El Salvador
domingo 24 de noviembre de 2024

Esto dijo Bukele a la revista Time sobre un nuevo período presidencial

por Redacción


El mandatario afirmó que tiene un acuerdo con su esposa.

El presidente salvadoreño Nayib Bukele concedió una entrevista exclusiva a la revista Time en la que habló de diferentes temas, entre ellos la posibilidad de presentarse de nuevo como candidato presidencial para un próximo quinquenio.

En la entrevista, dirigida por Vera Bergengruen en Casa Presidencial, el pasado 25 de junio en San Salvador, el mandatario aseguró que ya no puede correr para presidente de nuevo porque la Constitución lo prohíbe y, además, porque tiene un acuerdo con su esposa de que este es su último período.

A continuación parte de la entrevista:

Ha logrado muchos avances en su primer mandato. Usted es bastante joven. Si en 2029 los votantes salvadoreños quieren que usted continúe, ¿se postularía nuevamente?

Bukele: Yo no puedo correr para presidente de nuevo de acuerdo a la Constitución por la prohibición del artículo 152. Además, tenemos un acuerdo con mi esposa de que esta es la última.

¿Sí?

Sí.

Usted cuando salga del oficio solo tendría 47 años.

Bukele: Sí.

¿Ha pensado en qué viene después?

Bukele: No, todavía no. Va a ser un reto definitivamente, porque no me veo regresando a la empresa privada o qué, no sé. La respuesta del diente al labio sería escribir un libro, algo así, pero no sé. Realmente no tengo pensado qué voy a hacer en el 2029.

Vi una entrevista con usted en 2019, donde usted repetía muchas veces, «A nosotros nos quedan 59 meses, solo nos quedan 58 meses para hacer este trabajo». ¿cuándo decidió que iba a ser posible ser presidente por otro mandato y cómo tomó esa decisión?

Bukele: Lo que sucede es que lo que yo lo dije en el 2019, no solo lo dije en el 2019, lo dije en el 2014, no por mí, sino que estaba hablando de otro presidente. La usanza en la mente salvadoreña, es decir, la Constitución salvadoreña, lo que siempre entendimos de la Constitución salvadoreña, es que no se permitía la reelección inmediata. Sí se permitía la reelección con un periodo en medio, eso era lo que se interpretaba en el artículo 152 de la Constitución, eso es lo que siempre se interpretó. El presidente puede correr una vez y luego no puede correr de nuevo, pero si puede correr dejando un periodo en el medio.

Bukele: Yo lo expliqué incluso en una entrevista. Luego, si no recuerdo exactamente el año, en el 2014 el presidente que había sido presidente del 2004 al 2009, Elías Antonio Saca, corrió de nuevo en el 2014, usando esa regla, de que se podía correr dejando un periodo del medio.

Él corrió de nuevo para la presidencia en el 2014, las instituciones les permitieron concursar, lo dejaron inscribirse, él inscribió su movimiento, unió tres partidos políticos, hicieron una coalición para llevarlo y una persona puso una demanda, un ciudadano abogado puso una demanda en contra de su candidatura aduciendo que la Constitución, ese artículo 152 no prohibía la reelección inmediata, sino que prohibía la reelección dejando un periodo en el medio.

El artículo 152 textualmente dice, «No podrás ser candidato a la presidencia de la República quien haya sido presidente en el periodo inmediato anterior». El argumento de los ciudadanos y ese abogado en ese momento, que hizo ante la Corte Suprema de Justicia, en ese momento yo era alcalde de un municipio pequeño, ni siquiera era alcalde de San Salvador, tenía cero influencia.

El argumento que hicieron ellos ante la corte era que el artículo había sido mal interpretado, porque el artículo dice, «No podrá ser candidato a la Presidencia de la República quien haya sido presidente en el periodo inmediato anterior», al decir, «No podrás ser candidato», se refiere al periodo actual, el candidato que aún no es presidente.

