Joe Biden es el nuevo presidente de los Estados Unidos y partir del 20 de enero, cuando asuma las riendas del gobierno, la política para El Salvador y el resto de Centroamérica cambiará con respecto a la línea implementada por el presidente saliente Donald Trump.
Juan Sebastián González, quien ha sido electo por Joe Biden encargado de Asuntos Hemisféricos en el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) para brindar asesorías en los temas de América Latina, tiene claro que los embajadores estadounidenses en Centroamérica van a abogar en contra de la corrupción y estarán a favor de los derechos humanos.
Biden ha anunciado un plan de donaciones de $4,000 millones para atender las causas que generan la migración, principalmente para Guatemala, El Salvador y Honduras, así como apoyo para fortalecer el Estado de derecho, mejorar la seguridad ciudadana, combatir la pobreza y la corrupción.
Para combatir la pobreza, Biden aplicará programas de reducción de la pobreza, generación de empleo, fortalecimiento de las capacidades de los migrantes retornados, micro crédito para mujeres y de seguridad alimentaria. En lo que respecta al cambio climático, una estrategia de conversión hacia energía limpia.
Además exigirá reformas fiscales, uno de los males endémicos de estos Estados. La creación de mecanismos de combate a la corrupción, bajo una dependencia especial, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) adscrita a los departamentos de Tesoro y Justicia; así como capacitación a fiscales en el combate a delitos relacionados a la corrupción.
Un antecedente positivo en materia de cooperación se encuentra en el hecho de que en el segundo mandato de Barack Obama, Biden, como vicepresidente, estuvo a cargo del programa de ayuda a Centroamérica.
En El Salvador, el embajador de Estados Unidos, Ronald Johnson, finaliza su período el 20 de enero del 2021, fecha en que también termina el gobierno de Donald Trump.
Johnson se caracterizó por su silencio ante los señalamientos de presunta corrupción y malos manejos de los fondos públicos por parte del gobierno de Nayib Bukele y también por algunas acciones antidemocráticas. Ante la opinión pública, el embajador Johson se manejó como un amigo cercano y aliado de Bukele a pesar de algunos de estos señalamientos. Eso preocupó a analistas nacionales e internacionales; incluso, congresistas de los Estados Unidos manifestaron su crítica por falta de pronunciamiento de la administración de Donald Trump.
Para el presidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador, Mario Ponce, a partir del 20 de enero “habrá cambios significativos” en la menera de hacer política de los Estados Unidos; y, en el caso de El Salvador, habrá “fuertes repercusiones” porque no se tolerarán actos de corrupción.
Ponce también criticó al embajador Johnson por ser “bastante permisivo» y no haberse pronunciado ante la violación de leyes y derechos humanos por parte del actual gobierno.
«La gente lo percibe como que no hizo prácticamente nada al frente de la embajada… se quedó callado ante acontecimientos graves», señaló.
A mediados de diciembre del año pasado, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley de Compromiso del Triángulo Norte para avanzar en el combate a la corrupción y fortalecimiento de la democracia en El Salvador, Guatemala y Honduras.
La aprobación recibió los votos de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos y está incluida dentro de un programa de ayuda económica, en el contexto de la pandemia del Covid-19, para los países del Triángulo Norte.
El objetivo es crear una estrategia para cinco años que deberá ser presentada por el secretario de Estado y el administrador de la USAID.
El apoyo económico para los países del Triángulo Norte ronda los $ 505,925,000. La finalidad es promover la prosperidad, combatir la corrupción, fortalecer la gobernabilidad democrática y mejorar la seguridad civil en el Triángulo Norte y frenar la migración irregular.
El programa incluye beneficios a menores indocumentados hacia Estados Unidos, programas de salud global humanitaria, desarrollo, democracia, seguridad fronteriza y aplicación de la ley, disminución de violencia contra mujeres y niñas, apoyo a comisiones contra la corrupción e impunidad, procuradores generales y otras entidades para combatir la corrupción.
La ley también propone entregar una lista pública de actores corruptos y antidemocráticos de El Salvador, Guatemala y Honduras.
Las personas que aparezcan en estas listas no podrán ingresar a los Estados Unidos. La lista se renovará cada año.
Para la entrega de fondos el secretario de Estado deberá certificar e informar al Comité de Apropiaciones que tal gobierno combate la corrupción y la impunidad, incluido el enjuiciamiento de funcionarios gubernamentales corruptos.
Además, implementa reformas, políticas y programas para aumentar la transparencia y fortalecer las instituciones públicas.
El resto de América Latina
Al igual que en Centroamérica, en comparación con la administración Trump, el presidente Biden también cambiará las políticas para el resto de los países de América Latina.
Juan Sebastián González tiene ya unas cuantas ideas claras: el muro con México es necesario en algunos sectores de la frontera, se necesita un nuevo enfoque de cara a la crisis de Venezuela y Argentina y Brasil tienen la oportunidad de empezar de cero, dejando en el pasado ideologismos.
