La vida es un aprendizaje permanente y requiere flexibilidad de nuestra parte, para poder sacar provecho de las diferentes oportunidades que se nos presentan en el camino. Pero hay un aspecto relacionado directamente con nuestro nivel de crecimiento y desarrollo personal, y es la capacidad misma, que de pronto nosotros demostremos para incursionar en territorios desconocidos.
Hablo de aquel espíritu aventurero que pocos tenemos para lanzarnos a emprender algo nuevo. Casi siempre lo hacemos empujados por una situación adversa que surge súbitamente y que no podemos controlar. Por lo general, esas dificultades aparecen como un agente externo, que nos obliga a cambiar de dirección, o a seguir adelante en la ruta que llevamos, aunque no queramos hacerlo.
He observado que las personas que alcanzan ciertos niveles de éxito en lo que hacen son gente que está dispuesta a asumir toda clase de riesgos. Su actitud es casi temeraria, viven y trabajan desafiando las limitaciones y las críticas que otros les hacen; ellas no obstante continúan su camino adentrándose a aguas cada vez más profundas.
Puesto que lo fácil y superficial no les satisface, siempre bogan mar adentro. Aman el aprender más, el conocer el porqué de las cosas. No son de las que se conforman con poco, no se mueven por los criterios de otros, ni caminan impulsadas por sus emociones. Estas personas son altamente disciplinadas, ellas van siempre avanzando aferrándose a sus convicciones.
Todos de alguna manera deberíamos bogar mar adentro. ¿Qué significa eso precisamente? Podríamos decir que tiene que ver con dar un paso más adelante. Es decir, se refiere a ir más allá de lo acostumbrado. Es dejar de hacer lo convencional, lo que todos hacen. Significa vivir la vida de una manera menos simple.
Es comenzar a observar a nuestros hijos con más detalle, escuchar lo que dice nuestra pareja con mayor cuidado. Amar a nuestra familia con sacrificio. Honrar de verdad a nuestros padres. Demostrar afecto genuino a nuestros amigos. Bogar mar adentro es considerar, cada paso que damos, y observar la huella que estamos dejando.
En lo laboral podríamos decir, que bogar mar adentro, es atender mejor las demandas de nuestro jefe, me refiero a cumplir nuestro rol con excelencia; en otras palabras, adelantarnos a las necesidades, tomar la iniciativa, estar siempre dispuestos y presentes.
Como profesionales, sería usar toda nuestra experticia y conocimientos para generar valor y crear riqueza, a favor nuestro, y de la empresa que representamos; haciéndolo con valentía, buena actitud y animo voluntario. Tomemos entonces por nuestra cuenta, los remos o herramientas que tenemos y boguemos mar adentro.