El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó este miércoles un acuerdo en el marco del Servicio Ampliado del Fondo (SAF) para El Salvador, con un acceso de alrededor $1,4 mil millones.
“La aprobación del Directorio permite a las autoridades un desembolso inmediato de 86,16 millones de DEG, equivalentes a unos 113 millones de dólares”, reza un comunicado del FMI.
El programa respaldado por el FMI se propone corregir los desequilibrios macroeconómicos y fortalecer la gobernanza y la transparencia, con el objetivo de impulsar las perspectivas de crecimiento y la resiliencia de El Salvador, agrega.
En el marco del programa, subraya, el saldo primario mejorará en un 3,5% del PIB en tres años, respaldado inicialmente por una racionalización de la masa salarial, al tiempo que se protege el gasto social prioritario y de infraestructura.
El FMI sostiene que “esto se complementará con medidas para aumentar los colchones de reserva y reforzar la estabilidad financiera, así como con acciones para fortalecer la transparencia fiscal y los marcos anticorrupción y de lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo”.
El programa también aborda los riesgos derivados del proyecto Bitcoin, en particular haciendo voluntaria la aceptación de Bitcoin y limitando la participación del sector público en actividades relacionadas con Bitcoin y en transacciones y compras de bitcoins.
Tras la reunión del Directorio Ejecutivo sobre El Salvador, Nigel Clarke, Subdirector Gerente y Presidente Interino, dijo: “La economía salvadoreña está en constante expansión gracias a la solidez de las remesas y el turismo, y a una situación de seguridad muy mejorada. Los déficits externos se han reducido, la inflación ha disminuido y las recientes operaciones de gestión de pasivos han reducido las necesidades de financiación a corto plazo”.
Señala que, no obstante, El Salvador sigue afrontando “profundos desequilibrios macroeconómicos, derivados de un elevado endeudamiento y débiles colchones externos y financieros, así como de obstáculos a la inversión y la productividad”.
El programa apoyado por el Fondo se sustenta en una ambiciosa consolidación fiscal favorable al crecimiento, encaminada a situar la deuda pública en una firme senda descendente y a crear colchones fiscales.
La consolidación se apoya en el aumento de la eficiencia del gasto público y las reformas de la función pública y el sistema de pensiones a lo largo del tiempo, al tiempo que proporciona espacio suficiente para proteger los gastos sociales y de infraestructura prioritarios.
“El programa mejorará la resiliencia de El Salvador a los shocks mediante un fortalecimiento gradual y decidido de las reservas externas y del sector financiero. Ya se ha aprobado un plan para aumentar los colchones de liquidez de los bancos, y la financiación del Fondo también respaldará los colchones del Gobierno y las reservas del banco central. Las mejoras en la regulación y la supervisión, así como una nueva legislación sobre estabilidad financiera, también reforzarán la estabilidad y la inclusión financieras”, dice el comunicado del FMI.
Se espera que las mejoras previstas en materia de gobernanza y transparencia impulsen la confianza y la inversión privada. Se han dado los primeros pasos mediante la promulgación de una nueva legislación anticorrupción y la publicación por la Corte de Cuentas de auditorías de estados financieros de los organismos públicos y de auditorías COVID, añade.