Una organización sin dientes, sin independencia, supeditada al gobierno. Así calificaron a la CICIES cuatro especialistas en temas de transparencia y corrupción que participaron la mañana de este jueves en un foro virtual denominado El modelo de Comisión Internacional contra la Corrupción e Impunidad que El Salvador necesita.
Por ejemplo, Wilson Sandoval, de la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), comenzó señalando que la corrupción en El Salvador es un factor cultural y que por eso la promesa de crear la Comisión Internacional contra la Impunidad en El Salvador (CICIES) generó mucho entusiasmo en la sociedad civil.
Sandoval recordó que Nayib Bukele prometió en campaña una CICIES al estilo de la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala). Es decir, que fuera independiente del Ejecutivo y que tuviera facultades legales para investigar hechos de corrupción.
“Hay una desconexión de la promesa electoral con lo que es la CICIES en la práctica. Creemos que la CICIES es una organización tibia, sin dientes, carente de independencia, que juega un papel de adorno y acoplada al discurso del Ejecutivo”, expresó.
Asimismo, el representante de la FUNDE indicó que, por ejemplo, la CICES ha estado envuelta en un “rotundo silencio” ante los presuntos casos de corrupción del actual gobierno que los medios de comunicación han estado denunciando.
“Callar los actos de corrupción que la prensa ha ido destapando es una postura. El no hacer es un hacer. Cuando la CICES ha sido testigo de actos de corrupción como los de Salud y ha permanecido en pleno silencio, ha tomado una postura”.
Sandoval detalló que en junio participó en reuniones con representantes de la CICIES y lo que notó fue la “falta de atención de cumplir la promesa de buscar hacer un papel de fiscalizador sobre las acciones del Ejecutivo”.
A su criterio, eso sería la consecuencia de que el gobierno habría asumido el pago de salarios de los auditores de la CCIES.
Para Sandoval, la CICIES debería jugar un papel clave para asesorar a los funcionarios públicos en materia ética. Eso, dijo, ayudaría más que engrosar los códigos penales con penas más altas.
Celia Medrano, de Cristosal, también criticó el papel que ha jugado la CICIES desde que entró en funcionamiento (en noviembre de 2019), pues, a su criterio, no ha hecho nada. Tampoco ha denunciado ni destapado casos de corrupción.
En ese sentido, Medrano señaló que la CICIES debe ser refundada, pues actualmente no es independiente y está supeditada al gobierno.
“No debemos esperar más, ya tenemos los signos suficientes para concluir que la actual CICIES no es independiente, por el contrario, se sabe que está siendo financiada con fondos públicos y por lo tanto no es transparente ni creíble”, manifestó.
Agregó que durante la emergencia de Covid-19 “se han advertido alrededor de seis caos de nepotismo cruzado” y que la CICIES ni siquiera se ha pronunciado a pesar que dos de los casos han sido reconocidos por los propios funcionarios.
CICIG: el éxito guatemalteco
Charles Call, de la School of International Service American University Washington, quien ha estudiado a fondo las experiencias en Guatemala (con la CICIG) y en Honduras (con la MACCIH) explicó las diferencias de estas con la CICIES.
La CICIG, detalló, fue un proyecto exitoso que funcionó durante 12 años en Guatemala y que llevó a la justicia a 1,540 personas de las cuales 400 fueron sentenciados. Además, desmanteló 70 redes ilícitas.
En el caso de Honduras, dijo, no tuvo tanto éxito en sus cuatro años de existencia porque solo logró llevar a la justicia a 133 personas.
Call indicó que hubo tres características claves para la relevancia de la CICIG y la MACCIH, aunque sobre todo de la primera. Uno de ellos fue la cobertura política. El segundo la creación de unidades especializadas de anticorrupción. El tercero fue que ambas instituciones tuvieron un perfil público para denunciar las cosas que no iban bien. Eso, dijo, presionaba a las instancias gubernamentales.
“Yo noto que ninguna de estas características existe en la CICIES de El Salvador”, sentenció.
Los problemas legales para la CICIES
Gilberto Calderón, de la organización Azul Originario, explicó que uno de los principales problemas de la CICIES es que no tiene facultades para investigar, pues, constitucionalmente, el monopolio de la acción penal lo tiene la Fiscalía General de la República (FGR).
En ese sentido, indicó que para tener una CICIES más robusta, al estilo de la CICIG de Guatemala, sería necesario reformar la Constitución.
Según Calderón, una salida es que la CICIES no dependa del Ejecutivo, ni de la Fiscalía General ni de la Corte Suprema de Justicia, porque, de esa manera tendría más independencia.
“Tenemos una CICIES que solo está facultada para asesorar. Por lo tanto, solo va a investigar lo que las entidades le digan, o solo puede tener acceso a las pruebas que las entidades le quieran dar. Ahí vemos que no hay independencia”.
Agregó que “el convenio con la OEA” para crear la CICIES “es un documento de acuerdo de voluntades”, es decir, de voluntad a lo que las instituciones salvadoreñas le quieran entregar a los comisionados internacionales.
Calderón aseguró que han presentado un anteproyecto de ley a la Asamblea Legislativa para crear una CICIES más robusta. Eso pasaría, primero, por firmar un convenio con la ONU y romper con la OEA, la cual tiene cierto desprestigio político.