Dicen en la Constitución, «No puede ser quien haya sido presidente en el periodo inmediato anterior», es decir, decían ellos, «No puede ser candidato el que fue presidente en el periodo inmediato anterior», como dice textualmente el artículo. Un poco shocking, pero tiene razón, es decir, la redacción del artículo, lo que está prohibiendo es que el presidente del periodo anterior se postule como candidato, textualmente así lo dice.

No le doy la razón yo, le dio la razón la Corte Suprema de Justicia de ese entonces. No las que nombraba mi partido, todas las anteriores a las que nombra mi partido. Ellos dejaron correr al expresidente, el presidente pierde las elecciones. Sacó el 11% de los votos, no salió tan mal, pero perdió, quedó en tercer lugar.

Luego de haber perdido la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia resuelve que es correcto. Eso fue una resolución del 2014. Yo era alcalde del Nuevo Cuscatlán, ni siquiera alcalde de San Salvador, un pueblito donde yo vivo a la orilla de las afuera de San Salvador.

La Sala de lo Constitucional, el Tribunal Constitucional Salvadoreño dijo, «Es cierto, el artículo 152 no prohíbe la reelección inmediata, sino que prohíbe la reelección dejando un periodo en el medio», pero dijo la Sala de lo Constitucional en ese tiempo, «Hay otro artículo que menciona que la alternabilidad en el ejercicio de la presidencia es básica para el sistema de gobierno de El Salvador».

Dijeron, «Por lo tanto, vamos a prohibir 10 años. Vamos a prohibir la reelección inmediata por el artículo de la alternabilidad y vamos a prohibir el siguiente periodo dejando en medio lo que hizo Tony Saca va a ser prohibido de ahora en adelante por el artículo 152». El cambio de interpretación del artículo 152 fue hecho por esa Sala de lo Constitucional.

En el caso de El Salvador no hay ningún solo país, no hay ningún solo Gobierno en todo el mundo que diga, «No, la elección de El Salvador es ilegítima». Es decir, podrán haber cuestionamientos a nivel de algún analista, a nivel de alguna ONG, pero no hay un tan solo Gobierno, un tan solo organismo multilateral, la ONU, la OEA o un banco, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo. No hay ni un tan solo organización o gobierno en el mundo que no reconozca nuestra elección.

Bukele: La toma de posesión es un evento que siempre se hace, es normal, se espera que haya mucha atención local, de la gente del propio país. Obviamente alguna atención internacional hay, por más pequeña que sea. Cualquier toma de posesión en Latinoamérica recibe alguna prensa. Empezaron a confirmar algunas personas que traían sus propias followers. Cada quien decía, «Tal persona va y tal persona va».

Incluso, algunas personas prominentes en Estados Unidos empezaron a venir y creo que eso también ayudó a que la misión del Gobierno fuera más robusta. El Gobierno mandó una misión muy robusta, no solo mandó al secretario de seguridad, sino que mandó personas del Departamento de Estado, del Departamento de Comercio, de varias agencias. Incluso vino una misión bipartidista del Congreso y del Senado.

Al final se fue haciendo más y más robusta. Creo que una cosa fue llevando a la otra. Al final terminó cayendo en más atención internacional. Además que nuestro Gobierno, por lo menos en este lado del mundo, sobre todo en Latinoamérica, mucho menos en otras latitudes o en el hemisferio oriental o en Europa es mucho menos conocido que acá. Aquí en esta zona ya es más conocido y por lo tanto ya tenía alguna atención.

Bukele: Sí, definitivamente yo no me considero ni de izquierda ni de derecha. Esa es una división que se hizo después de la Revolución Francesa. Básicamente es tan básica o tan absurda como decir, «Bueno, los que defendían los ideales más revolucionarios se sentaron a la izquierda del hemiciclo y los que defendían los ideales más monárquicos se sentaron a la derecha del hemiciclo y se les llamó la izquierda y la derecha. Desde entonces, todos los países se han definido por esa distribución de asientos que se hizo en Francia.

