Con los títulos de exalcalde y exdiputado en su haber, el izquierdista Manuel Flores, candidato presidencial del opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ocupa por sorpresa el segundo puesto de las preferencias electorales en El Salvador, definiéndose como «la esperanza» a pesar de sus pocas posibilidades de ganar.
El “Chino” Flores, como es conocido popularmente, fue elegido por el FMLN, exguerrilla que se convirtió en partido tras el final de la guerra civil (1980-1992), como su aspirante al Ejecutivo para enfrentar a Nayib Bukele en las urnas, en unos comicios en los que se ve amenazada la supervivencia de la oposición.
El político, quien fue diputado de la Asamblea Legislativa entre 2012 y 2018, y alcalde de Quezaltepeque (2009-2012), un antiguo bastión del FMLN, se encuentra en el segundo lugar con entre el 3 % y el 4 % en la intención de voto, según diversos sondeos.
No obstante, las posibilidades de ganar para el izquierdista son mínimas, ya que el presidente Nayib Bukele, candidato por el oficialista Nuevas Ideas (NI) y que busca la reelección inmediata, cuenta con hasta un 82 % de respaldo.
Pese al contexto adverso, Flores dice sentirse «orgulloso y comprometido de representar a nuestro partido».
«Me siento comprometido con nuestros héroes y mártires, comprometido con la historia que quieren enterrar», dijo el político durante un reciente evento público.
El candidato de 68 años tiene entre sus propuestas la creación de un bono de dignidad para adultos mayores para aumentar de 50 a 70 dólares una pensión básica universal que han recibido ancianos y personas con discapacidad, además de aumentar el número de beneficiarios de 37,000 a 60,000.
También apuesta por erradicar el hambre, por mejorar la agricultura del país, garantizar el bienestar de las familias, mejorar el clima de inversiones, entre otros asuntos.
«Somos la esperanza de este pueblo, somos la esperanza viva de un pueblo entero (…) El FMLN está vivo y lleno de entusiasmo», aseguró.
El FMLN gobernó entre 2009 y 2019 de la mano del periodista Mauricio Funes (2009-2014) y del excomandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén, ahora con nacionalidad nicaragüense y procesados en territorio salvadoreño por diversos casos de corrupción.
Flores, quien vivió 10 años en Nicaragua, estudió la licenciatura en biología y fue maestro en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua-Managua (UNAN), reitera que su partido es «la verdadera historia de este pueblo, pueblo de héroes y mártires, de luchadores incansables, de jóvenes, de veteranos, de mujeres y de familia».
Asegura que el FMLN se encuentra en un «proceso de avance y de acompañamiento de la gente, junto a la gente, de cara a la gente, con la gente y para la gente».
«Estamos listos para acompañar al pueblo», ha dicho en reiteradas ocasiones el candidato, quien fue confirmado oficialmente como candidato presidencial del FMLN en julio de 2023 y es recordado por ser uno de los impulsores de la apertura de relaciones con China cuando el país centroamericano mantenía lazos con Taiwán.
Flores enfrenta en la actual contienda electoral a un Bukele con alta popularidad y que es el gran favorito para hacerse de la Presidencia para un segundo mandato.
Desde 2019 el FMLN dejó de estar entre las primeras fuerzas políticas de El Salvador, cuando Bukele, que comenzó su carrera política en esta formación de izquierda y fue expulsado en 2016, ganó la Presidencia y rompió con tres décadas de gobiernos del partido de izquierda y de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
Los supuestos actos de corrupción cometidos por los expresidentes Funes y Sánchez Cerén han hundido aún más la imagen del partido de izquierda.
En una entrevista con la revista digital GatoEncerrado en noviembre de 2023, Flores aseguró que el FMLN «no tiene antecedentes de corrupción, y hay que dejarlo bien claro».
«El partido nombra a sus candidatos, el partido hace campaña por sus candidatos y una vez los candidatos ganan y toman posesión, ya sea de alcalde, diputado o presidente, ya son sus acciones las que tienen que hablar y no el partido», apuntó en ese momento.