Un grupo de periodistas que realizaron una visita guiada al centro penal La Esperanza, conocido como Mariona, se encontró con el expresidente Elías Antonio Saca González, quien guarda prisión por delitos de corrupción.
Luciendo un jean y una camiseta blanca con gris, periodistas captaron a Saca −presidente de El Salvador en el periodo 2004-2009 − caminando en Mariona. No logaron entrevistas porque no podían hacer preguntas a los reclusos.
La periodista Sara Acosta, de la agencia EFE, escribió una crónica sobre la esperanza de miles de presos no pandilleros: Reinsertarse a la sociedad.
Miles de presos no pandilleros en El Salvador esperan tener una segunda oportunidad y lograr reinsertarse a la sociedad a punta de trabajo para «corregir los errores cometidos en el pasado» y demostrar las capacidades adquiridas durante su tiempo de encierro, dijo.
Agregó que en Mariona, hombres vestidos con el característico uniforme blanco de las cárceles de ese país aprenden diversos oficios como carpintería, peluquería y confección, jardinería, serigrafía, albañilería, entre otros.
En ese lugar hay una sobrepoblación de más de 29,000 internos cuando su capacidad inicial era de entre 4,000 y 5,000 presos. Parece una pequeña ciudad donde diariamente los internos reciben capacitaciones, ponen en práctica lo aprendido e, incluso, reciben clases de educación superior.
Todo lo anterior es parte de un proceso para brindarles herramientas con el fin de que la reinserción a la sociedad les sea más fácil.
«Los pandilleros aunque quieran cambiar no pueden porque las pandillas no los dejan. Por eso ellos reciben otro tratamiento diferente al de estas personas a las que sí podemos cambiar y reinsertar a la sociedad», dijo a periodistas el director de la prisión, Juan José Montano.
Saca condenado a 10 años de prisión
El expresidente Elías Antonio Saca fue condenado a diez años de cárcel por haber robado varios millones de dólares mientras estuvo en el gobierno. El Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador lo sentenció a cárcel por los delitos de lavado de dinero y peculado.
También fueron condenados a prisión por delitos de corrupción los exsecretarios presidenciales, César Funes, Élmer Charlaix y Julio Rank. Además de los empleados Francisco Rodríguez Arteaga y Jorge Herrera.
La Fiscalía General de la República (FGR) acusó, en noviembre de 2016, al expresidente Saca de desviar y lavar 250 millones de dólares del tesoro público entre los años 2004 y 2009. En ese período fue presidente de El Salvador.
Los fiscales acusaron a Saca de ser pieza fundamental en una gigantesca maquinaria de corrupción. La operación, según los acusadores, ocurrió así: cuando Saca llegó a la presidencia aprobó un reglamento interno para desviar varios millones de dólares a cuentas particulares.
En el año 2006, según la acusación, Saca ordenó a Francisco Rodríguez Arteaga, jefe de la Unidad Financiera Institucional (UFI) de la Presidencia, y a Pablo Gómez, técnico de la UFI, abrir 14 cuentas: el primero abrió diez y el segundo dos en los bancos Citibank e Hipotecario. Según la Fiscalía, entre los dos movieron 251 millones 297 mil 412 dólares.
Saca firmaba los cheques para Arteaga y Gómez. Ellos los depositaban en sus cuentas para posteriormente transferirlos a las cuentas de Saca, su esposa, sus empresas y a las de sus socios o amigos. Las empresas del exmandatario son: Promotora de Comunicaciones, Grupo Samix, Radiodifusión de El Salvador, Radiodifusión de Usulután y Stereo 94.1 FM.