El Salvador
miércoles 25 de diciembre de 2024

Urge trabajar tenistas de alto nivel

por Redacción


Durante los últimos años y en la Copa Davis, El Salvador ha dependido de los hermanos Arévalo.

Una vez más, la reciente participación salvadoreña en la fase preliminar de la Copa Davis 2015, en donde El Salvador venció a Puerto Rico, a domicilio 3-2, confirmó la necesidad salvadoreña de trabajar en forjar otro par de raquetas del nivel de los hermanos Arévalo.

Es que de nuevo y por lo menos durante los últimos diez años, quedó en evidencia que para este tipo de series solo hemos contamos con dos raquetas de peso para dar la gran pelea, pero es obvio que más temprano que tarde llegará el crujir de dientes cuando uno de los dos Arévalo, diga «no más».

En lo personal y porque ya casi no juega profesionalmente, creo que «Rafa» se mantiene activo en la Davis por hacerle barra, motivar y apoyar a su hermano y es obvio que ambos hacen química a la hora de competir. En su caso percibo que poco a poco aquella adrenalina que un día lo llevó a los Juegos Olímpicos de Pekín se le va agotando y además, tiene un resto de compromisos extradeportivos por atender.

Significa que en un tiempo no muy lejano y saturado de tenis y viejas lesiones, «Rafa» podría decidir tirar la toalla, limitándose a seguir apoyando los sueños profesionales de «Chelo». Y entonces habría que ver cuál sería la reacción de su hermano menor con respecto a seguir en la Davis. Yo no veo a Marcelo jugando la Davis sin su hermano mayor, pero puedo estar equivocado.

Sé que además de no generar ingresos, hacer jugadores para el nivel competitivo Davis, implica una fuerte inversión económica que ni la anterior, ni la nueva federación tienen en sus arcas y menos patrocinadores. Además, en el tenis de este país, la mayoría de chicos y chicas que destacan en las categorías menores rápidamente vuelan a los Estados Unidos a estudiar y jugar. Y no retornan porque no hay fondos para traerlos a defender los colores patrios.

Por lo tanto, y al no ver las cosas tan prácticas, todo apunta a que dentro de un par de años o el próximo, ante la falta de uno de los dos Arévalos o los dos, El Salvador estará bajando al Grupo III de la Zona Americana de la Copa Davis, por tiempo indefinido. Y entonces solo quedará seguir trabajando con las categorías menores que por lo general no ganan títulos de trascendencia internacional y tampoco ganan el espacio mediático que generan el tenis profesional y la Davis.

En síntesis y como lo sostiene Wilfrido Vargas, «por la plata baila el mono» y si en el tenis no hay plata, difícilmente se puede aspirar a que forjando jugadores de altos vuelos, El Salvador se abra un espacio y respecto en el mundo de los ricos y famosos.