El Salvador
jueves 28 de noviembre de 2024
Voces

Adivíname ésa que ya te la dije… La creatividad de la lengua coloquial salvadoreña

por Redacción


El ensayo anota la manera impredecible en que la creatividad popular analiza las unidades lingüísticas del sentido: Ahua-Chapa-Pan = Water-Door Lock-Bread; Demos-Gracia (Let’s-Give-Thanks) = Democracia.

“Adivíname ésa que ya te la dije…  Ciencia vs. Conciencia lingüística” estudia una colección de trescientas sesentaicinco (365) adivinanzas —una por día del año— de una recopilación del folclor salvadoreño (1941-4), bajo la dirección de María de Baratta.  Pese a su falta de reconocimiento en el Museo de Antropología (MUNA), ella transcribe múltiples textos en la lengua náhuat y en la lengua coloquial salvadoreña.  Así lo comprueba “Historias prohibidas del Pulgarcito” (1974) de Roque Dalton quien, sin citarla, recita “Bombas” y un texto náhuat de Baratta.

El ensayo anota la manera impredecible en que la creatividad popular analiza las unidades lingüísticas del sentido: Ahua-Chapa-Pan = Water-Door Lock-Bread; Demos-Gracia (Let’s-Give-Thanks) = Democracia.  El habla creativa le propone al oyente un discurso en neta discrepancia con el análisis científico formal del idioma, por ejemplo, la etimología de Ahuachapán.  No sólo el uso diario subjetivo de la lengua asume otras unidades simbólicas que las científicas: morfemas, etc.  También el hablante (Yo) insiste que la significación real reconfigura la prescripción lógica gramatical.  Por desgracia para la ciencia, existe el libre arbitrio y la inventiva del habla.  “Adivíname ésa = mesa (to me-that).

El ensayo concentra su atención en tres mecanismos lingüísticos subjetivos: la actividad juguetona entre el sonido y el sentido o la recomposición de los sentidos originales —“Sancho = S-ancho (s-wide) = San-cho”; “Sapo-T (Toad-Tea) = Zapote”—, los dobles sentidos de las palabras —“matar un animal para matar el hambre”— y la descripción sagaz que evoca el objeto sin apuntar a él.  “Tengo patas pero no camino, comida arriba, pero no como = la mesa”.  La política ofrece ese ju-Ego entre el sonido y el sentido para atrapar una clientela.

La novedad de este ensayo consiste en ofrecer una lingüística del habla popular salvadoreña —su creatividad poética — en reverso complementario a los niveles tradicionales de la ciencia (fonología, morfología, léxico, etc.).  Secundarios en el acertijo, todo concepto técnico objetivo convoca su reverso subjetivo.

La comunicación señala su paridad complementaria con la confusión por la intersubjetividad (co(n)-, with) que enlaza ambas nociones: Yo-mensaje (con-)-Tú.  En vez de definir la identidad nacional por la alta élite letrada, la adivinanza recomienda el uso popular de la lengua como fundamento de lo democrático, en desacuerdo con los estudios literarios.  La lengua no sólo comunica y confunde.  En su objetivo de obtener un rédito del oyente, reconoce que la mentira se usa lograr verdades.

Guardada en estrecha cárcel
Por soldados de marfil
Está una roja culebra
Que es la madre del mentir = la lengua.

Por “la verdad de la mentira”, el idioma hace creer que “nombra las cosas por su nombre”.  Pero jamás refiere quién posee el derecho constitucional de nombrarlas.

Como hecho lingüístico, lo político a menudo confunde al representante —el Gobierno— con el representado, la palabra “pueblo”.  Otras temáticas actuales derivan de este concepto de lo “popular”, como la cuestión de género cambiante, la violencia doméstica e infantil, la sección final reproduce el corpus estudiado luego de setentaicinco (75) años de olvido.

La presentación tendrá lugar el día viernes 22 de mayo de 2020 a las 5pm, hora de El Salvador, por FB-Live en las páginas:

https://www.facebook.com/rafael.laramartinez

https://www.CasadelaCulturaElSalvador.

Habrá libro digital disponible.

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