El Salvador
jueves 28 de noviembre de 2024
Voces

Lo que nos demuestra la muerte de Gustavito

por Redacción


Si no se tiene la capacidad de mantener un lugar en buen estado, es mejor aceptarlo y cerrar el zoológico, en lugar de esperar que lleguemos al nivel de desatención que este caso demostró.

«Un país, una civilización, se puede juzgar por la forma en que trata sus animales». Desde que promoví la Ley de Protección y Promoción del Bienestar de Animales de Compañía he defendido la veracidad de esta famosa frase de Mahatma Gandhi. Ahora la considero más acertada que nunca.

El brutal asesinato de Gustavito, el único hipopótamo de nuestro Zoológico Nacional, ha causado repudio, indignación, tristeza y cólera en todos los salvadoreños. Que un­os sujetos sin escrúpulos hayan dañado a un animal en cautiverio de una forma tan salvaje como lo hicieron resulta chocante e impactante. Es algo muy lamentable que debe investigarse hasta llegar al fondo del caso.

Lo sucedido ha puesto en evidencia que no tenemos la capacidad de mantener un zoológico. Puesto que, lejos de ser un lugar donde las personas llegan a pasar undía en familia y a apreciar a los animales, en nuestro país, el zoológico se ha convertido en una cárcel de especies protegidas. Se encuentra en mal estado, los animales pasan en espacios reducidos y – como ya se demostró- descuidados. Si no se tiene la capacidad de mantener un lugar en buen estado, es mejor aceptarlo y cerrar el zoológico, en lugar de esperar que lleguemos al nivel de desatención que este caso demostró.

Lo que ha pasado con Gustavito es un reflejo de la situación que estamos viviendo como país. Nuestra sociedad está tan polarizada y tan llena de odio, que la violencia hacia los demás cada vez nos conmueve menos. ¿Por qué tenemos que esperar que maten a golpes a una especie protegida que no le hacía daño a nadie para reaccionar ante la violencia en nuestro país? ¿Cuándo llegamos estos niveles de crueldad?

Gustavito fue la víctima esta vez, pero todos los días lo son los miles de salvadoreños que viven acechados por la violencia. Se han perdido los valores en nuestra sociedad y debemos trabajar por recuperarlos. Dejemos de fomentar el odio y la polarización en nuestro país y pensemos con visión de nación.