Con un total de 184 atletas (99 en masculino y 85 en femenino en más de 20 deportes) y el respectivo personal técnico y de oficiales, El Salvador, a través del Comité Olímpico, está presente en los XXII Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe a efectuarse en Veracruz, México, del 14 al 30 del corriente.
Recientemente, en declaraciones a Diario1.com, la cantidad fue cuestionada incluso por el propio presidente del INDES, Jorge Quezada, por considerarla muy alta con respecto al nivel real deportivo salvadoreño y anticipó que “a partir de los próximos Juegos Panamericanos en Toronto 2015 INDES aplicará control de calidad a la hora de soltar los recursos para asistir a dichos juegos”.
En su descargo, el presidente del COES, Eduardo Palomo sostuvo que “sí hubo control de calidad para conformar este contingente y que el criterio de este Comité es que si un atleta gana su clasificación tiene derecho a viajar a estos juegos”. No obstante, no se aventuró a vaticinar sobre los favoritos para subir al podio, bajo el argumento de “no meterle presión adicional al atleta”.
Expuesto lo anterior y siendo un veterano en la cobertura periodística olímpica, soy coincidente tanto con el profesor Quezada, como con un resto de gente, incluso colegas, a quienes esta cifra (184) les parece desproporcionada en relación a la real capacidad salvadoreña en la alta competencia regional. Y es que en esto de las clasificaciones para ir a Veracruz muchos atletas no solo clasificaron bien abajo en sus disciplinas, sino que tampoco tuvieron un proceso de fogueo que les permitiera ponerse a la altura de este nivel.
Aunque constitucionalmente no está escrito que el Estado tiene que ayudarle al deporte (y Palomo admite tal realidad), el Comité Olímpico siempre recurre al INDES para que el gobierno le termine subsidiando con un buen porcentaje económico estas costosas participaciones, donde al final El Salvador no termina en los primeros lugares del medallero general. Para el COES, la situación se ha complicado en los dos últimos ciclos olímpicos porque tras la llegada del Frente al poder se acabó la generosidad económica estatal que practicaba ARENA con la causa deportiva, que daba buenos resultados.
Entonces y dado la crisis económica, donde para el ministerio de Hacienda el deporte no es una prioridad principal porque tiene un más problemas graves, Eduardo Palomo, que es la cabeza de estos “éxodos deportivos” , debería de poner los pies sobre la tierra y conformar pequeños contingentes con atletas clasificados en los primeros lugares en sus deportes y a nivel panamericano, sin dejar de trabajar las bases para los respectivos relevos generacionales.
De esta manera no solicitaría grandes cantidades de dinero que al no llegar terminan desmoronando las expectativas. Es obvio que para un país de escasos recursos económicos deportivos como El Salvador, pequeños contingentes permiten ser, integralmente, bien preparados para los compromisos del ciclo olímpico.
Y dicho lo anterior, en lo que a mi respecta, creo que El Salvador cumplirá en Veracruz 2014 una modesta actuación ante la mayoría de países que sí trabajan como Dios manda y modesta será la cantidad de sus clasificados a los Panamericanos o Continentales de Toronto 2015. Es que en el deporte cada día se dan menos milagros y siempre van a ganar los que trabajen más y mejor.
Finalmente, a mi no me tiembla el pulso a la hora de apostar por quienes normalmente tienen perfil para subir al podio. Ellos son: Jorge Merino, Aarón Pérez y Carlos Galán (en karate), Marcelo Acosta (natación), Marcelo Arévalo (tenis), Julio Salamanca y Génesis Murcia (pesas).
También Evelyn García (ciclismo), el equipo de tiro olímpico encabezado por Melissa Mikec y Lilian Castro; en judo Karla Catota y Saraí Mendoza y el equipo de tiro con arco liderado por Roberto Hernández; en luchas Luis Portillo y en ecuestres Alfredo Hernández y Gonzalo Gamboa. Obvio, espero que varios que no menciono en esta lista me sorprendan y logren algún metal. ¡Suerte!