El Salvador
sábado 4 de enero de 2025

Rompiendo Límites…

por Redacción


Rompamos con la cultura de trabajar solo para irla pasando. Hagamos algo extraordinario, construyamos un mañana. Soñemos y esforcémonos hasta que nos duela.

La zona de confort es un lugar peligroso donde podemos sucumbir ante la tentación de vivir auto complaciéndonos. Es fácil ser seducidos por nuestros propios hábitos y costumbres, al grado de llegar a frenar nuestro avance. Podríamos ser víctimas de nuestras creencias, y de los límites de nuestros propios pensamientos.

Sin darnos cuenta, quizá vamos a una velocidad demasiado lenta, como dejando que el tiempo transcurra y las cosas de nuestro entorno sigan su curso. Sin metas concretas caminamos por la vida conformándonos a la rutina de todos los días.

Como encerrados en un círculo, pasan los años y se repite el mismo ciclo. Donde los altos y bajos parecieran ser la norma de todos meses. Y nos frustramos porque trabajamos incansablemente y no vemos los cambios esperados.

¿Será que tenemos temor a dar un paso hacia adelante? ¿Nos hará falta valor para romper moldes? Tal vez lo único que necesitemos sea un reconocimiento identificativo del conflicto. Quizá el asumir responsabilidad sobre nuestra realidad, y las cosas que no estamos haciendo, sea el principio de algo nuevo.

Como ciudadanos, jefes de familia, estudiantes, trabajadores y empresarios debemos ser los primeros en romper los límites auto-impuestos. No podemos seguir viviendo, conformados a una vida común y corriente. Rompamos la barrera del sonido, rompamos la rutina de siempre, rompamos con esa costumbre de dejar todo para más tarde.

Rompamos con la cultura de trabajar solo para irla pasando. Hagamos algo extraordinario, construyamos un mañana. Soñemos y esforcémonos hasta que nos duela. Ya basta de excusas con nuestros jefes, convirtámonos en líderes que resuelven problemas, en gente de avanzada que propone soluciones prácticas a problemas complejos.

¿Qué nos impide romper con la desidia y el desgano? Hasta ahora, no hemos hecho lo suficiente por nuestras familias y nuestros trabajos. Ni siquiera para echar andar nuestros proyectos personales. Nos ha faltado valentía y coraje para tomar la delantera.
Demos un paso hacia adelante, salgamos del metro cuadrado, pensemos fuera de la caja. Derribemos fortalezas mentales y sacudámonos el negativismo. Y comencemos a trabajar con fe y confianza, con aquella convicción, que todo aquello que emprendamos será prosperado, sí perseveramos y no desmayamos.

No rebasemos las fronteras de la cordura, ni los límites de la norma ética, moralmente establecida; pero si rompamos con todo aquello que limite nuestro crecimiento y desarrollo.

No nos conformemos a vivir al mínimo, y que nuestras familias sufran por causa de nuestra pasividad. Trabajemos honestamente, dando lo mejor que tenemos, y rompamos límites cada vez que sintamos que no estamos avanzando.