El gobierno entrante de El Salvador tiene la oportunidad de trabajar en equipo con el IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura) teniendo como director al Doctor Otero, que es consciente de las necesidades de mejorar la agricultura familiar y encaminarnos hacia un impulso de la bioeconomía teniendo así soluciones viables para mejorar la canasta básica salvadoreña, ya que la mayoría de la población, la enorme mayoría consume lo que sabemos: arroz, frijoles, maíz, azúcar, café. En Marzo del año corriente el IICA dio a conocer el proyecto que comienza el semestre siguiente con la Unión Europea en Centroamérica que busca apoyar al corredor seco centroamericano, para enfrentar el embate del cambio climático y sequías.
El ambicioso proyecto de IICA y la Unión Europea busca transferir tecnología innovadora mediante sistemas agroforestales multiestratos, con el objetivo de fortalecer la resiliencia a la variabilidad climática y mejorar la seguridad alimentaria en la región. Países del triángulo norte de Centroamérica podemos vernos beneficiados y poder tener cadenas productivas que puedan ser innovadoras para el mercado, teniendo la finalidad de que las nuevas tecnologías van a convertirnos en un país menos vulnerable cuando haya sequías y eventos naturales que son perjudiciales para la canasta básica.
El Salvador que ha sido vulnerable ante tormentas tropicales y también sequías se puede tomar en cuenta seriamente este proyecto y tener acercamientos permanentes con el IICA para lograr así una asistencia técnica para mejorar la salubridad y además, la economía familiar sobre todo de los pequeños empresarios. Vuelven a escucharse los llamados del sector cafetalero y azucarero para que no sean excluidos de los planes de gobierno en esta materia. La canasta básica salvadoreña no puede sufrir un golpe económico porque las personas con menos recursos económicos saldrían perjudicadas y no sería bueno para el país.
Por ejemplo, siempre me quedaré sorprendido cuando en Marzo de 2017, llegando a Roatán me ofrecieron chocolate, en cacao- chocolate puro, sin procesar- estaba delicioso y además era gratis, muchas turistas me decían: “vamos al chocolate Factory” estaba en un faro en donde podían llegar turistas a consumir chocolate, pensé que era la única pero sólo en West End alcancé a contar como 10, en esa época.
Roatán supo cómo vender, comercializar y hasta exportar el chocolate siendo ellos habitantes de una zona marítima, inusual, ya que muchísimos no buscamos chocolate en la playa justamente. El valor agregado a esto es que ya habían cadenas productivas fuertes para ese momento, además cada persona que tenía venta de chocolate en la bahía me explicó el proceso completo de cómo ellos tienen el producto terminado, es más, muchos tenían en su casa un jardín especial para la cosecha del cacao.
En El Salvador, se está trabajando de forma activa en poder incentivar a los productores de cacao que puedan tener un mercado sólido para la comercialización de sus productos, Catholic Relief Services está apoyando estas iniciativas en El Salvador con la alianza cacao. Esto es importante para la economía familiar porque así se empiezan a abrir los espacios para una agricultura familiar que no sólo dependamos de lo que se importa sino que también tengamos asistencia de expertos para poder exportar a grandes mercados nuestros productos agrícolas.
Concluyendo, el IICA con el SICA, el Programa Mundial de Alimentos y la UE han sostenido reuniones con un grupo de especialistas en el desarrollo rural, sistemas de producción sostenible y cambio climático para abordar esta temática, entonces es aquí donde los gobiernos de turno centroamericanos pueden aprovechar que esto es absolutamente profesional, con una asistencia técnica de expertos. La temporada de invierno, está próxima y debemos estar preparados para que los granos básicos no suban de precio a causa de la poca producción de los mismos.
Debemos trabajar por tener una agricultura resiliente frente a estos fenómenos climáticos que perjudican sobre todo a las zonas rurales. El Doctor Otero cuando fue candidato a la dirección del IICA, en sus propuestas siempre destacó que la agricultura familiar sería de sus ejes de acción, definitivamente los está cumpliendo pero no puede trabajar sólo, requiere del apoyo de los gobiernos de turno para que logremos mitigar la vulnerabilidad y no se dejen afectados a los que dependen absolutamente de la agricultura, procuremos aprovechar este proyecto y así mejorar el desarrollo de las zonas rurales salvadoreñas.