Lo cual, para mí, tuvo algún sentido alguna vez, por supuesto. Uno va aprendiendo y entendiendo las cosas mejor, pero para mí ya no tiene ningún sentido una división nacida en la Revolución Francesa, ni siquiera es sumamente clásica para decir, «Es que viene de la civilización humana». Ni tampoco es suficientemente moderna para decir, «Está vigente». Para mí, es una definición arcaica que ni siquiera es lo suficientemente vieja para ser clásica, no tiene ningún sentido definirse entre izquierda y derecha.

Además, sí yo tengo muchos amigos en la derecha, tal vez, actualmente, tenemos más apoyo en sectores de la derecha que de la izquierda, pero yo creería que más bien, porque nosotros seamos del uno o del otro, porque yo no me considero de ninguno, de ambos, ni nuestras políticas de Gobierno las hacemos pensando en esto va hacia la derecha o esto va hacia la izquierda.

Creo que porque por algunas coincidencias, sobre todo, porque a mí parecer y alguien que estuvo en izquierda en algún momento, para mí parecer, si quisiera hacer un análisis desde afuera, a mí ya no me interesan esas definiciones, pero si quisiera hacer un análisis desde afuera, la izquierda perdió el rumbo mundialmente. Incluso, no tienen referentes, no hay exponentes.

Bukele: Sí, claro. Lo que sucede es que un partido único impuesto no es compatible con la democracia. ¿Qué puedo escogerse si solo hay un partido? Habrá otros que lo defenderán y tendrán sus puntos. Yo creo que un partido único impuesto por legislación, no es compatible con la democracia, pero cuando hay un partido hegemónico, como es el caso nuestro—tal vez la referencia que tú hiciste fue al discurso de victoria el día de las elecciones—la definición correcta sería partido hegemónico, muy hegemónico.

Tenemos el 90% de las sillas en el congreso y el 95% con los aliados, la oposición tiene el 5%, tres diputados de 60. Es un partido sumamente hegemónico, casi único, pero la diferencia es que ha sido 100% democrático. No solo porque tuvimos elecciones, porque he escuchado también gente que dice, «El hecho que haya elecciones, no garantiza que sea democracia».

Sí, claro, pero en el caso nuestro sí, es decir, venimos como un Tribunal Supremo Electoral que es un tribunal electoral controlado por la oposición, es el mismo tribunal que controló la elección anterior de 2021, cuando la oposición tenía las cortes, la asamblea, la Fiscalía, el Tribunal Supremo Electoral y todas las instituciones del Estado, nosotros solo teníamos el ejecutivo. Eso está muy bien documentado, tuvimos pleitos fuertes y todo, obviamente, porque no éramos del mismo lado.

El país estaba totalmente controlado por la oposición a excepción de la presidencia y el orden ejecutivo. Con ese tribunal, nosotros arrasamos en las elecciones del 2021, sacamos si no me equivoco el 70% de los votos. Eso nos permitió hacer las reformas que teníamos que hacer para luego, el régimen de excepción, la guerra contra las pandillas, etcétera.

En la elección del 2024 se mantuvo básicamente el mismo tribunal electoral, los mismos partidos políticos, participó el partido que estuvo en el poder los 10 años antes de nuestro Gobierno, participó el partido que estuvo en el poder los 20 años antes que ese, participó el partido que estuvo en el poder los cinco años antes que ese y participó el partido que estuvo en el poder los 20 años antes que ese.

No son partidos…ninguno son amistosos, es decir, son muy vociferantes, muy críticos, se expresan muy fuertemente en contra del Gobierno en total libertad. Hicieron una campaña de crítica dura, de golpear, de atacar, lo cual es totalmente válido en una democracia, pero eso no lo estoy diciendo como algo negativo, sino lo diciendo como algo positivo que demuestra que tuvimos una elección totalmente libre, transparente.

Incluso, los observadores internacionales que teníamos, no recuerdo exactamente cuántos, pero más de 3.000 observadores internacionales aquí en terreno, aparte de las organizaciones, pero organizaciones como la Unión Europea, como la OEA, que son las que más vigilan las elecciones, todos han dicho que el resultado de la elección, dijeron sus peros incluso. Dijeron, «Finalmente, después de todo, podemos garantizar que el resultado de la elección refleja el sentir y la decisión del pueblo salvadoreño». Eso no lo dije yo, lo dijo la Unión Europea.

