En el artículo anterior se habló un poco sobre cuál era la concepción que Don Alberto tenía sobre el feminismo bien entendido y que se fundamentaba básicamente en que la mujer no tenía que estar en una lucha constante con el hombre para demostrar que era mejor. Ahora bien, en esta ocasión intentaremos ahondar un poco más sobre dicha concepción, partiendo del punto de que Don Alberto Masferrer pensaba que el hombre tenía que ser educado para no ver a la mujer como un objeto de placer sexual en primer lugar y en segundo término, para no tratarla como una esclava, la “esclava del fogón” como él la llamaba.
En términos generales, Masferrer, pensaba que se subestimaba los esfuerzos que la mujer realizaba haciendo los oficios del hogar, todos en función del hombre y de los hijos. Masferrer en este sentido no utilizaba la palabra “esclava” de manera metafórica ya que esta invertía todo su tiempo y energía en dichas actividades no pudiendo disponer para sí misma de su cuerpo, mente y espíritu. La vida que vivía la mujer en esa época era monótona, frustrante y agobiante, ya que carecía de sueños y expectativas. Desde esa óptica el autor del Minimum Vital creía que la mujer tenía derecho a una vida INTEGRA con letras mayúsculas.
Masferrer, en esta dirección cita al más grande filósofo de la antigüedad –Platón– quien diría: “hombre libre es aquel que tiene ocios”, es decir, Masferrer era de la opinión que la mujer tenía tanto derecho como el hombre a recrearse, a educarse, a leer un libro, a salir a pasear, a ir al teatro, o, incluso a no hacer nada y ese ocio precisamente era el que la convertía en ser humano y no en una sierva que existía únicamente para cumplir los deseos y necesidades de su esposo. Esto nos lleva a concluir aunque suene un poco sartreana la idea de que la mujer tiene derecho a SER lo que puede y anhela SER, o, en otras palabras, para realizarse en sus múltiples posibilidades. El problema en ese entonces, tal como sucede hoy en día era que el hombre avasallaba a tal punto dicha libertad que la mujer terminaba por ser nulificada.
De ahí que si se ve desde un punto de vista lógico, el machismo es un factor directo de atraso, ya que impide que un gran sector de la población progrese y se autoafirme. Definitivamente, Masferrer con todo este divagar intelectual fue un hombre póstumo, ya que estableció que uno de los principales derechos que se le tenían que hacer efectivos a la mujer era el del acceso a la cultura. Masferrer defendía a la mujer de todos los estratos sociales, pero principalmente a las de los sectores más humildes, a las que no tenían recursos, ya que estas eran las que más se encontraban en una situación de indefensión. Otra cuestión aunque no la ventila directamente Masferrer era que esta mujer que realizaba los oficios del hogar, generalmente no era y ni aún hoy sigue siendo remunerada, cuestión que reafirmaba su situación de esclavitud. En la siguiente frase puede observarse como Masferrer abogaba por las mujeres de distintas clases sociales:
«Pero si el feminismo ha de ser algo noble y eficiente, no se detendrá a ser una mezquina lucha de grupos, que emancipa a unos pocos, arruinando a los más. Si la emancipación de la mujer ha de significar algo en la Historia, será la emancipación de todas las mujeres, – aunque sólo fuese en una medida circunscrita, limitada, en camino de ser cada vez algo más amplia».
Evidentemente cuando Masferrer pensaba en la condición de la mujer también lo hacía en un sentido social, lo cual nos lleva a pensar que era una parte importante dentro del engranaje de su Minímum Vital: sirvientas, campesinas, obreras, amas de casa, oficinistas, cocineras, todas sin excepción a partir de sus propias características debían de ser protegidas por el Estado y, en general, por la sociedad en su conjunto. Ahora bien, Masferrer, así como denunciaba la opresión que se ejercía contra la mujer también se oponía a la vida fácil, donde la mujer no realizaba ningún tipo de esfuerzo tanto para sostenerse como para superarse, es decir, no concebía a ese tipo de mujer vacía y superficial entregada a las trivialidades y la banalidad. Esto nos hace recordar también lo que decía recientemente una defensora de los derechos de la mujer y era más o menos lo siguiente: “mujer que no trabaja tarde o temprano será objeto de violencia de género”.
