El desenlace fue inesperado, al estilo de los peores mafiosos. Un pik up blanco frenó de pronto y lanzó el cadáver de un guatemalteco en una desolada calle de Metapán.
Segundos después tiraron a otro hombre. Era Juan Vanegas, alcalde del municipio guatemalteco Concepción de las Minas, a quien se vincula con narcotraficantes internacionales.
Horas antes que sus cuerpos fueran botados desde ese vehículo, Vanegas y el guatemalteco asesinado se mostraban como hombres adinerados en medio de un bullicioso jaripeo. Eran el centro de atención.
Ese día, el domingo 19 de octubre, Vanegas ordenaba llevar las cervezas en cajas, las repartía entre sus amigos y pagaba más de lo que costaban.
Aquello parecía un rito en el que se manejaba el dinero como si se ganara con muchísima facilidad.
El primer cuerpo que cayó a la orilla de la calle era el de su acompañante, el guatemalteco Otto Iván López Garza, de 49 años. Tenía un balazo en la cabeza. Parecía como si lo hubieran hincado y luego disparado a corta distancia.
A Vanegas le dieron un tiro en el cuello, pero el proyectil no dañó ningún órgano vital.
Un residente de la zona observó cuando lanzaron los cuerpos desde el vehículo blanco. Fue él quien llamó a la Policía. Varios agentes llegaron pronto y acordonaron la escena donde estaba el cuerpo del guatemalteco fallecido.
Al alcalde Vanegas, de 48 años, lo levantaron del suelo. Estaba ebrio pero consciente. Gritaba que estaba bien, que no le había pasado nada.
Pero a pesar del extraño asesinato de su acompañante y del atentado en su contra, alguien le dio la orden para que regresara a su país.
El único testigo de un sangriento asesinato, cruzó la frontera, acompañado de familiares, como si no hubiese ocurrido nada. Si el caso hubiera estado bajo una cuidadosa investigación, al alcalde Vanegas no le hubieran autorizado abandonar el país.
De acuerdo con fiscales consultados por Diario1.com, que pidieron no ser identificados, al edil debieron llevarlo a un hospital, custodiarlo, retener sus documentos e impedir que abandonara El Salvador por la frontera cercana a Metapán.
Pero no sucedió así. Claramente ocurrió una omisión en la investigación que puede ser sancionada penalmente.
¿Quién autorizó al alcalde Vanegas abandonar el país?
El inspector Chacón, jefe de la sede policial de Metapán, dijo a periodistas de este medio que al alcalde lo llevaron al hospital metapaneco, pero que su herida en el cuello no era de gravedad.
Aseguró que la noche de ese mismo domingo familiares del alcalde llegaron hasta Metapán (Concepción de las Minas está a sólo 6 kilómetros) desistieron de la atención de ese nosocomio, firmaron un documento y el médico de turno permitió que Vanegas se fuera como si nada.
Cuando se le preguntó al jefe policial que quién había autorizado la salida de Vanegas, este respondió:
− “Nosotros no autorizamos eso. Lo autoriza la investigación a través de la Fiscalía General de la República”.
¿Es la Fiscalía la que autorizó que el testigo se fuera?
− Claro, así es.
Pero cuando se llamó vía teléfono a los encargados de comunicaciones de la Fiscalía para constatar si esa versión era cierta, estos dijeron que los fiscales que estuvieron en Metapán para conocer el caso no habían autorizado la salida del alcalde Vanegas.
¿La Fiscalía autorizó la salida del alcalde guatemalteco?, se le preguntó a un encargado de comunicaciones.
− A mí el fiscal me dijo:”Nosotros no hemos autorizado nada, cuando llegamos al hospital de Metapán, el señor ya se había trasladado”.
¿Protegieron al alcalde?
Más allá de la discrepancia en las versiones de ambas instituciones, todo indica que las disposiciones legales obligaban a cualquier investigador (fiscal o policial) a mantener bajo custodia al alcalde Vanegas para que diera su versión sobre la muerte de su compañero.
¿Quién falló? ¿Quién fue el que realmente dio la orden para que el alcalde guatemalteco se largara para su casa? Hasta ahora no hay respuestas. Pero sí se tienen evidencias que los dos guatemaltecos transitaron por las calles de Metapán en un vehículo con placas salvadoreñas.
La policía, sin embargo, no quiso identificar al propietario del carro. Mucho menos dar el número de matrícula.
Cuando se le dijo al jefe policial de Metapán que desde la Fiscalía desmentían su versión, se encolerizó y dijo que él como jefe policial no tenía por qué dar esa información a un diario.
¿Quién es el alcalde?
