Douglas Avilés quiere volver a ser diputado. En las elecciones internas de Cambio Democrático (CD) fue elegido como candidato para competir por una diputación por San Salvador en las elecciones de 2021.
“No puedo continuar evadiendo la responsabilidad de seguir aportando por mi país en estos tiempos difíciles que ahora más que nunca demandan un alto compromiso”, publicó en sus cuentas de redes sociales.
Es necesario, según él, rescatar la función de la Asamblea de legislar “escuchando a la ciudadanía”.
“Es tiempo de dejar los miedos y el confort”, expresó Avilés que fue diputado entre los años 2009 y 2015.
Avilés se desempeña actualmente como secretario general de CD, uno de los partidos aliados del presidente Nayib Bukele.
El 16 de enero de 2017 la Fiscalía General de la República (FGR) presentó una demanda ante la Cámara de Santa Tecla por enriquecimiento ilícito contra Avilés, y su esposa Brenda Cecilia Quezada de Mejía.
Fue demandado por no justificar el origen de 300 mil dólares.
Según la sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia, el exdiputado no logró justificar sumas importantes de dinero que ingresaron a sus cuentas bancarias y el pago de tarjetas de crédito con fondos de dudosa procedencia.
Las autoridades detallaron que Avilés ingresó $62,280.50. El exfuncionario justificó que dicho dinero era parte de un préstamo personal contraído con Cinthya Molina, pero dicha mujer aseguró que el trato fue de “palabra” y nunca se firmó la documentación necesaria que amparara dicha cantidad.
Asimismo, la declaración de Probidad del diputado durante el periodo 2012-2015 reveló que sus cuentas bancarias recibieron abonos desde $1,000 hasta $42,519.50 en el periodo de 2011 a 2015. Tampoco la pareja presentó la documentación debida sobre estos fondos.
Sobre la esposa de Avilés, la Corte reveló que durante 2012 y 2013 sus cuentas bancarias recibieron un depósito de $10,000 y otro por $30,060, los cuales la investigada reveló que correspondían a un préstamo recibido del señor Edwin Royland Rubio, pero los movimientos bancarios no concuerdan, según Probidad.