La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) repudió las amenazas contra medios y periodistas por parte del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y otros funcionarios de su Administración.
La SIP, con sede en Miami, subrayó que la prensa salvadoreña ha denunciado últimamente «el aumento de ataques del Gobierno, la tirantez con la Presidencia, el bloqueo selectivo de información pública y la utilización de troles favorables al gobierno para denigrar a la prensa crítica e independiente».
Subrayó en un comunicado que los ataques se han recrudecido en medio de la pandemia de la COVID-19.
El presidente de la SIP, Christopher Barnes, y el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Roberto Rock, condenaron esa práctica oficial «de estigmatizar, desacreditar y bloquear el acceso a información a periodistas y medios críticos de la gestión presidencial».
La Asociación de Periodistas de El Salvador informó el pasado 31 de julio, Día del Periodista, que durante el primer año de gobierno de Bukele se han registrado 61 casos de agresiones contra periodistas provenientes del Poder Ejecutivo, funcionarios y fuerzas de seguridad, detalló la SIP
Entre otros medios, los periódicos La Prensa Gráfica y El Diario de Hoy, y los medios digitales El Faro y Revista Factum han sido blanco de ciberataques, amenazas, vigilancia, descrédito y calumnia a través de cuentas falsas en redes sociales y en plataformas creadas con fondos públicos.
Barnes y Rock lamentaron que el discurso contra la prensa del Gobierno salvadoreño en las redes sociales podría incitar violencia y generar autocensura.
Una trayectoria de conflictos con periodistas
Los ataques a la prensa por parte del actual gobierno comenzaron el propio día que Nayib Bukele asumió la presidencia de la República
Jorge Reyes, fotoperiodista de El Diario de Hoy, fue retenido y amenazado por miembros del Batallón Presidencial durante la ceremonia del traspaso de mando presidencial.
El hecho ocurrió cuando una señora de aproximadamente 70 años intentó acercarse al presidente Nayib Bukele en el momento que este se retiraba del Palacio Nacional.
Miembros del Batallón Presidencial impidieron el paso de la señora y el fotoperiodista grabó la escena con su teléfono celular. Fue en ese momento que los militares lo retuvieron.
“Los del Batallón decían que borrara los vídeos porque de lo contrario me llevarían preso. Uno de ellos me tomó la credencial y anotó los datos. Me dijo que si se hacía público los vídeos me iba a mandar a la cárcel y a los tribunales”, relató Reyes.
Tres meses después, militares del Batallón Presidencial y empleados de la Secretaría de Prensa de la Presidencia impidieron el ingreso a Gabriel Labrador y Víctor Peña, periodista y fotoperiodista de El Faro, respectivamente, y al periodista Fernando Romero de la Revista Factum, al evento donde fue lanzada la CICES.
Ese mismo día, por la noche, Bukele escribió en Twitter: “Los de Factum y El Faro se están haciendo las “vístimas”, pero esta es la realidad”. Abajo colocó un comunicado donde justificó la restricción a los periodistas por “un mal comportamiento”.
El caso tuvo eco a nivel internacional. El Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Edison Lanza, criticó la acción en su cuenta de Twitter.
“El día que el Presidente de El Salvador @nayibbukele presenta comisión para investigar corrupción con @OEA_oficial, Casa Presidencial impide acceso de @_ElFaro_, uno de los principales medios de investigación”, dijo.
En los meses siguientes, periodistas de distintos medios han denunciado bloqueos y ataques. La Asociación de Periodistas de El Salvador registraba hasta el pasado mes de junio 61 ataques directos a la prensa desde que Bukele asumió la presidencia.
En un editorial de El Faro publicado el pasado 31 de julio, titulado “Bukele amenaza al periodismo”, se enumeran distintos casos de ataques a periodistas.
“El 13 de julio, mediante un operativo de inteligencia que incluyó a varias personas, un hombre ingresó al apartamento de Óscar Luna, editor de la revista Disruptiva, dirigida por el académico Óscar Picardo, cuyas proyecciones matemáticas de contagios de covid-19 le han vuelto centro de la furia de Bukele en las últimas semanas. El ladrón ingresó a su vivienda cerca de la medianoche, mientras Luna y su familia dormían, y extrajo dos computadoras y un mapa de San José Villanueva, el municipio en el que Picardo lleva a cabo un experimento de monitoreo de contagios de covid-19”, dice El Faro.
Más abajo agrega: “Varios periodistas de diversos medios han denunciado también seguimientos, hostigamiento por parte del personal de prensa de Casa Presidencial y campañas de difamación en su contra que han derivado en amenazas”.