A finales de octubre del año pasado, fuimos testigos de cómo agentes del CAM y de la Unidad del Mantenimiento del Orden (UMO) de la PNC, desalojaron a vendedores ubicados en los alrededores de la plaza Hula Hula, Calle Arce, Juan Pablo II y de otras calles y avenidas del centro de San Salvador.
En esa ocasión, el edil capitalino y hoy candidato a la presidencia de El Salvador para el periodo 2014-2019, doctor Norman Quijano, dijo estar satisfecho por el trabajo desarrollado e incluso agradeció el apoyo incondicional que recibió del presidente Mauricio Funes, en facilitarle agentes de la Policía Nacional Civil, para reprimir a hombres, mujeres y niños, que se resistían abandonar un par de metros cuadrados de calle, porque según ellos, era la única vía donde podrían obtener su sustento diario.
Por medio de noticieros televisivos e imágenes impresas en los principales periódicos que circulan en nuestro país, pudimos observar el excesivo uso de la fuerza pública para someter a vendedores. Muchos de ellos expusieron su vida para defender su fuente de trabajo, otros resultaron con lesiones graves y leves, algunos aseguraron que perdieron mercadería. La mayoría de los desalojados quizá hasta quedaron endeudados por la inversión que hicieron en sus puestos.
Quijano, en repetidas ocasiones, dijo que no daría marcha atrás al proceso de reordenamiento de la capital, y que era muy difícil tomar ese tipo de decisiones. Justificó que todo el operativo fue apegado a la ley e incluso denunció que en las zonas recuperadas operaban estructuras del crimen organizado. La idea del doctor Quijano era hacer del centro histórico un lugar seguro donde se pudiera transitar libremente.
Muchos de los capitalinos, y principalmente los propietarios de los almacenes que durante años estuvieron cercados por los vendedores informales, aplaudieron y dieron el beneficio de la duda al trabajo que había impulsado Quijano y su concejo municipal. Las calles ya lucían limpias y al parecer el centro de San Salvador tendría un nuevo rostro.
Sin embargo, al poco tiempo fueron más los comentarios negativos que los de apoyo a Norman Quijano, al grado que el ex Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, Oscar Luna, censuró dicha acción.
¿Será que sus asesores nunca midieron qué tan grave podría ser el problema del desalojo y que el bumerán les rebotaría en la cabeza en este momento que urgen de votos y de aumentar la simpatía entre propios y extraños? En este momento donde a los candidatos no les importar beber una horchata mosqueada con tal de captar un voto.
Quizá cuando recapacitaron ya era tarde porque con seguridad se había creado una espiral en su contra.
Han pasado once meses desde el desalojo y los alrededores del Hula Hula siguen iguales. Ventas por doquier y donde antes habían “champas”, hoy hay estructuras de metal protegidas con toldos azules, en cuyos extremos se luce el escudo de la Alcaldía de San Salvador.
Me surge la pregunta sobre quién ordenó la construcción de esas estructuras metálicas, no porque esté en contra de los vendedores si no por la poca transparencia en cómo se hacen algunas cosas en El Salvador.
Por un lado, se dijo que ya no se permitirían las ventas en las cercanías del Hula Hula y, por otro, la misma comuna ordenó la construcción de unos quinientos puestos desde la 1a. avenida Norte hasta la 5a. avenida Norte y Sur de la calle Arce, con la intención de arrendarlos a $1.50 diarios.
Las edificaciones iniciaron la primera quincena de junio de este año, dos meses antes que el doctor Quijano delegara su cargo a Gloria Calderón de Oñate.
Pregunto: ¿Fue el mismo doctor Quijano quien ordenó la construcción de esos puestos para enmendar el error con la solapada intención de ganar más popularidad a su candidatura? ¿Qué pasó con los planes de mantener bello el centro histórico de San Salvador? ¿Apoyarán los propietarios de almacenes esta nueva decisión que termina convirtiéndose en otra solución estética? ¿Será que en medio de esos puestos con toldos azules ya no habrá espacio para que operen estructuras criminales?
Ojalá reciba respuestas…