El Salvador
miércoles 15 de enero de 2025

¿Cuál campaña de altura?

por Redacción


En el ring de este año destacan tres partidos políticos: ARENA y FMLN se atacan entre sí, GANA enfrenta a ARENA y este último, obviamente, arremete contra el partido naranja -que por cierto está muy, pero muy vinculado a Elías Antonio Saca, un arenero proscrito-.

Es verdad, ya no suenan los epítetos vinculados con la guerra (bueno, hasta ahora) entre los candidatos y los partidos que compiten en las presidenciales 2014, pero hay que ver el derroche de ataques viscerales, nuevas promesas, los supuestos llamados a la reflexión y, más recientemente, la camándula de testimonios ciudadanos –la mayoría grabados en locaciones como zonas de cultivo y calles tierrosas–que suenan y resuenan en los medios de comunicación.

Ni qué decir de las decenas de “trolles” en las redes sociales que, por una parte, magnifican a quienes les aportan dinero o regalías o, por el contrario, denigran y vulneran al “enemigo” político. También están los hackers, imposible olvidarlos en esta era tecnológica.

Durante años, los mismos contendientes, los dirigentes partidarios, Derechos Humanos, organizaciones civiles, organismos políticos locales y extranjeros y hasta representantes de las iglesias en el país han insistido en un “ya basta” de contiendas electorales sucias, pero los meses, semanas o días previos al día de elecciones los mensajes político-partidarios son casi siempre iguales: decadentes, invasivos, abusivos, denigrantes, estigmatizantes, confrontativos, vacíos.

En el ring de este año destacan tres partidos políticos: ARENA y FMLN se atacan entre sí, GANA enfrenta a ARENA y este último, obviamente, arremete contra el partido naranja , que por cierto está muy, pero muy vinculado a Elías Antonio Saca, un arenero proscrito.

Son cinco partidos compitiendo por la silla presidencial y hasta el momento solo estos tres han hecho gala de su “creatividad” sobre cómo despotricar al adversario. Por suerte, ahora se conoce quién firma o paga el mensaje, no como antes que con cada elección surgían organizaciones fantasmas, además de algún personaje oscuro.

No digo que las acusaciones entre candidatos y partidos sean completamente infundadas, pero duele ver que temas tan delicados que rayan con la ilegalidad, la falta de transparencia, la dudosa administración pública, el cuestionable manejo de fondos públicos, no pasan de eso: denuncias al aire.

El caso más lamentable en esta coyuntura involucra a Hugo Barrera (dirigente arenero), David Gutiérrez (exministro de Obras Públicas) y el candidato del movimiento UNIDAD, Elías Antonio Saca, en torno al destino de supuestos $40 millones que debían utilizarse en el proyecto vial Diego de Holguín, hoy monseñor Romero.

Barrera habla sobre la millonaria entrega que habría hecho Gutiérrez a Saca, mientras este último era presidente de la República. La revelación, aunque obviamente surge con ánimos proselitistas, puede ser cierta. El punto es por qué mientras Saca y Barrera se codeaban como amigos –o al menos como dirigentes tricolor– no hubo nada de esto.

Los comicios presidenciales 2014 están programados para el 2 de febrero. Mientras esa fecha llega –y la campaña electoral oficial y no formal lo permite– hay tiempo suficiente para escuchar planteamientos, proyectos, propuestas, visiones de país serias, en boca de los contendientes o sus equipos de campaña, por encima de la propaganda sucia que ya implementan.

Se me ocurren algunos temas sobre los cuáles escuchar soluciones: qué viene después de la tregua entre pandillas que ha logrado reducir los crímenes pero no desarticular las estructuras criminales que siguen operando dentro y fuera de los penales lucrándose con las extorsiones, por supuesto cómo lidiar con el fenómeno en sí de las pandillas; cómo volver expedita la aplicación de justicia para los grandes evasores y elusores fiscales que adeudan millones a las arcas del Estado; cómo evitar la fuga de cerebros y al mismo tiempo superar los bajos rendimientos académicos nacionales en la mayoría de niveles educativos; cómo hacer que los grandes millonarios de este país inviertan localmente o que los pocos que lo hacen no levanten muros para desanimar nuevas inversiones;  cómo mejorar los servicios para la población que asiste a la red nacional de centros de atención, sobre todo, corregir las endémicas fallas del sistema de seguridad social; cómo solventar el espinoso tema de las pensiones que amenaza con dejar eventualmente  desprotegidos a millares y al mismo tiempo corregir el mecanismo que se usó para privatizar este rubro.

No menos importante es el fortalecimiento del sector agro hasta que el país se vuelva autosostenible pero a la vez delinear nuevos giros de producción e industria (incluyendo la tecnológica) sostenibles en el tiempo, así mismo amigables con las personas y el medio ambiente; cómo potenciar los beneficios económicos que se derivan del envío de remesas más allá de la sociedad de consumo que vivimos; cómo dar pasos sin retroceso para que, al fin, Centroamérica trabaje unida y enfrente en bloque sus derroteros comunes.

Pensar en temas macro es prioridad para quienes desean las riendas de este país y también lo son los proyectos micro en todos los ámbitos de la vida nacional… Creo, firmemente, que hay muchas cosas importantes sobre las cuáles pensar, sobre todo, idear soluciones reales, tangibles, medibles, en esta coyuntura preelectoral. Ojalá con el inicio oficial de la campaña haya un giro profundo en lo que se escucha y mira.