El Salvador
viernes 22 de noviembre de 2024

De adivinanzas: Ciencia vs. Consciencia lingüística (III)

por Redacción


La segunda técnica presupone que dos o más cosas se identifican entre sí al recibir el mismo nombre. De lo contrario, la conciencia humana les atribuiría un apelativo distinto.

II. Doble sentido

Según la lección del santo del día, San-Día:

Cielo arriba, cielo abajo,
Y una laguna en  medio…

¿En qué se parece el tren a la Semana Santa?
Y luego se canta en coral:

Ahí viene el toro pinto
Hijo de la vaca mora,

Quiero echarme una suerte,
Delante de tu señora.

A la lectura de descifrar el par de adivinanzas, así como la “suerte” que el hablante masculino anhela “echarse” en descaro…

La segunda técnica presupone que dos o más cosas se identifican entre sí al recibir el mismo nombre.  De lo contrario, la conciencia humana les atribuiría un apelativo distinto.  El concepto unifica diferentes entidades al reconocer que poseen un elemento común: el significante sonoro o gráfico.  Los objetos naturalmente disímiles los reúne la arbitrariedad cultural que los clasifica bajo una misma noción.

¿En qué se parecen las mujeres a los volcanes? = en las faldas.

De nuevo, pese a su diferencia etimológica, el sonido le impone la pauta al sentido.  La materialidad de la lengua —la onda física sonora, gráfica— exige que el sentido intangible apoye su abstracción en lo patente.  De esta razón concreta se deduce que el “pegamento” y el “rabo” se enlacen en un término común.   Igualmente sucede con el segundo acertijo el cual denota el saber musical de quien lo enuncia.  Enlaza la solfa musical al astro diurno y a un pronombre de la primera persona.

¿En que se parece el carpintero al perro?  Menean la cola (They shake/move glue – tail).

¿En que se parece el sol a mí/i? = somos dos notas de solfa (dónde sol = “sun, sol” y mí/mi = to me, mi”).

Las palabras que se pronuncian o escriben de igual manera —a identidad fonética o gráfica— manifiestan un neto enlace en la significación.  Por esa similitud, en el ejemplo anterior, un objeto natural domesticado y un personaje social —los referentes de las palabras— los emparienta la conciencia lingüística de su acción.

El doble sentido también desempeña un papel prominente en averiguar el contenido del acertijo, tal cual en el par de citas siguientes.  Si en el primero, “matar” entraña la muerte como fin; en el segundo “cabo” supone el “extremo” y el “capataz”.

¿Quién es aquel,

que si no lo matan no está contento? = el hambre.

¿En qué se parece un soldado a una candela? = ambos llegan a cabo.

Asimismo sucede con la cortina cuya descripción anticipa el tercer recurso lingüístico de la adivinanza.  Los anillos que la sostienen y el movimiento horizontal evocan las extremidades del cuerpo humano.

Tengo anillos y no tengo dedos,

Corro y no tengo pies = la cortina.

Lo mismo ocurre con la parte inferior del pie y los vegetales.  Al recibir el mismo nombre, la propia palabra enlaza el jardín al sostén del cuerpo humano.  Por derecho nominativo, mientras el surrealismo interroga “¿qué hace esa palm(er)a en tu mano (la paume de ta main)?” —“el alma en la palma”— las adivinanzas intuyen que las flores y las verduras le otorgan el sustento y la viga del cuerpo humano.  “Los vegetales creciendo como mi deseo” (J. Lezama Lima) se arraigan en el cuerpo humano mismo, tanto por su ingestión diaria en alimento, como por los nombres de sus partes.

¿Cuál es la planta más útil para el hombre? = la planta de los pies.

¿Qué es, que no es, que está en el jardín y en tus pies? = la planta del pie.

Si los objetos tangibles se prestan a una correlación cambiante entre el sonido y el sentido, con mayor razón todo concepto abstracto presupone una serie de juegos más compleja con su verdadera significación.  A la lectura de este ensayo le correspondería rastrear la manera en que los mismos términos —democracia, justicia, pueblo, revolución…— los utilizan diversos regímenes y épocas históricas al legitimar proyectos políticos dispares.  A menudo, el uso de las comillas se utiliza como recurso ideológico para distinguir el sentido correcto de sus desviaciones partidistas o culturales disímiles.

En ejemplo más neutro, Venus sólo clasifica hoy como planeta.  Su calidad de “diosa antigua de la hermosura” —“dualidad mexica”, Nextamallani, diurna, y Xollotl, nocturno— calificarían como ficciones para la perspectiva actual.  Siempre se cuestionará quién posee el derecho humano de nombrar las cosas y las ideas.  Quién monopoliza el derecho humano de otorgarle la significación correcta a las palabras.  Por axioma aristotélico —zoon logos ejon, animal dotado de lenguaje— es derecho inalienable del habla misma y de todo Yo (Hablante).  De la creatividad poética y del libre arbitrio.

IK 1

Ik 2

A continuar: II.  I.  Ciencia y doble sentido