El Salvador
jueves 28 de noviembre de 2024
Voces

Roca del fratricidio

por Redacción


En épocas de crisis, la crítica más aguda consiste en anotar contradicciones flagrantes. Por esta razón, a cuarentaicinco (45) años del asesinato de Roque Dalton (1935-1975), la paradoja más obvia la describe el desfase entre el crimen y la publicación de su “Poesía completa” (2005-2010).

Abstract: During periods of crisis, the most critical approach points out to flagrant contradictions, classically known as the conjunction of opposites.  This cyclical return of the same is the case for the forty-fifth commemoration of Roque Dalton’s murder by his own guerrilla group.  While his comrades silence his voice, an official institution opposed to Dalton’s party publishes his “Complete Poetry”.  This paradox demonstrates how political projects produce reversal effects of their original agenda, in an image of the speech act (I X You).  Dalton’s assassination by partners concludes in a state rescue of his poetic legacy.  The complementary opposite of fratricide names the opponent official recovery.  It is predictable that only a party —rival to his political agenda— will recover Dalton’s “Complete Prose” and, probably, his personal archive as a national treasure, available for research to the general public.   In the meantime, subjective memories tend to replace missing archives and primary documentation.

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En épocas de crisis, la crítica más aguda consiste en anotar contradicciones flagrantes.  Por esta razón, a cuarentaicinco (45) años del asesinato de Roque Dalton (1935-1975), la paradoja más obvia la describe el desfase entre el crimen y la publicación de su “Poesía completa” (2005-2010).  La primera acción destructiva la realizan sus camaradas más cercanos.  Hablan de la lucha de clases, pero su obra ejecuta la lucha a muerte dentro de la misma clase, esto es, el fratricidio.  El segundo acto constructivo lo efectúan diversos escritores —varios de izquierda— bajo el beneplácito de un gobierno de derecha.

“La única organización pura” aniquila y silencia (“Taberna”, 1969); la impura, concede el derecho de expresión.  Tal es la incómoda unión de los contrarios.  Unos declaran “la guerrilla es lo único que vale la pena” —al eliminar a un seguidor— otros, “la poesía es lo único que vale la pena”, al publicar su legado.  Este (des)encuentro —fratricidio y apertura editorial— cumple el vaticinio de una fábula clásica.  Se intitula “El león y los perros” de León Sigüenza (1895-1942), cuya brevedad permite transcribirla.

Escuálida jauría
De Perros muertos de hambre
Atacaron a un León;
¡Señor, si parecía
que lo iban hacer fiambre
en aquella ocasión!

De rudos dos zarpazos
Rodó pronto sin vida
El Perro más audaz,
Haciéndolo pedazos
Con ansia fratricida
La jauría voraz.

Saciado su apetito,
El grupo temerario
Dejó de ser feroz;
¡Pagaron su delito!:
hizo el León sanguinario
carnicería atroz.

Aun si la caracterización del movimiento guerrillero parezca exagerada —“muertos de hambre”, en vez de liberadores de los explotados— el colapso de su figura representativa —la “más audaz”— la calca la memoria actual.  La conclusión también resalta —sino el fracaso absoluto del movimiento armado— al menos la lucha interna en el mismo grupo político y social.  En efecto, el conflicto familiar provoca la victoria imposible.  Predice su propio descalabro ante la autoridad simbólica del “León”.

Esta confrontación fratricida la anticipa la larga dimensión de la literatura nacional.  La anota José María Peralta Lagos en 1921, al conmemorar el legado trágico de la independencia.  “Nuestra historia es muy triste: es la apología del fratricidio (y del sororicidio)…”  (“Cien años perdidos”, Septiembre 12 de 1921).  En réquiem coral, la afina Vicente Rosales y Rosales en “Mi maestro el Rosal” (1929).  El poemario refiere la lucha entre hombres iguales, quienes se disputan el monopolio de la Flor (Anthos) y la Verdad (Aletheia).  Sólo “el debate fratricida” (José Dols Corpeño, 1914) —“¿no veis cómo se matan hermanos con hermanos?” (José Llerena, 1921)— permite el alcance del Ideal.  Desde principios del siglo XX, la po-Ética transcribe cómo la historia nacional repite el mito clásico de los hermanos enemigos, cuyo crimen primordial inaugura un paradójico régimen de Libertad.

No habría nada nuevo bajo el sol, sino persiste el eterno retorno de lo mismo.  El marxismo salvadoreño no inventa el fratricidio o el crimen entre iguales.  Tampoco esa ciencia de la historia descubre que el sino sacrificial de sus adherentes sea necesario para el triunfo: “éste es el lugar propicio / tan sólo para el sacrificio / aquí tienes que ser: … / el primero en morir” (A. G. Martínez, “Las cárceles clandestinas”, 1978).  Según el sentido original de la palabra re-volución, la historia prosigue el destino sinódico de los astros.  Acaso la repite el 2020, salvo que la exclusión de la disidencia —fratricidio emblemático; ofrenda corporal— ya no exista, en un mundo técnico sin asperezas, crisis ni conflictos.  A la lectura de aclarar el renuevo de las expulsiones, de las migratorias a las políticas e ideológicas.

Este giro cíclico nos recuerda cómo las oposiciones se revierten.  Imitan el día que genera sombras y la noche, el fulgor de Luna.  El partido enemigo le da cabida editorial al legado poético de Dalton.  Le permite salir de la cuarentena guerrillera a la publicación nacional.  En cambio, al llegar al poder, su agrupación no continúa la labor de imprimir la “Prosa completa”, sino prolonga el confinamiento editorial.  Esconde el archivo.

En el ciclo anual de las estaciones —anticipo de la historia humana— aún me hallo a la espera que su incómoda figura siga rotando.  Florezca (Anthos) cada mayo al borde de la Cruz.  Tal vez de nuevo, otro gobierno enemigo decida conservar el archivo completo del autor.  Infrinja la ley fratricida de la historia tan sólida como la Roca.  Entretanto, mientras esa recolección (Logos) no suceda, no queda otra alternativa poética que observar “las aguas del río”, “en el cual viven los muertos”.  En ese constante reemplazo que la memoria subjetiva le impone al archivo…

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Véase también: “Azar del poético del (des)encuentro (1975)”, https://www.academia.edu/42797486/Complemento_a_Recordar_la_diferencia._El_legado_narrativo_náhuat-pipil_de_Lyle.