Bukele: Correcto. Incluso, yo unos meses antes cuando tuvimos la inauguración de unos Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe aquí en El Salvador, vinieron bastantes medios, yo les decía, «No crean lo que yo les digo, porque obviamente yo voy a hablar bien de nosotros, del Gobierno, pero ustedes ya están acá, ya tienen sus cámaras acá, ya pagaron sus boletos de avión, ya tienen sus cuartos de hotel, ya tienen su Internet, ya tienen todo, la gente, los fotógrafos, las cámaras de video. Vayan a las calles, pregúntenle a la gente y no vayan a los lugares–«

«Sí, vayan ahí, pero no tienen que ir solo a los lugares más públicos o más grandes donde el Gobierno pudiera tener alguna incidencia o algo, no. Métanse a cualquier lugar. Es tan seguro que pueden entrar a cualquier pasaje oscuro, no hay problema. En una comunidad pueden meterse en una comunidad rural que no haya ni siquiera mucha gente que de repente se oye un perro ladrando por allá, no importa, vayan a cualquier lugar, pregúntenle a la gente. Va a ser muy raro que encuentren una opinión negativa en la población».

Todavía vino alguien y me dijo después, «Ah de ser porque la dictadura es tan fuerte que la gente tiene miedo de hablar en contra». Le dije, «No es así, pero poniéndome en tus zapatos y pensando que pudiera ser así». Nosotros sacamos en la elección aquí en El Salvador sacamos el 85% de los votos, es decir, el 15% no vota por nosotros.

El voto en el exterior, que fue muy grande en comparación a cualquier país del mundo, mucho más en porcentaje que cualquier otro país del mundo, hubo mucha afluencia, en el exterior sacamos el 98.7% de los votos, casi el 99% de los salvadoreños en el exterior, que votaron en masa, votaron 700.000 salvadoreños que para el padrón electoral salvadoreño es muchísimo, para la población de El Salvador eso es muchísimo, sacamos el 98.7% de los votos.

Yo lo que les decía, «Si la dictadura es la que hace que la gente nos apoye, ¿cómo hacemos para llevar la dictadura a Nueva York, a Washington, a Los Ángeles, a Boston, a Houston, a Miami, a todos los lugares donde teníamos, en Madrid, en Australia, en Milán. ¿Cómo hicimos para llevar la dictadura a todos los centros de votación del mundo?».

Incluso tuvimos un problema el día de la elección porque cerraron las urnas a las 06:00 PM, algo así, la Ley Electoral salvadoreña dice que no se pueden cerrar hasta que la última persona que esté en la fila haya votado, pero el Tribunal Supremo Electoral cerró los– Los de aquí no, pero los de afuera los cerró a esa hora y mucha gente se quedó afuera.

Estuvieron esperando en el frío, en la nieve, la gente empezó a reclamar, ahí están los videos en redes sociales, la gente reclamando, «Déjennos entrar». Hay medios en Estados Unidos que llegaron a entrevistarlos, básicamente sabemos que el 98 y pico, pero ahí se miraba cómo el 100% de la gente nos apoyaba.

¿Cómo hacemos para llevar la dictadura a estas grandes ciudades en el mundo y a todos los países, en Europa, en Australia, en Asia, en toda Latinoamérica, en Estados Unidos, en Canadá? Sería imposible influenciarlos con la dictadura. Yo creo que lo que ha habido es una narrativa muy fuerte en contra nuestra y está bien, pero cuando la gente viene aquí y ve la realidad, contrasta mucho con lo que se ha dicho afuera, sobre todo, no tanto en Latinoamérica, pero sí sobre todo en Europa y Estados Unidos.

Lea la entrevista completa en el siguiente enlace: https://time.com/7015751/entrevista-presidente-nayib-bukele/