde se ve de aquí a unos treinta años?
¡Espero que no muerta, vos! Si estoy pollona, como la doctora, me veo dedicándome a algo, siendo abuela, haciendo cosas manuales. Tal vez tenga un programa de FUSATE, en el asilo, ¡dándole la bienvenida a los que van a visitar a los ancianitos! No lo sé….pero quieta no creo.