El Salvador
sábado 23 de noviembre de 2024

El legado de Masferrer

por Redacción


Las ideas vitalistas salen a relumbrar tanto en la introducción del libro como en su epílogo, dicho de otra manera, esta especie de logia masferreniana surge con el sentimiento y el ímpetu de honrar quizá a uno de los pensadores más creativos de los años treinta.

“Los pueblos se enlazan con la muerte
el día en que se divorcian
de su historia”
M. Castro Ramírez

Fue hasta unos días atrás que tuve consciencia de cierto libro que me ha parecido de mucha importancia, si de aspectos históricos hablamos. Resulta un tanto natural que haya libros olvidados o abandonados en alguna parte, fuera del alcance de nuestra consciencia lectora, y que por motivos perecederos nunca más se volvieron a publicar. Atribuyo lo último a la falta de investigación y compromiso que nos gobierna desde hace dos décadas, a ese poco interés que merece el libro como objeto cultural, ese patrimonio que lega históricamente un interés social, político, etc. Los libros tienen igual o mayor importancia cultural que un palacio, por ejemplo, o que el teatro, la catedral inclusive, ¿acaso no es en el libro donde se sustenta cualquier acontecimiento histórico de un país?

I Roberto

No recuerdo cómo ni dónde fue que encontré el libro titulado El Salvador Tomo I Curso General de Civismo: Estudio de la administración pública. Aspectos Geográficos, Históricos, Culturales, Estadísticos, Económicos, Sociales y Políticos, interesantes a la juventud estudiosa. Luis Alonso Chica. Editorial Helios. San Salvador C. A. Lecturas Centroamericanas.

Se desconoce la fecha de publicación del libro, pero según lo que podría ser una introducción a la Enciclopedia Lecturas Centroamericanas, es probable que su fecha de edición sea 1953 (21 años después de la muerte de Alberto Masferrer). El libro es un compendio general de historia general y administrativa de El Salvador, en donde Luis Alonso Chica recoge una serie de artículos de las plumas más selectas de la época (Francisco Morán, Jorge Lardé y Larín, Santiago I. Barberena, etc.) para así darnos un recorrido histórico legislativo, por ejemplo, el decreto del 9 de junio de 1915 donde se oficializa el nombre de El Salvador, nuestro Escudo de Armas y Pabellón Nacional, como también sobre nuestro Himno Nacional. Posteriormente las páginas se detienen a enunciar a los precursores de la independencia, los sucesos de 1811 y 1814 hasta llegar a la Indecencia Patria y a la gloriosa Federación Centro-Americana.

El libro viene adornado con fotografías y dibujos (aunque la mala calidad del papel no deja apreciar bien las imágenes), recurso el cual fue tomando importancia significativa en los libros de la época. Desde la aparición del Libro Azul de El Salvador (1916), el recurso recurrente es la fotografía. En toda su expresión el libro manifiesta claramente esa postura nacionalista: la búsqueda de la identidad salvadoreña a través de cada uno de sus acontecimientos históricos. Las ideas vitalistas salen a relumbrar tanto en la introducción del libro como en su epílogo, dicho de otra manera, esta especie de logia masferreniana surge con el sentimiento y el ímpetu de honrar quizá a uno de los pensadores más creativos de los años treinta, en donde su ideal radicaba en torno al ciudadano común, a su interés y sus necesidades, al trato igualitario, que es quizá uno de los factores sociales más significativos a nivel mundial. Esta empresa editorial intenta caminar lejos en el mundo de las imprentas y plantea en función del conocimiento publicar una serie de libros entorno al istmo centroamericano, en donde este primer volumen es dedicado a El Salvador, el segundo a Honduras, el tercero a Nicaragua, el cuarto a Guatemala, el quinto a Costa Rica y el sexto a Panamá, pero según mi investigación y por ciertos datos que el mismo libro nos arroja, aparecen múltiples referencias a un segundo tomo dedicado a El Salvador y es probable que no se haya publicado los demás constituyentes a la llamada Enciclopedia Centroamericana, un proyecto más que ambicioso y lucrativo, el cual lastimosamente por circunstancias desconocidas no figura en las bibliotecas públicas ni universitarias de nuestro El Salvador. Un libro que, a mi juicio, es una aguja en el pajal, y de paso desconocido para los lectores jóvenes de hoy.

A menos conciencia de la historia, mayor olvido a los procesos históricos.

Adjunto a continuación la siguiente carta que Don Alberto Masferrer le escribe a Luis Alonso Chica:

II Roberto