A 14 años de implementarse las primeras votaciones para personas con discapacidad visual, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ya cuenta con los materiales electorales necesarios para que el próximo domingo este sector de población ejerza su derecho al sufragio.
Son un total de 5 mil 190 salvadoreños mayores de 18 años con discapacidad visual registrados en el Padrón Electoral 2015 para quienes se han elaborado igual número de “sobres tiflológicos”, como se identifica a las papeletas vinculadas al sistema Braille.
La Tiflología es la ciencia médica que estudia las discapacidades visuales y está al servicio de las personas que registran disminución parcial o total de la vista. Es en relación a esta especialidad, que en El Salvador se conocen como “sobres tiflológicos” los materiales electorales que se elaboran para estos electores.
Alejandro Antonio López, presidente la Asociación de Ciegos de El Salvador, destaca la importancia que en el país se haya reconocido el derecho al voto para las personas con discapacidad visual.
“Somos parte de una sociedad y es importante votar libre e independiente”, dijo.
La Asociación de Ciegos ha sido, justamente, la responsable de preparar los “sobre tiflológicos” desde que se implementó el sistema de votación y para este año más de 15 de sus afiliados han trabajado en los materiales.
Al igual que en años anteriores, se diseñó una especie de “mascarilla” adecuada para cada papeleta de votación impresa. Es decir, se usan las mismas hojas de votación que se distribuyen en todo el país; la diferencia es que estas llevan encima un cartoncillo calado o perforado según el número de aspirantes.
Por ejemplo, en el caso de los candidatos a diputados por San Salvador se tiene que hay ocho partidos en contienda (GANA, PCN, PSD, DS, ARENA, CD, PDC y FMLN). Cada uno ha propuesto 24 candidatos (máximo de diputados por el departamento) o sea hay un total de 216 aspirantes a una curul legislativa, además de una candidatura no partidaria.
En este caso la “mascarilla” tiene 217 perforaciones para candidatos a las que deben sumarse las ocho perforaciones para cada una de las banderas de los institutos que compiten.
Las espacios calados para las banderas partidarias tiene en su parte baja el nombre del partido político en sistema Braille, pero los espacios de los candidatos solo poseen el número correlativo del 1 al 24 ya que no existía espacio suficiente para colocar los nombres de cada uno de ellos. De aquí surgió la necesidad de preparar un instructivo (también en Braille) donde cada hoja corresponde a un partido político y el nombre de sus candidatos.
“La importancia de ejercer el voto para las personas con discapacidad visual es muy grande… como decía un político: ‘no debes preguntar lo que puede hacer por ti el país si no preguntar qué puedes hacer tú por el país’ y esto es lo que hacemos los votantes con discapacidad visual”, agregó López, de la Asociación de Ciegos del país.
De acuerdo con datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) en los 5,190 ‘sobres tiflológicos” fue necesaria una inversión aproximada a los $12,500. Del total de estos materiales, un tercio corresponde a hojas de votación especializadas para la Asamblea Legislativa (1,730), otro tercio (1,730) para definir alcaldes y sus concejos municipales y el resto (1,730) para diputados al Parlamento Centroamericano (PARLACEN).
El TSE ha dispuesto repartir un promedio de dos “sobres tiflológicos” en los centros de votación donde se espera votantes con discapacidad visual.
En el Padrón Electoral 2015 se identifica que el departamento de La Unión registra el mayor número de votantes con discapacidad: 41,101 donde un 18 por ciento corresponde a discapacidad visual.
San Salvador tiene 33,745 personas con discapacidad donde un 16 por ciento se vincula a problemas de visión. Mientras que Ahuachapán posee 11,190 salvadoreños con alguna discapacidad de los cuales el 5 por ciento padece visión disminuida o ceguera total.
Desde la Unidad de Comunicaciones del TSE se confirmó que de manera temporal se han contratado 16 facilitadores que “leen” el sistema Braille y estos serán distribuidos en los centros de votación donde se esperan electores con discapacidad visual. Estos mismos facilitadores se ocuparán, también, del escrutinio preliminar y final de los votos que se emitan con los “sobre tiflológicos”.