El Salvador
sábado 11 de enero de 2025

El Desparramadero

por Redacción

CRONOPROSAS FECALES
“Llegará un día en que la raza humana
Se habrá secado como planta vana,
(…)

Ni una ciudad de pie… Ruinas y escombros
Soportará sobre los muertos hombros.

Desde allí arriba, negra la montaña
La mirará con expresión huraña. …”

Letanías de la Tierra Muerta
Alfonsina Storni

Vi su expresión huraña, ante los pasos de los intrusos que le caminamos poco a poco, nos abríamos paso entre las celdas de basura lixiviante, cuyo líquido viscoso se pegaba a la suela de nuestras botas de trabajo, mientras su olor se adhería a la fibra de todo aquello que cubría la desnudez de nuestro cuerpo.

Vi su expresión huraña, ante el rechazo de mi rostro a sus caricias gaseosas, que penetraban más allá del moco y cilios de mi nariz, abrasante caminante que llegó a mis pulmones y me hizo exhalar una bocanada de aire comprimido, sus manos de vapor habían contraído mi flema… pese al hedor, todos respirábamos mejor.

Miles de puntos negros surcaban el espacio, se posaban en nuestra cara, pelo, carteras, cámaras fotográficas y tablas de apuntar. Vi su expresión huraña, ante los manotazos que a diestra y siniestra yo tiraba, buscando espantar el ruido armónico y unísono alrededor de mi oído: bzzzbzzzbzzz.

Desde allá arriba, en una montaña del sur de Usulután, yace un cerro deformado por el tiempo, los escombros de las abyecciones humanas, las modificaciones del geo espacio, el interminable ciclo del deseo y del consumo. Su nombre refleja la capacidad de anticipar los hechos futuros, que tenían nuestros ancestros, cual videntes del rebalse putrefacto de los habitantes de la Madre Tierra, madre sucia, madre asquerosa, madre nauseabunda, madre alcahueta, madre hija de la gran… Pretéritos pobladores le pusieron un nombre: El Desparramadero.

Basurero-IMG

En el corredor costero marino, de un Salvador, que no salva a nadie, imponente, chisporrotea un volcán de basura, de allí se “desparraman” sus emisiones: sólidas, líquidas y gaseosas. Bolsas plásticas deterioradas son los “frutos” que embellecen las ramas de arbustos y machorras que aún subsisten en los alrededores, éstas ondean al azar del viento comunicante, gas fétido que escancia y expande las fosas nasales de los foráneos, extraños que caminamos su piel de basura.

Las garzas que otrora fueran llamadas “garrapateras” o “bueyeras”, se han adaptado a su nuevo rol y nicho: comen basura, beben lixiviados, respiran el olor de la modernidad, hoy son garzas “basureras” que compiten con zopilotes, por la supervivencia. Saltan y vuelan en medio de las ruinas de una civilización fracasada. Un brazo mecánico remueve su piel, su tejido, su carne de la Madre nauseabunda y prostituta, hija de la grandísima…

El paisaje invita a la reflexión: al fondo la cordillera volcánica, frente a nosotros El Desparramedero de sus tejidos necrosantes, a un lado el cirujano mecánico que interviene su cuerpo, por dondelos “expertos” en contaminación caminan entre danzantes garzas y zopilotes, al compás de una orquesta de bzzzbzzzbzzz, y una mirada, una sonrisa…una mueca burlesca, de la montaña.