miércoles 23 de octubre del 2024

Año nuevo y una que otra resolución…

por Redacción

Aún en mi cama, con el pelo enmarañado y con serios sentimientos encontrados de poder levantarme algún día de ella, miro a mi alrededor. El día extremadamente soleado que se avecina por mi ventana, reflejado en un gran árbol que suele ser la mejor vista todas mis mañanas, solo me hace pensar que tal vez hoy sea el mejor momento para iniciar mis tantas resoluciones de año nuevo.

Terminar uno que otro logro académico, seguir mejorando mis habilidades culinarias, lograr un pequeño negocio ¿por qué no? y, por supuesto, la resolución más deseada por el ser humano cada año nuevo, inscribirme a un gimnasio y bajar de peso.

Sin embargo me pregunto, ¿por qué cuesta tanto lograr lo que uno se propone?  Cada enero, todas las energías, buenos propósitos y visiones a futuro, tienen toda la libertad de correr por nuestra mente y alma. Son libres de transitar y hacer que nuestros deseos vuelen. Pero conforme pasan las horas, días y hasta meses, esa pequeña lucecita se va apagando hasta el punto de que pasa un año más y no hicimos absolutamente nada de nuestra lista.

¿Me equivoco? ¿Cuántos de ustedes terminaron el año con toda la lista tachada? No quiero ser pesimista y generalizar. Si usted fue una de esas personas que consiguieron sus objetivos, debería transmitir esa buena voluntad a los demás. Simplemente es admirable.

En lo personal, mi lista del año pasado dio un vuelco distinto a todo lo que tenía planeado. Adquirí una nueva sin darme cuenta. Como todo en la vida, muchas cosas se dieron como menos las esperaba. Algunas son malas que no deseo volver a pasar. Hay situaciones en que hubiese querido tener una mayor madurez para enfrentarlas. Tuve otras, increíblemente hermosas que jamás pensé sentir, como admirar la belleza de nuestro mundo, recuperar algo y encontrar otro.

En fin, simplemente me tocó vivir, como al resto de las personas. No me arrepiento de nada, no estaría donde estoy sin tantas equivocaciones y otras tantas decisiones que al final resultaron acertadas.

No se trata de apagar esa chispa a los sueños. Tampoco de hacer resoluciones y apegarse tanto a ellas que no se pueda disfrutar la vida de esos pequeños detalles que a veces pasan por mera casualidad ante nuestros ojos.

Hoy es un buen día para mi comienzo, para hacer esos objetivos realidad. Lograr lo que yo quiero, seguir mi lista, agregar otra resolución, quitar una o darle vuelta a la página.

Algo por el cual sentirme orgullosa, cuando se llega a las famosas cuestas «lo que quería pero no lo hice». Ser la que pase la batuta a los demás.

Y en cuanto a lo que les puedo aportar, mi humilde visión de felicidad es la siguiente: Adoptar un animal que esté necesitado de amor y de hogar (no lo compren); se podrían sorprender de la felicidad que les puede traer a sus vidas.

Disfrutar de una buena comida con una excelente compañía, alguien o algo que les haga sonreír. Una buena copa de vino es el placer que en todo momento y en cualquier lugar sabe bien, por algo es la bebida más antigua del mundo. Y finalmente, escápese un rato de su realidad, ya sea mental o físicamente, procese las cosas, quite otras o dé, simplemente, las gracias por existir.  Tómelo o déjelo, como quiera, siempre y cuando sea lo que usted necesite para empezar bien su nuevo año.

¡Feliz 2014! Provecho…