Nuestro país atraviesa por una situación muy interesante, a pesar que se hable que venimos de cortina de humo en cortina de humo, me parece que debemos aprender a ver el vaso medio lleno y no medio vacío.
Los últimos casos que han saltado a la palestra pública, tanto caso troles, caso jesuitas, casos en probidad, caso Flores Pérez y caso pensiones, están sometiendo a nuestras instituciones a verdaderas pruebas y es imperativo que estas funcionen de la manera correcta.
Como sociedad no podemos estar dándole epítetos a estos procesos como “venganzas, persecución política o cortina de humo”; la realidad es que los casos ahí están y muy a pesar que pueden haberlos lanzado de manera intempestiva y probablemente con el deseo de generar más ruido que resultados.
Es ahí donde la sociedad civil debe jugar la vuelta a estos operadores del ruido y de la distracción y agarrar todos estos procesos y exigir las investigaciones y resultados de cada uno de ellos. No es a soltar uno y agarrar otro, como muchos pretenden que hagamos y volver al continuo “mucho ruido pocas nueces”.
No podemos continuar con el constante lanzamiento de acusaciones irresponsables para justificar investigaciones sin permitir que nuestras instituciones demuestren que pueden hacer lo que todos esperamos que hagan “SU TRABAJO”, porque ningún salvadoreño o salvadoreña está esperando nada más que ver que finalmente la luz al final del túnel oscuro de la impunidad, prepotencia y corrupción galopante que se ha instalado en nuestras instituciones desde hace varias décadas, donde el amiguismo, contactos, cuello y las dádivas han hecho que avancen o no las investigaciones volviendo estas instituciones amanuenses de las decisiones políticas del funcionario de poder en turno, siendo inoperantes y verdaderos alcantarillas putrefactas y hediondas de corrupción y tráfico de influencias.
No podemos seguir el juego, del discurso que están esgrimiendo los que están siendo investigados, ni aceptar la victimización que quieren hacernos creer; ni son víctimas y no pueden asumir esa posición, cada proceso en el cual han sido señalados ha sido generado por serios indicios, que si bien no son pruebas, son suficientes como para iniciar una investigación más profunda, es hora que estos personajes se defiendan en el lugar donde corresponde y no en los medios de comunicación, donde lo único que hacen es hacer show. Activemos la institucionalidad, reforcémosla y seamos vigilantes de que cada caso sea procesado apegado a derecho para que se deduzcan responsabilidades y se castigue a los culpables si los hay.
Nuestro país saldrá adelante el día que aprendamos a jugarle la vuelta a los operadores de las cortinas de humo y que sepamos que cada caso debe ser tratado con seriedad y exigir que la institucionalidad funcione.
Es nuestra responsabilidad como ciudadanos estar en constante vigilia para garantizar que los engranajes de la contraloría del Estado, llámese Corte de Cuentas, Sección de Probidad, Tribunal de Ética, Fiscalía General de la República, y Secretaría de Transparencia, Participación Ciudadana y Anticorrupción, caminen al mismo ritmo y que den resultados. De nada nos sirve estar engordando funcionarios y permitiendo que estos sitios se vuelvan centros de asistencia social donde se le da trabajo a todo mundo y donde las cosas caminan al “son” del que tiene cuello o palanca, lo mismo investigan solo al enemigo del que están en turno del poder como no investigan a los amigos de este.
Todas estas instituciones deben funcionar en atención al interés de la nación, por una simple y sencilla razón: los que hoy mandan no la harán mañana, así como los que ayer mandaron no lo hacen más hoy.
Da tristeza que tanto ARENA y PDC tuvieron la oportunidad de fortalecer las instituciones y no lo hicieron…. Hoy la tiene el FMLN y no se ve claro… los que perdemos somos todos. Estos partidos mientras ostentan el poder les sirve que las instituciones no funcionen y cuando son oposición se retuercen porque no funcionan.