Considerando la relevancia que debe tener la energía en el crecimiento económico y en el desarrollo social del país, conviene efectuar un análisis tanto de las formas de como ésta se produce, como de aquellos factores que inciden en su precio. Cabe señalar que una condición propia de la electricidad es que al determinarse la factibilidad de cualquier fuente de generación eléctrica, se torna indispensable disponer de un sistema de transmisión y distribución que no solo facilite transferirla hacia aquellos lugares donde se requiere satisfacer una demanda de energía en tiempo real, sino también que ésta se provea de manera continua, dentro de los parámetros de calidad, a un valor competitivo para estimular la actividad productiva, y justo y solidario para aquellos estratos sociales de bajos ingresos económicos.
Cada país dependiendo de su estructura y política del sector posee variables de menor o mayor incidencia en su pliego tarifario. No obstante, una condición que está asociada directamente al precio de la energía, se relaciona a la forma de generar la electricidad por tipo de recurso, a las tecnologías utilizadas y al rendimiento óptimo de las centrales eléctricas. Adicionalmente a esta caracterización, otras variables que convergen en la fijación del precio de la energía son, para el caso de la generación hidroeléctrica; capacidad instalada, capacidad efectiva, capacidad del embalse y su regulación, el factor de planta, y la hidrología, que es una condición intrínseca del clima. Para la generación termoeléctrica, se considera el precio internacional de los combustibles, el costo del transporte, su disponibilidad y la operación y mantenimiento de la infraestructura de producción de este bien preciado. Para la generación geotérmica intervienen los costos de operación y mantenimiento constituidos por una porción fija y otra variable, relacionadas con la fase de producción de electricidad, como la calidad y el diseño de la planta, las características del recurso, regulaciones ambientales y la eficiencia del operador. Estos costos de O&M incluyen el campo de operación, la operación de los pozos, la restauración de los pozos, el trabajo sobre los pozos y el mantenimiento de las instalaciones. Complementan la cadena de costos que conforman el precio bruto de la electricidad, el cargo por potencia firme y la garantía de potencia; los cargos del sistema que los conforman; el costo de la burocracia, el cargo por el uso del sistema de transmisión, el costo de la administración y operación del mercado mayorista de electricidad, y el Cargo por Restricciones Nacionales (CARN), para la Comisión Regional de Interconexión Eléctrica (CRIE), cuyo monto asciende a $3.5 millones para El Salvador, que se aprobó de manera inconsulta por la Exsuperintendente Blanca Coto, cuando avaló la resolución 112-2018, sin omitir los márgenes por energía y por demanda máxima de la distribución eléctrica.
De acuerdo a la naturaleza de la matriz energética, cada país o región del mundo dispone de distintas fuentes de generación de electricidad como pueden ser: centrales hidroeléctricas, centrales termoeléctricas, centrales nucleares, parques eólicos, paneles solares y centrales de biomasa. En el istmo centroamericano, por citar una referencia, la generación que más predomina es la hidroeléctrica y la termoeléctrica a base de combustibles fósiles. Sin embargo en la experiencia de El Salvador prevalece el modelo exitoso de la generación geotérmica, un recurso estratégico que el país desarrolló por cuenta propia en la inversión de capital y en el campo técnico, que provee el 25% de la matriz energética y que representa una opción de energía de bajo costo, compatible al medio ambiente, y cuyas utilidades han permitido en más de alguna ocasión, suministrar un importe económico (subsidio) para mantener estable la tarifa eléctrica residencial para los consumidores de hasta 99 Kilovatio hora, la cual se convierte por medio de este mecanismo en una de las dos tarifas más bajas de la región centroamericana para este rango, no así para el resto de las bandas que se revisa cada tres meses, y que en esta ocasión el Gobierno del Presidente Nayib Bukele ha decidido congelarlo y absorber el costo del ajuste por la situación que atraviesa el país ante la pandemia de Covid-19, como una medida de beneficiar a los hogares salvadoreño y al sector de la empresa privada.