El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, cerraron este lunes un acuerdo para deportar a El Salvador a migrantes indocumentados de cualquier nacionalidad que hayan cometido crímenes en territorio estadounidense.
Según el jefe de la diplomacia estadounidense, en la reunión acordaron que El Salvador acepte «la deportación de extranjeros ilegales en Estados Unidos que sean criminales de cualquier nacionalidad, ya sean del M-13 o del Tren de Aragua, y alojarlos en sus cárceles».
Pero Rubio también sorprendió al explicar que Bukele incluso se ofreció a «albergar en sus cárceles a criminales estadounidenses peligrosos» que estén presos en el país norteamericano, tanto los que tienen ciudadanía como los que tienen residencia legal en Estados Unidos.
«Ningún país ha hecho jamás una oferta de amistad como esta», declaró Rubio ante la prensa en el hotel de la capital salvadoreña en el que se está hospedando.
Rubio explicó que este mismo lunes habló de este asunto con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y afirmó que la oferta de Bukele es «solo una señal del increíble amigo» que es para Estados Unidos.
Durante el encuentro con Rubio, el propio Bukele había anticipado que ambos cerrarían un acuerdo migratorio «sin precedentes» entre Estados Unidos y El Salvador.