Joe Biden es alguien que conoce la región, viajó 16 veces como vicepresidente, y como presidente seguirá involucrado, porque él fundamentalmente entiende que promover una región segura, democrática, y de clase media está en el interés nacional de los Estados Unidos”, precisó el consejero del presidente electo.
En el caso de Venezuela, según González, Estados Unidos considera a Nicolás Maduro “un dictador que ha perdido toda legitimidad por el sufrimiento que le ha infligido a el pueblo venezolano”.
“Es inaceptable que millones de venezolanos tengan que huir de su país con tal de comer, y que Maduro se mantenga en el poder intencionalmente sometiendo a los que se quedan con hambruna y a través de ejecuciones extrajudiciales mientras quienes están afiliados con el régimen viven en lujo y se roban miles de millones del país”.
Biden ha prometido el Estatus de Protección Temporal (TPS) a los venezolanos en los Estados Unidos, una respuesta internacional más robusta a la situación humanitaria, un incremento en la presión multilateral sobre el régimen para que negocie de buena fe con la oposición. Ya basta del uso del diálogo por Maduro como una táctica para demorar y consolidar el poder”.
México y el muro
Para González, el presidente Trump le quitó miles de millones de dólares al ejército para un muro que no funciona. “Lo que piensa (el presidente electo) es que hay partes donde se necesita muro y partes donde no se necesita muro”.
“Debemos reformar nuestras leyes, lograr que el sistema de asilo funcione y esté alineado con nuestros valores de país de inmigrantes. Deportar a los criminales, no a los que vienen a trabajar”, dijo.
En ese sentido, González indicó que Estados Unidos trabajará de manera “muy activa” en temas migratorios.
“Biden dice que los dreamers son americanos. Extenderá el programa, buscará formalizarlo y que tengan los beneficios que tenemos aquellos que somos ciudadanos de este país”, dijo.
Luego agregó: “Queremos que el sistema de asilo funcione de manera eficiente y rápida, justa y digna. Biden suspenderá las deportaciones por cien días porque se necesita analizar las violaciones y abusos de la administración Trump. Es un compromiso del presidente electo”.
Argentina y Brasil
En el caso de Argentina, González recordó que antes de los Kirchner, la política tradicional entre Estados Unidos y Argentina era diferente.
“Tenemos que volver a recordar los buenos amigos que éramos Estados Unidos y Argentina, que era casi un país que asesoraba a Estados Unidos sobre cómo navegar los retos en las economías emergentes”, dijo.
En cuanto a Brasil, Biden considera que la importancia estratégica de Brasil para Estados Unidos va más allá de quién esté en el poder. “Es el exportador más grande en el mundo de productos agrícolas, un puente natural entre el G7 y el G77”.
¿Quién es Juan Sebastián González?
González creció en Nueva York. Es graduado en la Escuela del Servicio Exterior en la Universidad de Georgetown, fue voluntario en las Fuerzas de Paz para Guatemala. Casado, tiene un hijo de corta edad.
La designación de González, al que podría definirse como un moderado, fue bien recibida por el ala izquierda del Partido Demócrata.
“Juan es un diplomático en el sentido más amplio del término”, aseguró a Infobae Michael Paarlberg, que fue el asesor jefe de Bernie Sanders para América Latina durante las primarias.
“Juan contribuyó a unir los diferentes sectores del partido en cuanto a la política hacia América Latina, incluyendo al sector progresista. Confío en que sigamos reflejando las voces progresistas y los valores compartidos en cuanto a democracia, derechos humanos y la necesidad de afrontar temas como el cambio climático, el retroceso democrático y las pandemias”.
Desde un importante think tank de Washington, aunque bajo condición de no ser mencionado, un estudioso de la región elogió la decisión de Biden: “González es alguien sumamente preparado para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que nos esperan en el hemisferio. Su nombramiento como director senior es una clara señal de la seriedad con la cual el presidente electo Biden piensa profundizar las relaciones con nuestros vecinos”.
González se dijo “profundamente honrado” y “listo para trabajar” en el NSC, que estará al mando de Jake Sullivan, de 44 años y considerado una de las mentes más brillantes y con mejores perspectivas en Washington. El Departamento de Estado, que es el que maneja las relaciones exteriores del país, será dirigido por Antony Blinken, de 58 años. Blinken, como todos los miembros del gabinete, debe ser confirmado por el Senado, en tanto que el NSC puede comenzar a trabajar de inmediato.
El nuevo responsable para América Latina en la Casa Blanca se preparó durante años para el cargo. Cumplió funciones en el Departamento de Estado y el NSC de Barack Obama y fue asesor para América Latina del entonces vicepresidente Biden. Tiene claro lo que quiere hacer y la vista puesta en el segundo semestre de este año: “Estados Unidos va a ser el anfitrión de la Cumbre de las Américas en el segundo semestre 2021, eso nos da una gran oportunidad. Recuperación de la pandemia, trabajar en cambio climático y fortalecer la historia democrática.”