Juan Vanegas vive a unos seis kilómetros de Metapán. Es un visitante habitual de los rodeos que se realizan en la ciudad y los cantones de ese municipio.
Un diario guatemalteco (elPeriódico) publicó el pasado 5 de octubre un reportaje titulado “Se oyen pasos de animal grande: el cártel de narcos Valle Valle empieza a caer”.
Los periodistas guatemaltecos narran que las autoridades antidrogas de los Estados Unidos han extendido las investigaciones sobre estos narcotraficantes de Honduras hasta Guatemala.
Ahora se investiga, en Guatemala, a colaboradores guatemaltecos conectados con el cártel de la droga de Honduras llamado Valle Valle.
Es por ello que el pasado 27 de septiembre las autoridades estadounidenses, guatemaltecas y hondureñas allanaron una casa en Chiquimula, donde se localiza el municipio que gobierna Juan Vanegas.
En ese departamento buscaban aprehender a José Manuel López Morales, alias el Che, sobrino del alcalde de San Juan Ermita.
Lo más grave de este caso es que las informaciones de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) señalan que López Morales siempre ha contado con el apoyo de Juan Vanegas, el alcalde que fue baleado en Metapán.
A todos ellos los involucran con actividades logísticas de tráfico de drogas en apoyo al cártel hondureño de los Valle Valle, uno de los más peligrosos de ese país.
En el operativo para capturar al amigo del alcalde Vanegas participaron 50 agentes policiales apoyados por el ejército de Guatemala y cuatro helicópteros, uno de estos de la DEA.
Aunque no detuvieron a López Morales, íntimo amigo del alcalde Vanegas, sí capturaron a su esposa Deidy Gisleny Nufio Franco.
López Morales es propietario de una empresa constructora y de gasolineras en Chiquimula.
Eso significa que posee simetrías, en territorio fronterizo de Metapán, con Adán Salazar Umaña, un metapaneco que fue declarado recientemente por el expresidente Barack Obama como capo internacional de la droga.
Salazar Umaña también posee gasolineras y hoteles dentro de territorio salvadoreño. “Chepe Diablo”, como es conocido, es aficionados a los jaripeos y al manejo y cría de ganado.
Un alegre Jaripeo
El alcalde Venegas, vinculado a la estructura de los narcotraficantes Valle Valle de Honduras, departió el pasado domingo en un jaripeo organizado en el cantón Capulín del municipio de Metapán.
El edil de Concepción Las Minas, Juan Vanegas, no era invitado de honor, pero bastaron pocos minutos de su llegada para que se convirtiera en el centro de la fiesta.
Las cajas de cervezas comenzaron a repartirse entre un grupo de hombres que se aglomeraron en torno al alcalde y su acompañante. Algunos estaban vestidos como charros.
Reían, bailaban, se abrazaban, chocaban las manos y bebían cervezas. Así pasaron toda la tarde de ese domingo.
En cierto momento, el señor alcalde compró sombreros y se los entregó a las muchachas que cantaban música norteña para que los lanzara al azar entre los asistentes. Todo era fiesta.
“Yo vi que había mucha amistad por el roce que tenían. El alcalde disparaba todo, incluso nos daba más dinero del que costaba la caja de cervezas. Solo yo recogí cinco cajas de cervezas cuando terminó el corrido”, relata uno de los comerciantes que asistió al jaripeo.
José, un metapaneco que suele asistir a jaripeos y que esa tarde departió con el alcalde, recuerda haber visto a Vanegas en jaripeos realizados en la ciudad de Metapán, pero nunca en los de la cancha El Capulín.
“Dijeron que andaban con la familia, pero que ellos habían decidido quedarse al jaripeo – guarda silencio y después continúa hablando-. No, y aquí qué negocios van hacer. Es que el alcalde viene a los corridos que se hacen en Metapán. La vez anterior sí vi que andaba hasta con la familia”, comenta cuando se le pregunta si los señores guatemaltecos estaban haciendo algún negocio.
El corrido finalizó poco más de las seis de la tarde y el alcalde guatemalteco se fue con su acompañante en un vehículo con placas salvadoreñas. Llegaron a un restaurante ubicado en el centro de Metapán y continuaron bebiendo.
“Vinieron como las siete de la noche. Se tomaron un par de tragos y se fueron. Lo más que se estuvieron aquí fue media hora”, asegura el dueño del restaurante.
Pasadas las ocho de la noche, un pick up blanco lanzó a la calle de la colonia Montecristo, cerca de los juzgados, dos cuerpos ensangrentados. Era el del alcalde Vanegas y el de su acompañante.