¡Nuevos magistradas y magistrados electos, nuevas expectativas!
Sí, los abogados y abogadas en todo el país y en general todos los salvadoreños anhelamos acercarnos cada día a un sistema judicial, limpio, justo e incorruptible, donde la “ética profesional” sea enarbolada por todos los funcionarios públicos judiciales.
Hoy ustedes han sido elegidos por su inequívoca capacidad y notoria trayectoria; pues cómo no destacar la experiencia de aquellos a quienes conozco en la faena laboral, como los colegas Paula Patricia Velásquez, Sandra Luz Chicas, Martin Rogel, Sergio Luis Rivera Márquez y Leonardo Ramírez Murcia, verdaderos maestros de mi vida profesional. De cada uno de ustedes he aprendido tanto, son profesionales probos, con un perfil académico impresionante, jamás he escuchado en los pasillos algo impropio sobre ustedes y, por el contrario, lo que he escuchado y visto en su caminar profesional ha promovido admiración en mí y reconozco que tienen una trayectoria académica y ética digna de emular.
¡“El valor ético” es como el aire… a todos nos llega!…
Vivimos en aquellos pasillos judiciales con la angustia, con la ansiedad de saber, cuando nos preguntamos:
¿A qué juzgado llegará el caso que acusamos o defendemos?
¿Por qué creen que nos preguntamos esto?
No es más que por el nivel ético tambaleante en algunos juzgadores y que soñamos firme en todos; es lo que esperamos de los operadores de justicia; y algunos juzgadores “de nivel ético y moral distraída” preocupa, razón que finalmente justifica aquella ansiedad aludida.
Fundación Mujer Legal espera de todo Juzgador un actuar con independencia, imparcialidad, objetividad, para hacer valer la Constitución, los derechos humanos y las leyes de la República, donde “el amiguismo” no sea el motor que impulse sus resoluciones, donde la corrupción no encuentre cabida y donde los amarres políticos se queden solo en los agradecimientos por los enlaces que permitieron sus elecciones y no para resolverle a favor “del partido que les apoyó”.
Hay una ciudadanía viéndoles y un gremio atento de su actuar que en adelante les juzgará conforme sus actos y cuando referí algunos nombres de electos, es solo porque en mi diario vivir judicial la vida me ha premiado al conocerles directamente, pero tengo la certeza que todos y todas en general hoy elegidos, son merecedores del reconocimiento por su capacidad.
En Fundación Mujer Legal, como un organismo privado, independiente y sin ataduras de ningún tipo, continuaremos haciendo lo que nuestros estatutos nos mandan: “Brindar asesoría y representación legal a hombres y mujeres de escasos recursos económicos o no”. Y en ese cumplimiento de nuestro deber, nuestro equipo de profesionales desea encontrarse con magistrados y magistradas que dejen bien claro que su bandera es y será en todo su actuar la transparencia, independencia judicial y en general un desempeño digno de un magistrado o magistrada que representa a todo el orgulloso gremio que los puso en esa silla.
A todos y todas, señores magistrados y magistradas propietarios y suplentes, ¡felicidades!
El honor y reconocimiento ya lo tienen… ¡no lo pierdan!