Más de 5.5 millones de salvadoreños están convocados a votar este domingo 4 de febrero para elegir a su próximo presidente y diputados a la Asamblea Legislativa.
Bajo un régimen de excepción − una medida implementada por el gobierno desde marzo de 2022 para combatir a las pandillas− los ciudadanos tienen seis opciones para votar por presidente de la República.
Los aspirantes son el presidente Nayib Bukele (NI), Manuel Flores (FMLN) Joel Sánchez (ARENA), Luis Parada (Nuestro Tiempo), José Renderos (Fuerza Solidaria) y Marina Murillo (Fraternidad Patriótica Salvadoreña).
Para ganar en primera vuelta, un candidato debe obtener el 50% de los votos y un voto más.
De 42 años de edad, el actual mandatario y candidato a la reelección inmediata goza de una amplia popularidad y encabeza la intención de voto con un 80%, de acuerdo con diferentes encuestas.
Bukele ha hecho de la seguridad su bandera política y electoral. De hecho, la situación económica ha desplazado a la delincuencia como la principal preocupación de los salvadoreños, ya que, según una de las últimas encuestas publicadas, el 32.8 % de la población considera que el «principal problema que afronta El Salvador» es la economía, mientras que el desempleo alcanza el 17.3 %.
Durante la campaña electoral, el candidato a la reelección inmediata puso énfasis en la seguridad y explotó los resultados que ha dejado la denominada «guerra contra las pandillas» y el régimen de excepción.
Los salvadoreños, además, elegirán diputados a la Asamblea Legislativa, que a partir del 1 de mayo próximo estará conformada solo por 60 diputados. Actualmente cuenta con 84 escaños.
En junio de 2023, el pleno legislativo aprobó reducir el número de diputados en el Órgano Legislativo de cara a las elecciones de este 4 de febrero.
Con esa modificación, a petición del gobierno, también se reformó el sistema de residuos. En El Salvador se utilizó la fórmula Hare que consiste en calcular un cociente electoral, dividiendo los votos emitidos en cierta circunscripción entre los escaños que allí se disputan, y asignar a los partidos tantos escaños como veces alcanzan con sus votos dicho cociente.
De faltar escaños por asignar, se recurre a los residuos mayores de cada partido.
Con la reforma, a partir de esta elección se utilizará el sistema D’Hondt, un método para repartir los escaños y concejales en proporción al número de votos obtenidos por los partidos políticos.
Una vez celebradas las elecciones, los votos que ha obtenido cada partido se ordenan de mayor a menor y se descartan las candidaturas que no llegan a un porcentaje mínimo de papeletas.
La elección de presidente de este 4 de febrero será la séptima desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1992, que representaron el fin de la guerra civil que El Salvador vivió desde 1980 y que dejó unos 75,000 muertos y 8,000 desaparecidos.
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