La violencia de género es una problemática multifactorial, por lo tanto se debe de analizar holísticamente. En primer lugar, la violencia es una dimensión social y cultural, por lo cual se le conceptualiza como una acción negativa de un individuo o grupo contra otras personas, con el propósito manifiesto de afectar su forma de actuar y pensar, con el fin de ejercer un dominio y control sobre ellas.
En el caso de la violencia de género hay una serie de detonadores como lo es el alcohol, las drogas, cosificación de la pareja o el desequilibrio en las condiciones económicas. Todos estos desencadenante se pueden agrupar en tres segmentos que son los factores psicológicos, sociales y económicos; los cuales se explican a continuación.
El factor psicológico se refleja en la deficiencia de comunicación interpersonal y tolerancia, ya que hay una deficiencia en los canales de comunicación, imposibilitando la solución de problemas, pues no hay un análisis racional de la problemática, sino un huracán de emociones y conductas negativas, lo cual se refleja en la violencia verbal por medio de lenguaje agresivo y acusatorio, llevando como resultado peleas y violencia física.
En lo referente al factor económico de la violencia de género se ha demostrado que la pobreza afecta desproporcionadamente a las mujeres de todo el mundo, pues son revictimizadas, en particular las cabezas de hogares, provocando ser víctimas de más de un tipo de violencia de género, no solo por sus parejas, sino por la sociedad completa, reflejándose en la negación al acceso de los servicios de salud, vivienda, educación, etc. destrozando sus Derechos Humanos y la posibilidad de llegar a una real equidad de género.
Por último el factor sociológico, es el resultado de patriarcado que monopoliza la mente de varios hombres y mujeres, las cuales reproducen la violencia de género de manera natural e imperceptible, por ejemplo la asignación de espacios, tareas, colores y trabajos determinados por la calidad de mujer u hombre. Este factor es el más difícil de eliminar, ya que es el que sostiene la infraestructura de todo el aparataje de la violencia de género, pues es una construcción cultural que se renueva por los procesos de socialización.
En otras palabras el patriarcado se mantiene como una estructura caracterizada por la autoridad del hombre sobre la mujer e hijos, la cual es impuesta y reforzada por las instituciones familiares, sociales y religiosas. Por lo tanto, la violencia de género que ejerce el patriarcado está dispersa en toda la organización social, lo cual se refleja en la cultura, leyes y políticas donde las instituciones patriarcales tienen el control; y solo rompiendo esta estructura socio-cultural patriarcal se logrará erradicar la violencia de género en las sociedades como la salvadoreña, de ahí que la lucha por la equidad de género y erradicación de todos los tipos de violencia sean una causa justa que se debe de defender desde todos los sectores sociales, económicos y políticos de El Salvador.