La oportunidad de reunir a la inversión pública y a la privada en una asociación estratégica posibilita la creación de sinergias que redundan en el desarrollo de múltiples proyectos. Una herramienta que en los últimos años se ha consolidado como una forma de unir exitosamente a estas dos formas de inversión es la asociación público privada.
Estas asociaciones son una de las principales estrategias para apostarle al desarrollo de obra pública en el mundo debido a su capacidad de aprovechar al máximo el erario mediante la colaboración con la inversión privada. En particular, estos modelos de inversión cooperativa han sido muy exitosos para el desarrollo de infraestructura pública que representa un enorme costo para el Estado, por lo que pueden ser mejor subsanados mediante la colaboración con otros actores que, a su vez, obtienen beneficios económicos de su participación en estas obras.
La inversión, tanto pública como privada, es un factor clave para el desarrollo de los países. Por un lado, las inversiones que son administradas por los gobiernos están obligadas a buscar el cumplimiento de programas públicos que contribuyan al desarrollo económico y social. Por el otro, la iniciativa privada depende de un entorno económico que genere la confianza de invertir en proyectos rentables para la creación de riqueza y empleo en el país. Ambas necesidades no tienen que ser rivales ni estar enfrentadas.
Por lo general, los proyectos más comunes en este tipo de asociaciones son grandes proyectos carreteros, puentes, aeropuertos y sistemas de suministro hídrico; sin embargo, también pueden incluir estadios, hospitales, escuelas y hasta prisiones que han logrado llevarse a cabo por medio de estas estrategias.
Naciones como Brasil, Chile, Perú, México y Colombia, que cuentan con los marcos normativos más desarrollados en América Latina para combinar inversiones públicas y privadas, en cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), canalizaron 87,000 millones de dólares en la región, en 78 proyectos, desde plantas solares hasta tendidos eléctricos y tratamiento de aguas, tan solo en el 2012.
En México, estas asociaciones han probado ser una alternativa exitosa para el desarrollo de infraestructura. Obras que se lograron construir mediante el modelo de asociaciones público privadas son: carreteras—que han reducido los tiempos de traslado de seis a dos horas y media; y de cuatro horas a menos de dos horas, respectivamente−; plantas de tratamiento residual de aguas, como la planta Atotonilco, la más grande de América Latina y que, al ser finalizada, tendrá la capacidad de tratar hasta 60 por ciento de las aguas residuales de la capital mexicana, algo tan necesario y urgente para ciudades que crecen apresuradamente.
Además, es esencial para el desarrollo de obra pública en numerosos países, un Plan Nacional de Infraestructura que contemple un buen porcentaje de inversión de la iniciativa privada. Esta sería para El Salvador una herramienta indispensable para promover el crecimiento. Corresponde al gobierno garantizar que la participación de la iniciativa privada sea respaldada por condiciones económicas estables que articulen adecuadamente los proyectos de colaboración.
Y es que los gobiernos necesitan aliados con experiencia en la búsqueda de resultados para ofrecer soluciones a servicios que prestan de forma deficiente; por ello es que, cuando el sector público y el privado trabajan juntos, todos se benefician, principalmente la sociedad.
Gracias a estas estrategias, la inversión pública y privada en servicios e infraestructura posibilita a la administración central del gobierno obtener la inversión pública más alta e incluso puede ser utilizada como medida contracíclica para enfrentar las recurrentes crisis internacionales que afectan a nuestros países en desarrollo.
Por ende, está probado que estas asociaciones son palancas para el crecimiento económico en la medida en que empresas y gobierno se conjunten exitosamente para crear círculos virtuosos en favor del desarrollo de El Salvador. Está en nosotros aprovechar estas oportunidades que ya son una realidad virtuosa en nuestro país y en nuestra región.