El Salvador
domingo 24 de noviembre de 2024

Piden suspender pago de facturas de agua y teléfono

por Redacción


Durante tres meses.

Dos diputadas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) presentaron a la Asamblea Legislativa una nueva propuesta de ley para aplazar durante tres meses el pago de las facturas de agua potable, energía eléctrica y telecomunicaciones.

La propuesta es para que aplicable a junio, julio y agosto de 2020 que serán cancelables en un periodo de hasta 25 meses en cuotas que iniciarán a partir del último vencimiento.

Los pagos serán cargados en las facturas entregadas a los consumidores a partir de septiembre. Los beneficiados serán quienes consumen hasta 250 kilovatios por hora de energía eléctrica.

Las diputadas Anabel Belloso y Yanci Urbina explicaron que la idea es paliar los efectos de la crisis económica derivada de la crisis sanitaria que el coronavirus ha provocado en el país en los últimos cuatro meses.

“Estamos contribuyendo a aliviar la economía de las familias salvadoreñas”, explicaron en una breve conferencia de prensa en los pasillos de la Asamblea.

El 18 de marzo, al inicio de la cuarentena, el Gobierno de Nayib Bukele anunció la suspensión de los pagos de las facturas de agua, teléfono y energía eléctrica durante tres meses así como también el cobro de créditos hipotecarios y de casas comerciales durante tres meses.

Los beneficiados, de acuerdo con el Gobierno, iban a ser los salvadoreños más pobres y los más afectados por la enfermedad originada en China.

Después de terminada la suspensión los pagos de las facturas pendientes debieron diluirse en cuotas pagables en un máximo de 24 meses sin generar mora, ni interés, ni afectar la calificación crediticia.

Entre los productos crediticios cuyo pago también quedó suspendido fueron: créditos hipotecarios, personales, tarjetas de crédito, capital de trabajo y emprendimientos sin aplicar mora, multas e intereses ni afectar calificación crediticia.

También los pagos de teléfono, cable e internet.

En ese entonces el presidente Bukele pidió honestidad a los ciudadanos, es decir, que los principales beneficiarios debían ser los trabajadores que viven el día a día, quienes no tienen trabajo fijo, los informales.

“Personas enviadas a casa sin sueldo, taxistas, profesionales que demuestren caída de ingresos, bares, cafés, meseros… personas que pierdan su trabajo, trabajadores por cuenta propia, micro y pequeñas empresas que hayan bajado considerablemente sus ventas, artistas, odontólogos, restaurantes, comedores, atletas, gimnasios, personas en cuarentena y futuros enfermos o varados en el extranjero”.