Dar atol con el dedo es una expresión coloquial que los salvadoreños utilizamos cuando alguien nos quiere engañar. Se deriva del hecho que los bebés sin dientes, la mamá cariñosamente les da su atolito de esa forma.
De ahí que alguien que nos quiere dar “atol con el dedo”, es que nos cree tan ingenuos como bebés.
Hace unos cuantos domingos, un candidato nos quiso dar “atol con el dedo” presentándonos su plan de gobierno, montado en un escenario similar al del lanzamiento de una nueva “tablet” inteligente. Pero la verdad es que todo era un simple show.
Al mejor estilo de un muchacho de primaria, ese candidato copió logos, fotos, ideas de universidades privadas, así como de entidades de gobierno, para armar un plan, que más que una estructura programática, parecía un “Frankenstein” cocido a fuerza de ideas dispersas planteadas por otros. Otros, quienes no fueron reconocidos durante la presentación.
Mintió diciéndonos que las ideas eran de él, mintió en que las expondría en vivo, mintió al propietario del local en que las presentó al afirmar que se trataba de un evento no relacionado al lanzamiento de su plataforma política. Mentir a los ciudadanos es una muy mala receta para los candidatos.
Si hace eso siendo candidato ¿Qué va a hacer con este país, si llega a tener las llaves de Casa Presidencial?