Estamos a las puertas de las elecciones de diputados en las que estará en juego la gobernabilidad, futuro económico, estabilidad democrática y mantenimiento de la República como forma de gobierno.
Pronto estaremos escuchando las propuestas de los candidatos, pero no queremos promesas irrealizables ni ofertas populistas.
Lo que el pueblo quiere escuchar es que nos aseguren que los titulares de la Sala de lo Constitucional, Fiscalía General de la República y Corte de Cuentas serán electos sobre méritos y capacidad comprobada, y no en base a la afiliación ideológica y compadrazgo.
Que existan reglas claras para la contratación de asesores legislativos, escogiéndolos en concursos públicos, guardando su remuneración en relación a los méritos y capacidad académica del asesor.
Que todo viaje obligue al diputado a rendir un informe respecto a los resultados de su gestión y a los beneficios que tendrían al país los gastos realizados.
Que la Secretaría de Transparencia brinde datos actualizados, puestos a disposición al público mediante una página web sobre las gestiones de los diputados, sus ausencias, las leyes que han propuesto o han votado, detallen sus ingresos, gastos y viajes; todo ello para que los electores tengamos una radiografía clara del tipo de gestión realizada por la persona a quien hemos confiado el voto.
Ese es el tipo de propuestas que esperamos escuchar. ¿Se atreverán los próximos diputados a hacerlo realidad?