El Salvador
sábado 21 de diciembre de 2024

Es necesario crear Tribunal de Ética Deportiva

por Redacción


La sanción del futbolista sub-20 Alvaro Lizama, quien denunció haber sido insultado en Jamaica por el auxiliar técnico, no fue producto de un debido proceso federativo.

El reciente incidente salvadoreño ocurrido en Jamaica en el premundial de fútbol sub-20, que involucró al jugador Álvaro Lizama y al auxiliar técnico de la selección cuscatleca, Geovany Trigueros, trae al primer plano la necesidad de crear en este país un Tribunal de Ética Deportiva.

Sucedió cuando en el partido contra Honduras, Lizama fue sustituido y cuando abandonaba el terreno de juego sostuvo un acalorado intercambio verbal con Trigueros. A las pocas horas y con el aval federativo, el jugador fue regresado a San Salvador.

Estando en esta capital y en sus declaraciones preliminares a ciertos medios deportivos, Lizama denunció haber perdido los estribos «porque Trigueros le sacó a su progenitora». No obstante, lamentó el hecho y ofreció disculpas por este penoso incidente internacional.

De acuerdo con el epílogo y sin vencerlo en juicio, el cuerpo técnico descargó toda su «jerarquía y autoridad» sobre el atleta, enviándolo rápidamente a casa con el «okey» federativo. Un fallo a todas luces precipitado en donde el futbolista ha resultado el malo de la película.

En lo personal no protejo atletas indisciplinados, pero tampoco puedo aceptar que los técnicos sean todopoderosos y sancionen con el hígado. Es que nuestra Constitución nos permite la presunción de la inocencia, hasta que se nos demuestre lo contrario. Y hasta donde yo tengo entendido, aquí, al igual que en el célebre caso de los amaños, no hubo debido proceso.

Es más y en esto de los técnicos, entrenadores, instructores o coach, soy del criterio que no es el mejor el más malcriado y pedante. Para mí, y creo que para las mayorías, el mejor técnico es el más inteligente para dirigir y tratar con la conducta de los atletas a su cargo. Al final, esta clase de abusos solo generan ronchas y anticuerpos individuales o colectivos.

En consecuencia, y porque nadie puede ser sentenciado sin haber sido vencido en juicio, es necesario que tanto para el fútbol, como para todos los deportes, la creación de un Tribunal de Ética Deportiva en donde las partes tengan la democrática y justa oportunidad de presentar sus descargos.

Es lo menos que se puede hacer para que entrenadores y atletas sean medidos con la misma vara, porque ambos tienen su importancia y sus derechos. Y por muy número uno del mundo que sea un entrenador, no tiene la autoridad de extralimitarse en el trato. Hasta donde tengo entendido, este fue el talón de Aquiles que hizo fracasar en este país al yugolsavo Milován D´Jorick.