El dinero es una simple variable dentro de un sistema económico, pero sin confianza y sin fe en el futuro, el dinero no es más que un pedazo de papel. Cuando no tenemos confianza en el país, no estamos dispuestos a hacer negocios, y sin negocios no hay crecimiento; y sin crecimiento no hay inversión, y sin inversión no hay trabajo, y sin trabajo no hay ingresos, y sin ingresos no hay comida. Y todo porque perdimos la confianza en nuestro país.
Ahora, imagínate si hubieses ahorrado toda tu vida, ¿a dónde llevarías tus ahorros? ¿Fueras a buscar un banco en Haití, Venezuela o Cuba, o preferirías tenerlo en Estados Unidos o Suiza? ¿Lo mantendrías en dólares americanos, euros o yenes, o preferirías tenerlo en pesos mexicanos, reales brasileños o bolívares venezolanos?
Lo más probable que tú buscaras ubicar tus ahorros e inversiones en la moneda y en el país que más confianza te brinde hoy y, al mismo tiempo, en el país que tú creas que tiene el futuro más estable.
Esa es la razón por la que no tenemos inversión en El Salvador: no logramos generar confianza en nuestro hoy ni en nuestro futuro.
Para cambiar esa situación, para empezar, debemos votar por un gobierno que nos genere confianza en el hoy y fe en el futuro que nos espera, lo demás –inversiones, trabajo y prosperidad-, vendrá por añadidura.