En el periódico Patria puede observarse como Masferrer quería incorporar a la mujer en sus luchas vitalistas. En esta nota puede verse como Amparo Casamalhuapa participó en la compaña antialcohólica iniciada por él.
Masferrer no concebía saludable que se fuera de un extremo a otro, en realidad, para él crearle una vida fácil a la mujer era otra forma de atrofiarla, ya que igualmente se nulificaban sus capacidades, o, en sus propias palabras, quedaba tan embrutecida como estaba antes solo que esta vez con un barniz de cultura y falsa delicadeza. En este sentido, a partir de lo que expresa Masferrer también surge una pregunta controversial: con ciertas actitudes ¿la mujer también no contribuye a que se le tome como un objeto sexual?
Como el mismo maestro lo dice, en ocasiones la mujer adopta e interioriza el papel de “máquina de seducción” y en esa dirección también construye una imagen social sobre sí misma. Por otro lado, también es interesante analizar como este juego de roles se hace más evidente en una sociedad capitalista, altamente consumista y con ciertos géneros musicales donde de manera explícita y mórbida se cosifica de la peor manera a la mujer sin que esta se sienta necesariamente ofendida o ultrajada.
Sin duda alguna Masferrer era un gran psicólogo social y tocaba temas muy sensibles, que, incluso llegan hasta nuestros días. La cuestión es que aunque algunas de sus ideas pudieran ser objetables ponía las cartas sobre la mesa y eso daba fe de su gran honestidad intelectual. El inicio de la solución para él venía, entonces, por el hecho de que la mujer tenía que ser educada a manera de que realizara un sólido bachillerato para luego alcanzar la universidad y el hombre también tenía que ser reeducado pero en el sentido de quitar de su mente que la mujer solo servía para ama de casa, criada o concubina.
Esta reeducación tenía que llegar hasta escritores, abogados, médicos y, en general, a todo el tejido social, ya que muchos hombres a pesar de su alta formación académica, seguían manteniendo una mentalidad medievalista y si ellos eran así que se podía esperar de los demás. Mientras la mujer fuera ignorante sería esclava, no tendría oportunidad de quitarse las cadenas, siempre permanecería cautiva a los servicios de su marido y amo. Masferrer, por tanto, era de la idea que la mujer, al menos, necesitaba de conocimientos elementales para poder defenderse en la vida: saber leer y escribir y realizar operaciones matemáticas básicas. En este sentido, si Masferrer estuviese vivo se complacería en observar los logros que han alcanzado las mujeres en distintas áreas de la ciencia y de las artes.
En esa época la mujer no tenía la oportunidad de estudiar filosofía, historia, química, física, biología, literatura, etc., ni siquiera tenía una cultura general básica como ya se ha hecho notar y de ahí que como dice la famosa frase de Fracis Bacon: “El conocimiento es poder” y es por eso que en la actualidad cuando se habla de empoderar a la mujer se habla de educarla y es que una mujer sin educación jamás podrá conseguir un trabajo calificado y bien remunerado. En tiempos de Masferrer, a lo más que podía aspirar una mujer desde el punto de vista profesional, era a ser tenedora de libros. “El conocimiento es poder”, es una frase que aplicada al ámbito de la gesta feminista implicaba la posibilidad de que la mujer tuviera más opciones de vida.
Hoy en día se sabe que la mujer por falta de educación se ve obligada a trabajar en maquilas. Mientras Masferrer era Director del periódico Patria apareció un artículo en defensa de los derechos laborales de la mujer en las fábricas.
Masferrer, sostenía que en esa época otro de los factores que coadyuvaba a que la mujer se mantuviera en esta situación de sometimiento era la iglesia, ya que su mensaje iba encaminado a que debía ser sumisa. En conclusión, para Masferrer mientras la mujer siguiera supeditada al hombre jamás se podía hablar de una sociedad civilizada y todas las fuerzas vivas de la Nación, incluyendo la misma mujer, eran las responsables de causar dicha liberación. Para corroborar lo expresado en este artículo ver FONDO ALBERTO MASFERRER, caja 1, expediente 17, serie 10, conferencias y artículos, “El Feminismo”.
Masferrer llevó su lucha feminista hasta su periódico Patria. (Recorte resguardado en el Archivo General de la Nación de El Salvador).
https://independent.academia.edu/OttoGermanMejiaBurgos
LEA PRIMERA PARTE: El feminismo en la agenda de Don Alberto Masferrer