Durante 2006, junto con mis compañeras, elaboramos un trabajo de tesis que muchas licenciaturas exigen. Un trabajo final, una investigación que, según alguien me dijo en ese momento, podía hacerse de dos formas: como un trabajo más, como un requisito más que tenía que cumplir, o de la forma complicada… como tontas nos fuimos por la segunda opción.
De las experiencias de vida que he tenido, esta ha sido una de las más recordadas y que más ha logrado marcar mi vida y mis luchas. Nuestra tesis fue con familiares de desaparecidos y desaparecidas durante el conflicto armado. Eso dice el título, pero realmente fue sobre el dolor de una herida abierta, sobre mujeres y hombres que no dejan de pensar, de recordar, que tienen a sus familiares en fotos, en sus nietos y nietas, en sus silencios tristes. Yo no puedo olvidar sus ojos, sus sonrisas a pesar de tanta tristeza, su lucha y el valor de seguir recordando y creyendo en la necesidad de sanarse y ayudar a sanar un país que ha sufrido tanto.
Puede que un arzobispo crea hoy que todo ese dolor se sana mejor olvidando, y no tengo dudas que en este país hay más intereses económicos y políticos que gente muriendo de hambre, y realmente no me importa saber qué le mueve a tomar esta decisión ni qué busca ocultar… hay cosas, que en cierto punto de la vida, ya no importan tanto. Y no importan porque para mí hay voces que debemos rescatar y seguir sacando a la luz, hay personas que inspiran y que valen la pena mostrar al mundo, y hay otras que no. Yo solo quiero mostrar un par de voces, con el permiso que en ese entonces me dieron, y que sigan hablando, que sigan luchando a pesar de tanto arzobispo:
“Uno repite lo mismo porque es la misma historia que cuenta ahora, que cuenta mañana, que contaremos hasta que nos muramos. Pero es con el fin de que la historia no se pierda, porque si nosotros ya no queremos hablar de lo que pasó dentro de poquitos años, aquí no va haber pasado nada”
Madre Guadalupe, hermana de desaparecido
“No es que uno tenga aquella valentía, de que ya me siento conforme, ya estoy tranquila… uno está dormida y está pensando que aquel hijo le falta…”
Santos, madre de desaparecido
“El no saber lo que pasó con ellos y quiénes fueron los responsables es un martirio para la memoria…”
Norberto, padre de desaparecido
“Hasta que nos pidan perdón de corazón nosotros lo vamos a hacer, pero mientras, no podemos perdonar, porque no conocemos quién ha agarrado a nuestros hijos”
Antonia, madre de desaparecido
“Yo hijos no tuve después, pero a una nieta le puse el mismo nombre. Hay ‘Elsy 1’ y ‘Elsy 2’, y también tengo un nieto que tiene el primer nombre de mi hijo desaparecido”.
Francisca, madre de reencontrada
“Deseo que no exista la noche, para estar siempre buscándolos”
Madre Alicia, madre de desaparecido
“Somos de la muerte”
Encarnación, madre de desaparecido.
Tutela Legal no es un capricho ni un sinrazón, es parte de estas voces.