El Salvador
sábado 21 de diciembre de 2024

Los regalos de Navidad

por Redacción


De vez en cuando los invito a recordar que la navidad es también espiritualidad (unas oraciones no están de más) afecto familiar, amistad, pasarla bien sin gastar tanto, mandar aunque sea una tarjeta por facebook o correo electrónico.

Se dice que “la Navidad es para regalar”. El comercio dejó de empezar la publicidad durante la primera semana de diciembre, como era hasta los años ochenta del pasado siglo; para comenzarla en septiembre, después de las fiestas patrias. Es evidente la inmensa derrama monetaria de la época navideña.

Pero la Navidad significa muchas cosas, en principio y en esencia,  el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, luego las festividades a su alrededor que significaban recordarlo con reuniones familiares o de pequeños grupos para alabar al Nacido. Se hacía comida especial y se cantaban alabanzas (villancicos les llamaron después). También se practicaba la caridad.

Los grupos familiares y sociales con la convivencia lejana o cercana, reforzaban sus lazos afectivos y se llenaban de recuerdos  alrededor de la mesa o de la chimenea en los países fríos. Así hasta el siglo XIX. Había misas y San Francisco de Asís, en el siglo XIII creó la representación del pesebre,  belén o nacimiento, como le llamamos en El Salvador.

En el siglo XX crecieron las ciudades, los comercios de todo tipo y, sobre todo, las comunicaciones. Las fiestas navideñas eran más grandes, más de bailes, estrenos de ropa y menos cantos, menos muestras verdaderas de afecto y más desintegración familiar.

Pero las tradiciones permanecen vivas, evolucionan y trastocan, pero siempre vivas, hoy mandamos tarjetas de felicitación electrónicas, ya no se rotulan y/o imprimen con nuestros nombres y se cuelgan de los árboles de navidad o decoran los nacimientos. Pese  a ellos se siguen colocando árboles decorados, ahora con luces eléctricas, lo mismo que nacimientos, de Ilobasco o importados de Europa y China, pero siguen vigentes.

De vez en cuando los invito a recordar que la navidad es también espiritualidad (unas oraciones no están de más) afecto familiar, amistad, pasarla bien sin gastar tanto, mandar aunque sea una tarjeta por facebook o correo electrónico.

Es decir, pese al excesivo consumismo y comercialismo con los que han infectado a las fiestas, tener presente que celebramos el cumpleaños de Jesucristo, que sembramos afecto para cosechar afecto. Como decía un comercial  que escuché en mi estancia por décadas en la Ciudad de Méjico: En Navidad regale afecto, no lo compre.