En este artículo, publicado en La Prensa Gráfica, José Afane señala que la estrategia del presidente Nayib Bukele ha sido atacar a quienes piensan diferente y endeudar al país sin importar el colapso de la economía salvadoreña.
Por José Afane
La receta macabra: atacar a los salvadoreños que lo critican, dividir a la ciudadanía, y dejarnos encerrados con los brazos cruzados. Como resultado, es evidente que el virus más dañino no es el covid, sino que el Bukele; mismo que nos está empujando hacia el precipicio.
Nos está empujando con su daño irreversible de la economía; con semejante endeudamiento de $3,000 millones, con intereses altísimos y plazos eternos; con abandono y amenazas hacia los médicos, históricamente mal pagados, echándole leña al fuego con frases sarcásticas como «el que se sienta explotado, o mal pagado, que abandone su trabajo».
Su frase de campaña «el dinero alcanza cuando nadie roba» ha mutado a «el dinero alcanza prestando más plata sin rendir cuentas». Campante y sonante, con seguidores que le aplauden sus berrinches, sin darse cuenta (todavía) de que también se los está llevando de encuentro.
Seguimos con deficiencias de protección para el personal médico hospitalario; seguimos sin transporte público, seguimos sin reapertura, sin plan ni protocolo para volver a arrancar. Su único plan es mantener cerrado el motor económico que genera más del 80 % del PIB que, según el Banco Central de Reserva, este año caerá 8.5 %, con consecuencias nefastas, en especial para la población más necesitada.
La receta macabra significa una abrupta disminución en la recaudación fiscal, misma que se estima en $1,000 millones durante este año. El precipicio a la vista, y aun así lo que pretende es volvernos a encerrar, seguir endeudándonos y comprar sin rendir cuentas para favorecer a su argolla de corruptos. A toda luz, nos quedaremos sin plata ni para las enfermedades comunes.
Nadie se salva. Desde el vendedor informal que vende en canasto en la esquina, hasta los restaurantes, el comercio y las cadenas de hoteles. El virus es un gran problema, pero la incapacidad del gobierno es peor. Una incapacidad del cuarto presidente bachiller al hilo que combina la corrupción de Saca, con la arrogancia de Funes y la ignorancia de Sánchez Cerén. La causa de miles de despidos, cientos de empresas quebradas, y una economía moribunda.
Bukele: Dejá la economía en paz e implementá protocolos de reapertura, antes que se derrumbe El Salvador. Déjate asesorar de gente capacitada y manda al carajo a los que solo por plata te siguen. No sigás haciendo pedazos la cadena de producción y de consumo. Los salvadoreños nos damos cuenta de la letalidad del virus y estamos tomando las medidas necesarias para contenerlo: acrílicos, alcohol, mascarillas, aforos controlados, limpieza profunda, servicio a domicilio, etcétera.
Gran parte de nuestra economía se estimula gracias a los países vecinos; a muchos chapines y hondureños les queda más cerca comprar en El Salvador que en sus capitales, pero Las Chinamas y El Poy cerradas. Ponete de acuerdo con tus homólogos, y vayan trazando una reapertura gradual de mutuo beneficio.
Urge, ser creativos y hacer maniobras correctas, seguir los protocolos recomendados por los profesionales con experiencia, y no seguir hundiendo al país con tu manejo político y amañado de la crisis. No tiene que ser un misterio sacar adelante un país; bajale rayitas a tu ego, aprendé de casos exitosos y por el amor de Dios, dejá de lado la receta macabra antes de que nos termine de llevar candanga.
*Artículo retomado de La Prensa Gráfica: La receta macabra